Premios Nobel

El Nobel de la Paz premia la lucha por los derechos humanos en Rusia, Ucrania y Bielorrusia

El comité entrega el premio al activista político bielorruso Ales Bialiatski, la organización rusa de derechos humanos Memorial y la organización ucraniana de derechos humanos Centro para las Libertades Civiles

Un tribunal ruso ordena la expropiación la sede en Moscú de la oenegé, que ya no se encuentra operativa en el interior del país tras ser prohibida a principios de 2022

Ales Bialiatski

Ales Bialiatski / SERGEI GAPON / AFP

Carles Planas Bou

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El Premio Nobel de la Paz 2022 ha reconocido la lucha por los derechos humanos en Rusia, Ucrania y Bielorrusia, un potente mensaje en plena guerra. El Comité Noruego del Nobel ha galardonado al activista político bielorruso Ales Bialiatski, a la organización rusa de derechos humanos Memorial y la organización ucraniana de derechos humanos Centro para las Libertades Civiles, "tres destacados campeones de los derechos humanos, la democracia y la convivencia pacífica", en palabras de Berit Reiss-Andersen, la presidenta del comité.

"Los galardonados con el Premio Nobel de la Paz representan a la sociedad civil en sus países de origen. Durante muchos años han promovido el derecho a criticar al poder y a proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos", ha explicado el comité, con sede en Oslo. "Han realizado un esfuerzo extraordinario para documentar los crímenes de guerra, las violaciones de los derechos humanos y el abuso de poder. Juntos demuestran la importancia de la sociedad civil para la paz y la democracia".

Moscú y Minsk han despreciado los galardones y por la noche la justicia rusa ha ordenado la expropiación de la sede de Memorial en la calle Karetniy Riad de la capital. "Queda convertida en propiedad del Estado", ha explicado el tribunal de Tverskoy a la agencia de noticias Interfax tras un juicio celebrado contra la oenegé, que ya no tiene actividad en el país tras ser prohibida a principios de este año.

Bialiatski, de 60 años, es conocido por su labor humanitaria como fundador del Centro de Derechos Humanos Viasna, que desde 1996 ha denunciado la represión y abuso de poder del régimen liderado por Aleksandr Lukashenko, histórico aliado de Vladímir Putin –ha permitido a las tropas rusas circular por su territorio para lanzar el ataque a Ucrania– y conocido como el último dictador de Europa. Reconocido internacionalmente, este activista fue encarcelado en 2011 y pasó tres años en prisión acusado de evasión de impuestos. Por el momento, Bialiatski no podrá ir a Oslo a recoger el prestigioso galardón, pues en 2021 volvió a ser detenido tras participar en las masivas protestas sociales contra unas elecciones bajo sospecha de fraude. El comité del Nobel ha pedido su liberación.

"Fuerza moral"

El Premio Nobel de la Paz de este año también ha reconocido el trabajo de dos organizaciones que trabajan en pleno escenario de guerra. Por un lado, el Centro Ucraniano para las Libertades Civiles, un proyecto transfronterizo del espacio postsoviético que lleva desde el 2007 documentando abusos como las persecuciones políticas en Crimea (península anexionada por la fuerza a Rusia en 2014) o los crímenes contra la humanidad perpetrados tras la invasión militar rusa de Ucrania. La directora del centro, Oleksandra Matviichuk, ha asegurado sentirse "feliz" por el galardón a través de su perfil de Facebook y ha exigido que el presidente ruso, su homólogo bielorruso "y otros criminales de guerra" comparezcan ante un tribunal internacional.

Por el otro, la organización rusa Memorial, cerrada a principios de 2022 tras años de persecución por parte del Kremlin. Durante 30 años, este grupo de activistas en defensa de la memoria histórica y los derechos humanos denunció y puso en relieve los crímenes cometidos contra ciudadanos inocentes durante la era soviética. En 2014 se acusó a la organización de ser un "agente extranjero" y el diciembre pasado se dictó su cierre por, presuntamente, no haber informado de esa etiqueta en una de sus publicaciones en las redes sociales. "Este premio da fuerza moral" en "estos tiempos deprimentes", ha declarado a la prensa el presidente de Memorial International, Ian Rachinski, antes de recordar a "los que están en prisión", citando en particular a Alekséi Navalni e Ilia Yachin, dos figuras de la oposición rusa.

Otros candidatos

Aunque esta es, probablemente, la categoría de los Premios Nobel más difícil de pronosticar, en la lista de favoritos también figuraban el político opositor ruso Alekséi Navalni, la opositora bielorrusa Svetlana Thikhanovskaya, el locutor de naturaleza británico David Attenborough, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la activista medioambiental Greta Thunberg, el papa Francisco, el ministro de Asuntos Exteriores de Tuvalu, Simon Kofe, y el gobierno de Unidad Nacional de Birmania. Esos eran algunos de los candidatos propuestos por los legisladores noruegos.

El año pasado, los galardonados con el Premio Nobel de la Paz fueron la periodista filipina Maria Ressa y el periodista ruso Dmitri Muratov. Ambos reporteros fueron reconocidos por sus esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión, "condición indispensable para la democracia y la paz duradera", en la Filipinas de Rodrigo Duterte y la Rusia de Putin, autocracias hostiles para el ejercicio periodístico. Desde entonces, tanto Ressa como Muratov han tenido que combatir las acusaciones e intentos de esos gobiernos para censurar y silenciar sus medios de comunicación.