Represión en las redes

Rusia multa a TikTok con 50.834 dólares por no eliminar "propaganda" LGTBI

Un tribunal acusa a la plataforma china de "promover" el "feminismo radical" y otro sanciona a Twitch con 68.000 dólares por negarse a eliminar contenido sobre la guerra en Ucrania

Dos personas se besan en Moscú con caretas de Putin.

Dos personas se besan en Moscú con caretas de Putin. / EFE

Carles Planas Bou

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Rusia recrudece su censura digital contra todo lo que se sale del discurso oficial. Un tribunal ruso ha multado este martes a la plataforma TikTok con 3 millones de rublos (50.834 dólares o 51.502 euros) por negarse a eliminar "propaganda" LGTBI.

La corte de distrito de Taganski, en Moscú, ha determinado que la plataforma de vídeos verticales originaria de China es culpable de una violación administrativa por no cumplir con lo dictado por el organismo regulador de los medios de comunicación, Roskomnadzor, que, entre otras cosas, prohíbe todo el contenido que "niegue los valores familiares" y que considere una promoción de los derechos de los homosexuales, así como del "feminismo radical" y de una "visión distorsionada de las relaciones sexuales tradicionales".

Esa agencia pública sigue las directrices del Gobierno de Vladímir Putin, que en los últimos años ha acentuado su persecución de la comunidad LGTBI. Ya en 2013, el Parlamento ruso prohibió informar a los menores sobre los derechos de los homosexuales y sancionar con multas e incluso con la deportación a quien lo haga. Esa ley disparó las agresiones y homicidios de gais, lesbianas y otras minorías sexuales.

Multa a Twitch

La de TikTok no ha sido la única multa del día. Otro tribunal ruso ha sancionado a la plataforma de vídeos de directo Twitch con 4 millones de rublos (unos 68.000 dólares o 68.789 euros) por negarse a eliminar una entrevista a Oleksiy Arestóvich, asesor de la Oficina de Presidencia de Ucrania, lo que Moscú considera una violación de las leyes sobre la difusión de supuestas noticias falsas.

Tras su invasión de Ucrania, el Kremlin pasó esas leyes draconianas que penalizan con hasta 15 años de cárcel la publicación de información sobre el conflicto que no siga la línea marcada por Putin, incluso por usar la palabra "guerra" para referirse a la guerra. Eso llevó al éxodo de muchos medios de comunicación internacionales y a la represión de los medios rusos que no se han doblegado al oficialismo.

Las leyes rusas también prohíben desde hace años difundir información que pueda considerarse propaganda de guerra, incitación al odio étnico, racial o religioso, que promocione la prostitución, el consumo de drogas (también tabaco y alcohol), los juegos de azar y el vagabundeo.

Esa ley también se ha aplicado con dureza en internet, acelerando así una censura digital de las voces disidentes. Para ello, el Kremlin responsabiliza a las grandes plataformas del contenido que se publica en ellas y usa las multas como herramienta de presión para que acaten la represión.