Crisis energética

Alemania no cree que el rechazo de Macron al MidCat sea tan férreo

Scholz, un día después de entrevistarse con el presidente francés: "No tenemos la impresión de que esto haya quedado excluido"

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el presidente de la República francesa, Emmanuel Macron.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el presidente de la República francesa, Emmanuel Macron. / Reuters

Marisol Hernández

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Alemania cree que el rechazo francés al MidCat, el gasoducto que debe mejorar la interconexión de la Península Ibérica con el resto de Europa, a través del país de galo no es tan férreo como parece. La obstinación francesa se puede vencer porque, a ojos de los alemanes, la partida aún está por jugar.

Por eso este miércoles, con motivo de la cumbre hispano alemana celebrada en A Coruña, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el canciller alemán, Olaf Scholz, redoblaron la presión para que Francia desbloquee esta infraestructura y pueda estar lista en 2025, no solo para transportar gas sino también hidrógeno verde. Ya no se trata sólo declaraciones, en las que ambos se han prodigado en los últimos meses. Se ha dado un paso más al incluir esta demanda en el plan de acción suscrito entre ambos países.

"Seguiremos presionando por una mayor capacidad de interconexión de la Península Ibérica para mejorar su contribución a la seguridad del suministro a toda la UE", asegura el documento, que también pone fecha para su construcción: el año 2025. "Es de suma importancia", sostienen, para lograr un mercado energético interno verdaderamente sólido, acelerar la transición verde y reforzar la autonomía estratégica de la UE". Además se aboga por abrir conversaciones y que en ellas se incluya a la Comisión Europea.

Y los alemanes ven claramente que este camino es posible. El propio canciller lo dejó entrever en la comparecencia que protagonizó junto a Pedro Sánchez. Sostuvo que van a abordarlo de manera "amistosa" con Francia. Y, después de que este martes se entrevistara en París con Emmanuel Macron, destacó que no tiene la impresión de que este proyecto "haya quedado excluido".

A Sánchez fue a quien le correspondió recordar que en 2015, con François Hollande al frente de la Presidencia de la República, ya se comprometió con Mariano Rajoy a relanzar el MidCat y a que en 2020 las interconexiones aumentaran al 10%. La realidad, indicó, es que a día de hoy apenas superan el 3%. Pero, a diferencia de entonces, o de cuando él mismo abordó este asunto con Macron en 2018, ya no se trata de una cuestión bilateral entre Madrid y París sino de "europea". Si se consigue entender en esos términos se encontrará una solución "más adecuada y rápida", subrayó.

Negativa a ayudar a España

Sánchez y Scholz se conjuran de este modo para vencer la resistencia francesa que rechaza el gasoducto por distintas razones. Las principales son, según distintas fuentes políticas españolas, el impacto que esta infraestructura tiene en su territorio y el rechazo que produce en algunas población, pero también la tradicional negativa de Francia a ayudar a España. Aunque esta última razón puede quedar ahora totalmente desfasada, ya que no se trata solo de una petición española, sino de una obra que puede contribuir a paliar la dependencia de la UE y de Alemania del gas ruso. España podría así enviar gas a Europa, que llegaría previamente licuado a las regasificadoras que hay en nuestro país.

La implicación de Scholz, que ya ha pedido antes al impulso al MidCat, supone una gran ayuda para vencer la oposición francesa, anclada en los argumentos de que tardaría mucho en estar operativo y que va en contra de su objetivo de prescindir de los combustibles fósiles en 2050. La declaración hispano alemana de este miércoles persigue rebatir estos dos planteamientos, ya que asegura que puede estar en funcionamiento en 2025 y pone el acento en que transportaría también una energía limpia como el hidrógeno verde.

La cooperación entre ambos países para tratar de superar el rechazo de Macron se produce después de que París haya hecho algún pequeño gesto en las últimas semanas y se mostrara abierto a discutir sobre ello en la cumbre euromediterránea que debía celebrarse el pasado viernes en Alicante, y que fue pospuesta porque Pedro Sánchez se contagió de covid, en la que los jefes de Estado y de Gobierno de los nueve países participantes iban a hablar, precisamente, de la crisis energética.