'Midterms' 2022

Elecciones EEUU: Bloqueo, 'impeachment', revolución conservadora... Qué esperar si los republicanos se hacen con el Congreso

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Las encuestas pronostican que los conservadores podrían conquistar tanto la Cámara de Representantes como el Senado, lo que truncaría la agenda política de Biden y los demócratas

El líder de la minoría republicana en el Congreso, Kevin McCarthy, aplaude al expresidente Donald Trump.

El líder de la minoría republicana en el Congreso, Kevin McCarthy, aplaude al expresidente Donald Trump. / Jonathan Ernst (Reuters)

Idoya Noain

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La mayoría de las encuestas y expertos en predicciones electorales en Estados Unidos pronostican que en las elecciones legislativas de este martes los republicanos se harán con el control de la Cámara de Representantes y, aunque es una opción mucho más abierta, quizá con el del Senado. Esa potencial mayoría en el Congreso, incluso si solo llega en la Cámara Baja, hace que se auguren dos años negros para la agenda del presidente Joe Biden y de los demócratas.

Cuando el 3 de enero tome posesión el Congreso 118, si se produce la victoria republicana, habría cambios inmediatos físicos, como la retirada de los detectores de metales que se instalaron en las entradas a la Cámara de Representantes tras el asalto al Capitolio (cuyo comité especial de investigación tendría los días contados). Pero más trascendental es lo que se vislumbra a largo plazo.

Con los republicanos en control de los comités y pudiendo decidir qué legislación se debate y las reglas, el escenario incluye el bloqueo, un torrente de investigaciones, quizá incluso algún 'impeachment', el potencial recorte de la ayuda a Ucrania y un impulso para nacionalizar la radical agenda social de legislación ultraconservadora con que los estados gobernados por los republicanos han estado dando respuesta a la llegada de Biden a la Casa Blanca.

Si además del control de la Cámara Baja llegara el del Senado, los republicanos podrían dar luz verde a legislación, aunque el presidente podría frenarla con su poder de veto. Y tendrían también en su mano bloquear a nominados judiciales y ejecutivos de Biden.

El plan republicano

Los propios republicanos han expuesto su camino. Kevin McCarthy, el congresista de California que es favorito para relevar a Nancy Pelosi como presidente en la Cámara de Representantes, presentó en septiembre su agenda para estas ‘midterms’ bajo el título 'Compromiso con América', eco del 'Contrato con América' con que Newt Gingrich lideró la “revolución conservadora” que arrolló en las legislativas de 1994.

Ese “compromiso” incluye el agresivo uso de herramientas unilaterales para golpear la agenda de Biden y el empleo también agresivo de los poderes de supervisión, con lo que se podría ralentizar o incluso paralizar la aplicación de leyes ya aprobadas, metiendo a la administración y a sus agencias en un tortuoso proceso de declaraciones, testimonios y revisiones.

Una de la principales normas que los republicanos tienen en su diana es la Ley de Reducción de la Inflación aprobada en verano, que representó el mayor avance legislativo en décadas en materia de lucha contra la emergencia climática. Y el 'Compromiso con América' promete más producción de combustibles fósiles así como incrementar la exportación de gas natural licuado o apostar por métodos como la captura de carbono.

Con una promesa también de forzar a la reducción del gasto, los republicanos amenazan con dejar al gobierno sin presupuesto operativo si no logran concesiones (algo que ya hicieron con Barack Obama). Y el propio McCarthy ha amenazado con usar la negociación sobre el techo de la deuda para lograr recortes de gasto, que podrían incluir tijeretazos a la seguridad social, Medicare (el sistema público de salud para los mayores) y otros programas de prestaciones sociales. Es algo que ya hicieron también con Obama y llevó en 2011 a la primera rebaja en la calificación de la deuda de EEUU.

Radicales, investigaciones e ‘impeachments’

El posible nuevo ‘speaker’, que en primarias trató de frenar a algunos de los candidatos republicanos más extremistas, tendrá que hacer equilibrios entre las facciones de su propio partido, pero ya ha hecho guiños a los más radicales, integrantes del llamado Freedom Caucus.

McCarthy ha garantizado, por ejemplo, que Jim Jordan presidirá el poderoso Comité Judicial y James Comer el también poderoso de Control y Reforma. Y devolverá a sus funciones en comités a los representantes Marjorie Taylor Greene y Paul Gosar, a los que los demócratas expulsaron de sus puestos por su propagación de teorías conspiratorias (algo que ellos plantean hacer ahora con congresistas como Ilhan Omar o Adam Schiff).

Esas voces más radicales, perfectamente alineadas con Donald Trump y sabedoras de su obsesión con la venganza, están impulsando la posibilidad de abrir un proceso de ‘impeachment’ a Biden. También han puesto sobre la mesa realizar ese juicio político al secretario de Interior, Alejando Mayorkas, por la situación en la frontera, o al fiscal general, Merrick Garland, por lo que denuncian como politización del Departamento de Justicia.

McCarthy de momento ha mostrado cierta cautela ante un camino que podría tener un coste político pero ha asegurado que respalda abrir investigaciones. Y los republicanos tienen una larga lista con esos y otros asuntos: Hunter Biden, el hijo del presidente; la retirada de tropas de Afganistán; la respuesta a la pandemia, la tesis del origen del coronavirus en un laboratorio o la moratoria a los desahucios implementada durante la crisis.

Nacionalizar la revolución conservadora

Con la posibilidad también de que los republicanos amplíen el martes el número los estados donde tienen control unificado del ejecutivo y el legislativo, actualmente 23, Washington podría convertirse en lanzadera y laboratorio para el partido de la agenda de restricciones de derechos y libertades que se ha estado implementando en los estados. Los republicanos ya tienen presentadas iniciativas legislativas en el Congreso federal que abordan las guerras culturales que se han hecho centrales para ellos y con un control del Congreso esas propuestas de ley podrían avanzar, o cuando menos estudiar si son viables pensando ya en 2024 y en un potencial control también de la Casa Blanca.

Las iniciativas tocan desde la prohibición federal del aborto a partir de las 15 semanas de gestación a más restricciones al voto, así como el retroceso de los derechos LGTBQ, con especial foco en la comunidad transgénero. También abordan la eliminación de regulaciones de control de armas y elevan al nivel federal combates que bajo la supuesta defensa de “derechos parentales” se han estado librando contra la enseñanzas relativas a raza, género u orientación sexual.