Ataque sin reclamar

Ocho muertos y 18 heridos tras una explosión en la prisión de Insein en Birmania

El terrorista introdujo dos bombas en la cárcel a través de la entrega de paquetes que se envían a los internos

Soldados de las fuerzas para la Defensa del Pueblo, en el estado Karen, en Birmania.

Soldados de las fuerzas para la Defensa del Pueblo, en el estado Karen, en Birmania. / EFE / MAUK KHAM WAH

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Al menos ocho personas han muerto y otras 18 han resultado heridas tras una explosión registrada este miércoles en la prisión Insein, en Rangún, la mayor del país y donde se encuentran la mayoría de presos políticos de Birmania desde el golpe de Estado perpetrado por los militares en febrero de 2021.

La detonación se produjo alrededor de las 9:40 hora local (GMT+6:30) cerca de de la entrada principal del penal, según un comunicado de la junta militar. El terrorista introdujo una bomba dentro de los paquetes de comida y provisiones que envían los familiares a los reos. Tras evacuar la zona, el personal de seguridad encontró otra bomba dentro del paquete, pero la pudieron desactivar, añade el texto informativo.

Según el medio independiente 'Myanmar Now', a la explosión le siguieron ráfagas de tiros, supuestamente ejecutados por los guardias de la prisión desde una torre de control, lo que provocó la huida de los visitantes.

Otro testigo ha indicado que los disparos fueron "indiscriminados" contra la gente y que las balas alcanzaron a varias personas, recoge este medio, a diferencia del comunicado militar que no informa sobre ello.

En el incidente fallecieron tres trabajadores del penitenciario y cinco civiles, mientras que la mayoría de los 18 heridos son civiles, a excepción de cinco funcionarios de la prisión, precisaron en el comunicado.

Varios ataques en Rangún

Las autoridades han cerrado las visitas a Insein, la cárcel más grande de Birmania con alrededor de 10.000 presos y asentada en el noroeste de Rangún -antigua capital y ciudad más poblada del país-, y han aumentado la seguridad alrededor del penal tras el incidente.

Según los medios locales, ningún grupo ha reclamado de momento la responsabilidad del ataque, mientras la junta aseguró que "tomará medidas contra los terroristas de acuerdo a la ley".

Desde la sublevación militar del 1 de febrero de 2021 que puso fin al gobierno democrático encabezado por la nobel de la paz, Aung San Suu Kyi, grupos de opositores al régimen castrense han optado por tomar las armas para plantar cara al Ejército birmano.

El autodenominado Gobierno de Unidad Nacional, leal a Suu Kyi, ha creado sus propias fuerzas armadas -que suelen actuar en las zonas fronterizas controladas por milicias étnicas o con gran oposición al régimen-, mientras también han surgido otros pequeños grupos armados que atacan a los uniformados.

Tras la asonada se han registrado varios ataques en Rangún, aunque de menor escala respecto al incidente en el penal.

Según las últimas cifras de la Asociación para la Asistencia de los Presos Políticos (AAPP) de Birmania, al menos 2.367 personas han muerto por la represión de las autoridades y más de 12.600 están bajo arresto de forma arbitraria, entre ellas Suu Kyi, quien se encuentra en un penal de la capital birmana.