Día Mundial de la Alimentación: ¿Hablamos de la misma historia?

Día Mundial de la Alimentación: ¿Hablamos de la misma historia?

Día Mundial de la Alimentación: ¿Hablamos de la misma historia? / © Pedro Armestre/ Save the Children

Arantxa Osés, responsable de Acción Humanitaria en Save the Children.

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Recientemente he tenido la oportunidad de comprender como la inteligencia artificial, la digitalización y la tecnología pueden contribuir a nuestra alimentación en el futuro: alimentos diseñados de manera personalizada, análisis del genoma humano para evitar intolerancias en alimentos… Esta realidad a la que nos dirigimos a toda velocidad coexiste y lo seguirá haciendo con otra realidad apabullante: la de millones de personas, incluyendo niños y niñas, sin acceso suficiente a alimentos, sufriendo hambre e inanición. ¿Hablamos de la misma historia?

Es una historia que ya hemos oído, que ya conocemos y que pensamos que se repite, quizá por inacción de quien la sufre. Pero no es así. Las familias, las comunidades y la protección que intentan desarrollar algunos países para su ciudadanía, constituyen esfuerzos reales que dan resultados y que generan desarrollo desde lo local. Sin embargo, luchan contra los elementos, lo que llamamos las 4Cs: conflictos, cambio climático, COVID-19 y crisis económica. La pandemia del COVID-19 y el aumento del coste de la vida han impactado gravemente en las economías de los países más frágiles, aumentando los precios en proporciones similares a las que encontramos en nuestros carros de la compra. “Hasta el jabón vale tres veces más”, me dijo una mujer afectada por la inseguridad alimentaria, angustiada, en una aldea de Mauritania. Los conflictos armados también afectan gravemente al acceso a alimentos: obligan a las personas a huir de sus casas, abandonando los campos y las cosechas, que en algunos casos se queman o destruyen, y las familias desplazadas encuentran dificultades para poder cultivar o trabajar allí donde se refugian. El aumento de las temperaturas está generando eventos climáticos adversos recurrentes y extremadamente dañinos, inundaciones o sequías que afectan gravemente a la producción agrícola y que están destrozando no solo las cosechas, sino llevando al límite a los hogares y los sistemas de protección incipientes y aún frágiles de muchos países.

Estamos cansados y cansadas de oír una historia que se repite, incluso quizá pensamos “¿Otra vez?”. Sin embargo, lo que ignoramos es que esta historia debería estar cada día en nuestras pantallas y en los medios de comunicación, pero no es así. En Somalia, son cuatro años consecutivos de sequía y dos años de una plaga de langostas “de dimensiones bíblicas” que destruyeron el 70% de las cosechas en el primer año y el 30% en el segundo. ¿Lo supimos hace cuatro, tres, dos años? No. Si pensamos en el período reciente de la pandemia, ¿Cuántas olas graves y confinamientos a causa del COVID-19 podríamos resistir sin ayuda externa?

¿Hablamos de la misma historia? Hoy se celebra el Día Mundial de la Alimentación. Y también hoy, 1,8 millones de niños y niñas en Somalia se enfrentan a la desnutrición aguda. Hoy, 970.000 personas se enfrentan ya a condiciones similares a la hambruna en Somalia, Sudán del Sur, Afganistán, Etiopía y Yemen. En 46 países, 50 millones de personas están al borde de la hambruna. ¿No es suficiente? Que en el siglo XXI un niño o niña muera de hambre es obsceno, injusto e inmoral. Intentemos en nuestro progreso no dejar a nadie atrás.

SOBRE SAVE THE CHILDREN 

El mundo se enfrenta a una crisis de hambre sin precedentes. Cada minuto un niño se ve abocado a la desnutrición severa, y 8 millones de niños y niñas corren el riesgo de morir en 15 países afectados por la crisis del hambre si no reciben tratamiento inmediato -Afganistán, Burkina Faso, Chad, República Democrática del Congo, Etiopía, Kenia, Haití, Madagascar, Malí, Níger, Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen-. 

Save the Children es la organización independiente líder en la promoción y defensa de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Trabaja en más de 120 países atendiendo situaciones de emergencia y programas de desarrollo.