Oriente Próximo

Qué supone el acuerdo entre Israel y el Líbano, en cuatro claves

Tensión entre Israel y Líbano

Tensión entre Israel y Líbano

Andrea López-Tomàs

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Israel y el Líbano, eternos enemigos, han firmado un acuerdo sobre sus fronteras marítimas. Las delegaciones se han encontrado este jueves en la idílica ciudad fronteriza libanesa de Naqoura para firmar un pacto que les permitirá explotar los yacimientos de gas en el Mediterráneo oriental. Calificado de histórico, el acercamiento, con la mediación de Estados Unidos, conlleva importantes implicaciones económicas y diplomáticas para ambos países, a continuación destacadas en claves.

Oficialmente en guerra

El Líbano e Israel están oficialmente en guerra desde la creación del Estado hebreo en 1948. El Líbano acogió a miles de refugiados palestinos a lo largo de los conflictos que les expulsaron de su tierra. Tanto Hizbulá como varias milicias palestinas han lanzado ataques hacia Israel desde territorio libanés. Este año se cumplen 40 años del inicio de la ocupación israelí del Líbano, que acabó en el 2006 tras una letal guerra en el sur del país. Como países vecinos, ambos se disputan históricamente unos 860 kilómetros cuadrados del mar Mediterráneo.

Explotaciones de gas

El acuerdo establece el reparto de las explotaciones de gas entre los dos países. Este punto se rebela fundamental para el Líbano ya que podría ayudar a aliviar la asfixia económica que sufre su población. En aguas cercanas, Israel ya ha encontrado cantidades comercialmente viables de hidrocarburos. Hizbulá, la milicia y el partido político libanés con representación parlamentaria, amenazó con hacer uso de la fuerza contra Israel si este exploraba la búsqueda de gas cerca de la zona en disputa antes de que pudiera hacerlo el Líbano. Con este acuerdo, bendecido por la milicia, los fantasmas del enfrentamiento quedan neutralizados.

Mediación de EEUU

Estados Unidos ha cocinado durante meses un acuerdo difícil de alcanzar. Por eso, Washington celebra como una victoria la resolución que permite tanto a Israel como a el Líbano obtener gas sin riesgo de conflicto. Además, este acuerdo implica un reconocimiento de facto de Israel y sus fronteras. Hasta ahora, el Líbano no reconoce la existencia del Estado de Israel y, por lo tanto, tampoco su legitimidad para existir. “Este es un logro político, no todos los días un estado enemigo reconoce al Estado de Israel en un acuerdo escrito frente a toda la comunidad internacional”, ha celebrado el primer ministro israelí, Yair Lapid. Las autoridades libanesas se alejan de este discurso y han insistido en que se firmen dos acuerdos separados, uno del Líbano con Estados Unidos y otro de Israel con Estados Unidos.

Con el beneplácito de Hizbulá

Hizbulá, la milicia libanesa que ha cumplido cuatro décadas de resistencia contra Israel, ha acabado por no boicotear el acuerdo pero sí ha puesto muchos palos a las ruedas durante las negociaciones. Durante mucho tiempo, ha sido un arma disuasoria para cualquier acercamiento entre ambos países. Ahora, el reconocimiento del acuerdo aleja los fantasmas del enfrentamiento. Para evitar críticas de una complacencia inaudita con Israel, la milicia libanesa se ha atribuido el éxito de la firma afirmando que sus amenazas al "enemigo sionista" han disuadido a los israelís de echarse atrás.