Elecciones en Italia

Giorgia Meloni, sola (con Vox) en Europa

La ultraderechista italiana mantiene divisiones irresolubles con muchos de sus homólogos en Europa

El político que más se acerca a las posturas de Giorgia Meloni es Santiago Abascal quien, como ella, se ha relacionado con Steve Bannon

Santiago Abascal, líder de Vox; junto a Giorgia Meloni, de Fratelli d'Italia; la candidata a la Junta de Andalucía, Macarena Olona, y el candidato por Málaga, Antonio Sevilla.

Santiago Abascal, líder de Vox; junto a Giorgia Meloni, de Fratelli d'Italia; la candidata a la Junta de Andalucía, Macarena Olona, y el candidato por Málaga, Antonio Sevilla. / europa press

Irene Savio

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Si hubiera que definir con una sola frase la relación entre Giorgia Meloni, la líder de Hermanos de Italia, y Marine Le Pen, la jefa de Reagrupamiento Nacional (RN), habría que decantarse por un "es complicado", en palabras del analista Marc Lazar. El gran éxito logrado por Meloni hasta ahora, que de la intrascendencia política ha pasado en poco tiempo a situarse como la fuerza que más ha crecido en la intención de voto en Italia, ha eclipsado en estos años las divisiones del ala más extremista de la derecha europea. En público, todo ha sido un alarde de sintonía, cordialidad y entendimiento. Y frente al enemigo común, el progresismo europeo, cierre de filas.

Sin embargo, esa no es la realidad para el conjunto del bloque. Ni mucho muchos para Meloni. El ejemplo de Le Pen es sintomático. Tan solo esta semana, Matteo Salvini, el jefe de la Liga y aliado de la actual coalición de derecha, alardeó de un sms que le envío la ultraderechista gala. "¡Buena suerte, Matteo! ¡Todavía y siempre contigo!", le escribió la líder de RN, según contó el italiano. Pero eso mismo no ocurrió con Meloni; ningún mensaje trascendió de una comunicación entre las dos. Al revés, reinó el silencio.

"Por supuesto", dice Lazar, "Meloni y Le Pen tienen puntos en común. Las dos quieren una Unión Europea en la que los estados tengan un peso mayor, y critican al islam y a la inmigración". "También hay importantes diferencias de contenido y de valores. Le Pen tiene una postura mucho más laica que Meloni y, además, su formación es miembro del grupo político europeo Identidad y Democracia (ID), como Salvini", afirma. En cambio, "Meloni es presidenta de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR)", recuerda este sociólogo e historiador francés, en referencia a esta formación de claro talante atlantista. Un distanciamiento al que también se ha llegado, según algunas malas lenguas, también por la negativa de Salvini a que Meloni fuera su representante en la Unión Europea (UE). 

El 'amigo' Abascal

Distinto, por no decir opuesto, es el caso de Santiago Abascal, el líder de la formación ultraderechista española Vox. Abascal, de hecho, no solo es parte del ECR junto a Meloni, sino que además "existe una relación, también personal, entre los dos", explica una fuente de Hermanos de Italia. Fruto de esto fue, en junio, la participación de Meloni en la campaña electoral de Macarena Olona, la entonces candidata de Vox a la presidencia de la Junta de Andalucía. Y que esta semana Meloni haya llegado a augurar en España un éxito similar al suyo en Italia.

Quien ha hurgado de nuevo, en las últimas semanas, en la galaxia de Abascal y la de Meloni es el periodista Andrea Palladino. En un artículo publicado en el medio digital TPI, Palladino reconstruye un hilo que conduce directamente a los Estados Unidos de Donald Trump, pasando a través de Steve Bannon, exestratega jefe del antiguo presidente estadounidense. Con Bannon, tanto Meloni como Abascal se han reunido en diversas ocasiones (con la italiana a partir, al menos, de 2018). "En ese momento, nadie les prestaba atención", recuerda Palladino.

Tanto así que, en marzo de 2019, en una rueda de prensa con la Asociación de Corresponsales en Italia, Bannon no solo reconoció abiertamente su colaboración con Hermanos de Italia y Alternativa para Alemania, sino que también confirmó contactos con Vox a partir de 2017, "cuando ellos me buscaron", se le oye decir en la grabación del encuentro. Posteriormente, en 2020, Abascal -junto con el primer ministro húngaro, Víktor Orban- defendió las raíces cristianas de Europa en la Conferencia del Conservadurismo Nacional, organizada en Roma con Meloni como anfitriona.  

El entuerto irresoluble

Nathalie Tocci, directora del instituto Affari Internazionali (AI), también coincide en que hoy Abascal es el socio preferente de Meloni en Europa. "Orban también es un aliado suyo pero, al ser una especie de paria de Europa, existe cierta incomodidad de Meloni en apoyarle", explica la analista. "De igual manera, con los polacos, la relación es curiosamente tibia", señala. En cambio, "la relación con el ala trumpista del Partido Republicano se ha consolidado en los años de la Administración de Trump", afirma. Y añade que este nexo podría convertirse en un cóctel explosivo si la crisis económica se prolonga en Europa "más tiempo que la pandemia" y Trump gana las elecciones en Estados Unidos en 2024.

Sin embargo, alejarse de Berlín, Madrid y París, los aliados clásicos de Italia en la UE, puede que no resulte muy ventajoso en el día a día para el nuevo Gobierno italiano, subraya Ferdinando Nelli Feroci, antiguo embajador de este país en la UE. Esto se debe a que podrían producirse cortocircuitos entre Meloni y las otras formaciones ultranacionalistas europeas. "Por su ideario, los nacionalistas solo piensan en sí mismos y en su electorado", insiste Tocci.

Los argumentos de conflicto son conocidos. Uno de los principales tiene que ver con la inmigración. Los países del sur de Europa llevan años pidiendo que los del norte acojan a una parte de los migrantes que llegan a sus costas. Algo sobre lo que países como Polonia y Hungría "de momento, no se han mostrado muy interesados", concluye Nelli Feroci.

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