Elecciones en el país hebreo

Netanyahu volverá a gobernar en Israel gracias al apoyo de la extrema derecha

Netanyahu vuelve al poder: 4 claves para entender los resultados de las elecciones en Israel

Con el 85% de los votos escrutados en los quintos comicios en tres años y medio en el Estado hebreo, el bloque religioso de derecha del ex primer ministro empieza a hacerse con la victoria electoral

Andrea López-Tomàs

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Votar para volver al pasado. En Israel, las quintas elecciones en tres años y medio han dado la victoria al primer ministro más longevo de la historia. Binyamín Netanyahu liderará de nuevo el Estado hebreo. Y esta vez, lo hará en la Kneset más derechista de la historia del país. Los claros victoriosos de estas elecciones son los partidos de ultraderecha que auparán a Bibi al cargo. La elevada participación, por encima del 70%, dan constancia de que los israelís han echado de menos a Netanyahu en el poder durante estos 16 meses que ha ejercido como líder de la oposición. Con casi el 90% del voto escrutado, el bloque religioso de derecha de Bibi suma 65 escaños, más que suficientes para la mayoría de 120 diputados de la cámara parlamentaria.

Con 15 escaños, por ahora, el partido Sionismo Religioso, liderado por Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir, se convierte en la tercera fuerza en la Cámara legislativa israelí. La entrada de la ultraderecha abiertamente racista, homófoba y antiárabe ha dejado a muchos israelís liberales y de izquierda asustados ante el futuro de su país. "La victoria de Netanyahu y de Itamar Ben Gvir [peso pesado del partido Sionismo Religioso] marca la elevación del Israel judío por encima del Israel democrático", escribe David Horovitz en The Times of Israel. Pero no sólo dentro de Israel hay ese temor. Los socios del Estado hebreo, como Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos, ya le expresaron a Netanyahu su rechazo a las alianzas con este conservadurismo feroz.

El hasta ahora líder del país, el primer ministro Yair Lapid, ha insistido que "todavía no se ha terminado", ya que quedan por acabar de contar los votos en algunos bastiones liberales y varias localidades árabes. Pero tampoco mucho puede cambiar para la coalición saliente que, en estas elecciones, ha conseguido 50 escaños. Además, este miércoles ya han empezado los preparativos para una transferencia de poder, así que parece poco probable que se produzca un cambio tardío.

La izquierda, al borde de la extinción

Los partidos de izquierda, al borde de la extinción, mantienen la esperanza de que Meretz pase el umbral electoral del 3,25% y entre en la Kneset. El icónico Partido Laborista, que gobernó el país durante las tres primeras décadas, ha conseguido los cuatro diputados mínimos alcanzando una cifra histórica a la baja. Esta debacle de los dos únicos partidos liderados por mujeres pone de manifiesto la constatación de un nuevo Israel basado en el supremacismo judío y los discursos violentos contra palestinos, izquierdistas o liberales.

También las formaciones que representan a los palestinos de Israel observan con atención si Balad, el único partido que no reconoce el carácter judío de Israel, consigue los cuatro escaños mínimos. Los otros dos representantes palestinos, Raam y Hadash-Taal, ya han superado el umbral y cada uno obtendría cinco diputados.

"Si los resultados reales reflejan las encuestas a pie de urna, estableceré un gobierno nacional que cuidará de todos los ciudadanos de Israel", anunció Netanyahu durante la noche del martes tras conocerse los sondeos. El presidente Isaac Herzog ha anunciado que comenzará a reunirse la semana que viene con representantes de los distintos partidos para elegir a qué legislador encargará formar un gobierno. Será entonces cuando se le entreguen los resultados finales al jefe de Estado israelí. Herzog tendrá hasta el 16 de noviembre para anunciar al elegido, aunque todos empiezan ya a asumir que será Netanyahu y que no tendrá apenas dificultades.

Pero, aunque con una mayoría más holgada que los ejecutivos anteriores, este gabinete puede encontrarse con otros problemas. El portal Axios ha informado de que es poco probable que la Administración de Biden se comprometa con el futuro ministro Ben Gvir en el gobierno de Netanyahu, citando a dos funcionarios estadounidenses anónimos. De ser así, un boicot a un ministro israelí por parte de Estados Unidos representaría un hecho sin precedentes en las relaciones bilaterales. En el Jerusalem Post, Zachy Hennessey habla de "sanciones económicas". "El nuevo gobierno de Israel enfrentará serios desafíos económicos, pero su intención de reformar los sistemas judicial y político de la nación podría resultar en un desastre económico total", anuncia.