Guerra de Ucrania

La escalada bélica de Putin afianza la unidad contra Rusia en la ONU

El Consejo de Seguridad, donde tiene poder de veto Moscú, aborda la impunidad del Kremlin, pero sin resoluciones ni acciones sobre la mesa

El titular de Exteriores ruso, que solo ha estado presente en el momento de su intervención, dice que su país no confía en el Tribunal Penal Internacional

Reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, este jueves.

Reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, este jueves. / MICHAEL M. SANTIAGO / GETTI IMAGES

Idoya Noain

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Desde que Rusia lanzó en febrero la invasión de Ucrania el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha mantenido numerosas reuniones para abordar el conflicto, sesiones donde Moscú, con uno de los cinco asientos permanentes y derecho de veto, ha bloqueado acciones para tratar de castigarle por la guerra o intentar forzarle a detenerla. El órgano se ha convertido, así, en un mero escenario donde, a través de discursos y a menudo con tensión, se exponen realidades y datos, opiniones, datos y posturas. Y este jueves, una sesión organizada por Francia para abordar la impunidad de Rusia, no ha sido diferente.

No había propuesta de resolución alguna sobre la mesa del Consejo y ningún país ni siquiera había planteado intentar tomar alguna acción en la sesión. La idea de París, con la presidencia mensual de turno, era mostrar la unidad de la mayoría de la comunidad internacional en el rechazo a las acciones del Kremlin cuando los ojos del mundo se vuelven a Nueva York mientras líderes mundiales asisten a la Asamblea General.

Los acontecimientos de los últimos días, desde el descubrimiento de atrocidades cometidas por tropas rusas después de que Ucrania recuperara control de parte de su territorio en una contraofensiva hasta el anuncio de Putin de movilizar tropas y sus amenazas de uso de armas nucleares, han dado peso añadido a la sesión. Pero en las casi tres horas de discursos también ha vuelto a quedar en evidencia la incapacidad del Consejo de Seguridad de superar el impasse diplomático.

"Catálogo de crueldad"

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha abierto la reunión recordando que "es fundamental acabar con la impunidad para crímenes internacionales". Ha denunciado también el "impacto inaceptable de la guerra en los derechos humanos". Y ha repasado lo que ha llamado un "catálogo de la crueldad" que se encuentra en los informes que llegan desde Ucrania: ejecuciones sumarias, violencia sexual, tortura y otros tratos inhumanos y degradantes de civiles y prisioneros de guerra.

Guterres no ha mencionado directamente a Rusia. Ha pedido que todas las alegaciones se investiguen extensivamente y que quienes perpetren atrocidades sean hechos responsables en "procesos judiciales justos e independientes". Pero también ha asegurado que los últimos informes de fosas en Izium son "extremadamente alarmantes". Y ha pedido "total colaboración" con la investigación lanzada en marzo por el Tribunal Penal Internacional (TPI).

Justo a continuación ha intervenido Karim Khan, fiscal de esa corte, que después de tres visitas a Ucrania ha declarado haber visto reforzada su convicción de que "hay bases razonables para creer que se han cometido crímenes que entran en la jurisdicción del TPI". Khan ha tratado de enterrar las acusaciones que llegan desde Rusia de que masacres como las de Bucha fueron falsas y ha asegurado que los cadáveres que vio "eran reales". Y él, que ha anunciado que la próxima semana se aumentará la presencia de investigadores de la corte sobre el terreno, sí ha señalado más directamente al Kremlin al mostrar "profunda preocupación" por informaciones "creíbles" de que Rusia ha estado intencionadamente atacando objetivos civiles y sacando de Ucrania población, en especial niños.

Negaciones de Lavrov

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha vuelto a rechazar esas y otras acusaciones en su intervención ante el Consejo, en la que ha usado su habitual tono desafiante. "No confiamos en el Tribunal Penal Internacional, no esperamos nada de esa institución ni de otras internacionales", ha dicho Lavrov, que ha acusado a Ucrania y aliados como EEUU y Francia de estar intentando marcar la "narrativa" y de "cinismo".

La presencia de Lavrov en el Consejo ha sido breve. No ha escuchado en persona ni a Guterres, ni a Khan ni a oradores que han hablado antes que él como el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken. El representante del Kremlin tampoco ha estado presente mientras el titular de Exteriores de China, Wang Yi, volvía a exponer la tibia postura de Pekín que se ha hecho habitual ver en Nueva York.

Mientras el ministro de Exteriores de la India, S. Jaishankar, replicaba el mensaje que el primer ministro, Narendra Modi, le dio a Putin en Shanghái y llamaba públicamente al "cese inmediato de todas las hostilidades", el chino navegaba por aguas más calmadas para Moscú al pedir que cualquier investigación de violaciones del derecho humanitario internacional "no debe ser politizada" y debe ser "objetiva y justa y basada en hechos en vez de asunciones de culpa".

Lavrov tras hablar se ha marchado sin quedarse tampoco a escuchar al ministro de Exteriores de Ucrania Dmytro Kuleba, invitado a participar, que en contraste a su homólogo ruso ha mostrado su apoyo al TPI, aunque también ha pedido como hizo la víspera el presidente Volodímir Zelenski un Tribunal Especial que juzgue a Rusia por la agresión.

Sanciones de la UE

Tampoco ha podido escuchar la primera intervención de Bielorrusia, mucho más alineada con Moscú, ni la del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, que la víspera organizó un encuentro de los ministros de Exteriores de la Unión Europea en Nueva York donde se buscó potenciar una línea de unidad y se plantearon nuevas sanciones, entre las cuales están un posible tope al precio del petróleo, siguiendo la senda marcada por el G-7 en su reunión del pasado 2 de septiembre, y nuevos controles a la exportación de tecnología civil, informa Silvia Martinez.

En una reunión de emergencia celebrada la madrugada de este jueves en Nueva York, en los márgenes de la Asamblea General de Naciones Unidas, los ministros de exteriores de los Veintisiete acordaron seguir redoblando la presión sobre el Kremlin y confirmaron que seguirán suministrando armas y equipamiento militar a Ucrania.

"Naciones Unidas esta semana tiene que reaccionar", dijo Borrell. Pero no ha habido reacción, más allá de las palabras, este jueves en el Consejo de Seguridad.