Crisis en el Caribe

Haití: la "catástrofe" del regreso del cólera

El país está paralizado por el control de grupos armados y la falta de combustible

Ciudadanos transitan por las calles de Puerto Príncipe, Haití

Ciudadanos transitan por las calles de Puerto Príncipe, Haití / Johnson Sabin

AFP

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Una situación "alarmante", "caótica", "catastrófica": en Haití, los responsables humanitarios que se encuentran en primera línea de la epidemia de cólera, que estalló hace tres semanas en el país, se quedan sin palabras para expresar su preocupación. Toda una parte de la población está actualmente aislada debido al control de las bandas armadas sobre amplias zonas y a la falta de combustible. Los pacientes enfermos pueden morir de deshidratación en cuestión de horas si no se les trata.

"Es un desastre. Estamos desbordados", declaró a la AFP el doctor Jean William Pape, cuya oenegé haitiana Gheskio dirige dos de los 15 centros de tratamiento del cólera instalados en el país. En uno de ellos, en Puerto Príncipe, la capital, "tenemos 80 camas, están todas ocupadas", explica. "Debido a la escasez de combustible, la gente de los barrios marginales me ha dicho que ha habido varias muertes en sus zonas, porque no podíamos transportar a los enfermos. Desde hace semanas, la terminal petrolera de Varreux está bloqueada por una banda armada, lo que contribuye a la parálisis del país.

Aunque Haití no ha tenido ningún caso de cólera desde 2019, el Ministerio de Salud había detectado unos 960 casos sospechosos y 33 muertes en tres semanas hasta el 19 de octubre. Una cifra que podría estar muy subestimada, según Bruno Maes, representante de UNICEF en Haití. La situación es tanto más frustrante cuanto que el tratamiento de los pacientes con diarrea grave es sencillo (rehidratación durante unos días como máximo), y existe una vacuna contra el cólera. Pero solo es eficaz durante unos cinco años, y la última gran campaña de vacunación selectiva en Haití fue en 2017.

La mitad de los niños

Alrededor de la mitad de los casos detectados corresponden a niños menores de 14 años, muchos de los cuales son especialmente frágiles debido a un sistema inmunitario debilitado por la falta de alimentos a causa de la pobreza. "Muchos de ellos están muy desnutridos", confirma el doctor Pape. "Es difícil encontrar sus venas para darles tratamiento intravenoso". Según la ONU, unos 4,7 millones de personas, casi la mitad de la población del país, sufren inseguridad alimentaria aguda.

Médicos Sin Fronteras (MSF) gestiona cuatro centros (250 camas en total) y una veintena de puntos de rehidratación oral, explicó a la agencia AFP Moha Zemrag, jefe adjunto de la misión. Una de las prioridades, dijo, es "facilitar el acceso al agua potable" en ciertos barrios controlados por las bandas, como Brooklyn, en la comuna de Cité Soleil (Puerto Príncipe), que lleva tres meses sin agua potable. El cólera se produce al ingerir agua o alimentos contaminados con una bacteria (vibrio cholerae). Debido a la inseguridad y a los frecuentes secuestros, las oenegés no pueden entrar en estos barrios para desinfectar las casas con cloro.

MSF ha establecido un sistema de lanzaderas para transportar a su personal a los centros de salud, pero en unas semanas la falta de combustible podría hacer imposibles estos desplazamientos, explica Moha Zemrag. También hay una creciente preocupación por la población rural, que sin combustible está a menudo a días de distancia de la ayuda. Los primeros casos se han detectado en la región de Nippes (sur) o en Artibonite (norte). Las carreteras que conducen al sur y al norte de Haití están bloqueadas por grupos armados, explica Bruno Maes: "Puerto Príncipe está literalmente rodeado, estrangulado". Las oficinas de UNICEF han sido saqueadas y los envíos de medicamentos están bloqueados en el puerto.

Corredores humanitarios

El regreso del cólera revive el recuerdo de pesadilla de la epidemia introducida por las fuerzas de paz en 2010, tras un terremoto. Mató a más de 10.000 personas hasta 2019. Pero el país no está experimentando la misma "explosión" en el número de casos esta vez, dice Sylvain Aldighieri, director adjunto de emergencias de salud pública de la Organización Panamericana de la Salud.

Las autoridades tienen "10 años de experiencia con el cólera", y lo importante es "reactivar los mecanismos" conocidos. La ONU impuso el viernes sanciones contra las bandas (embargo de armas, entre otras medidas), pero sigue dividida sobre el envío de una fuerza internacional. Según Aldighieri, esta medida permitiría "crear corredores humanitarios para las zonas complicadas" y permitir que los equipos "salgan del puerto". Por el momento, dijo, los primeros aviones con equipos se esperan en los próximos días.

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