Guerra de Ucrania

El llamamiento para trasladarse a Rusia de los ocupantes en Jersón desata las sospechas ucranianas

El gobernador de la región "anexionada" insta a los civiles a tomarse un respiro de los "ataques diarios con misiles" ante el avance ucraniano

Un soldado ruso dispara un cohete antitanque en la región de Jersón.

Un soldado ruso dispara un cohete antitanque en la región de Jersón. / MINISTERIO DE DEFENSA RUSO

Ricardo Mir de Francia

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Las autoridades designadas por el Kremlin en la provincia ucraniana de Jersón, situada en el sur del país y ocupada por las tropas rusas desde los primeros días de la invasión, han instado este jueves a la población civil a marcharse a Rusia para "protegerse" de "los ataques diarios con misiles" que estaría sufriendo la región como consecuencia de la contraofensiva ucraniana. Su gobernador, Vladímir Saldo, ha afirmado en un vídeo que la provincia recientemente anexionada ha decidido "darles la opción de viajar a otras regiones de la Federación Rusa para descansar y estudiar", antes de añadir que deberían llevarse a sus hijos. Poco después del anuncio, el viceprimer ministro ruso ha dicho que el Kremlin ayudará a organizar la salida de los residentes.

A primera vista, todo parece blanco y en botella: las autoridades ocupantes no las tienen todas consigo y han decido evacuar a la población civil ante el avance ucraniano en el sur del país. Una operación que ha permitido a Kiev recuperar más de 1.000 kilómetros cuadrados en el noreste de Jersón, la parte más alejada de su capital, la única de las capitales provinciales completamente controlada por sus fuerzas. "En los últimos días es probable que las autoridades ocupantes rusas hayan dado órdenes para evacuar a algunos civiles de Jersón", afirma este jueves la inteligencia militar británica en su evaluación diaria de la guerra. "Es probable que esperen que el combate se extienda a la propia Jersón". 

Pero no es así como se está interpretando el anuncio en Ucrania, dados los precedentes de Crimea, también anexionada por el Kremlin hace ocho años. Desde que Rusia se apoderara de ella en 2014, al menos 600.000 rusos se han mudado a la península, según el Gobierno ucraniano, una cifra que estudios académicos elevan hasta un millón. Al mismo tiempo la población ucraniana ha disminuido como consecuencia de diversas estrategias como la persecución de los activistas pro-ucranianos o la conscripción forzosa en el ejército ruso.

Transferencias forzosas de población

"Es parecido a lo que sucedió en Crimea", asegura a este diario Oleksiy Melnyk, analista militar del Razumkov Center --con sede en Kiev-- y exdirector del Departamento de Análisis del ministerio de Defensa ucraniano. "Están aplicando una política de sesgo genocida que consiste en alterar la demografía reemplazando eventualmente a la población ucraniana con población rusa". 

Las transferencias forzosas de población y el reemplazo demográfico fueron moneda común durante la era soviética, particularmente en tiempos de Stalin. Y también en esta guerra han estado a la orden del día. "Rusia y sus fuerzas afiliadas han estado transfiriendo civiles ucranianos, incluidos aquellos que huían de las hostilidades, a la Federación rusa y las áreas ocupadas por sus fuerzas en Ucrania", denunció en septiembre Human Rights Watch. La organización añadía que esas prácticas constituyen un "crimen de guerra" y "potencialmente un crimen contra la humanidad".

Ciudadanía rusa

La invitación lanzada este jueves a los civiles de Jersón por el gobernador de las fuerzas ocupantes, que según ha aclarado después su número dos "no es una orden", no fuerza técnicamente a nadie a trasladarse a Rusia, pero llega menos de 10 días después de que Moscú diera a todos los ucranianos de las cuatro regiones anexionadas (Jersón, Zaporiyia, Donetsk, Lugansk) un mes para aceptar o rechazar la ciudadanía rusa.

"Los que no lo hagan perderán sus derechos. Y no hablo de poder votar en las elecciones rusas, sino de poder vender sus propiedades o acceder a ciertos puestos de trabajo. Básicamente pasarán a estar oficialmente discriminados", explica Melnyk. De ahí que la sugerencia de marcharse a Rusia, sea posiblemente algo más que una invitación.

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