Cita histórica

Tumultos y polarización en Chile en el final de campaña por la reforma constitucional

La tensión ha llegado al mismo Parlamento donde hubo escenas de pugilato entre parlamentarios

La suerte de la Nueva Constitución vuelve a evidenciar las profundas divisiones en el seno de la sociedad

Marcha contra el plebiscito constitucional en Chile

Marcha contra el plebiscito constitucional en Chile / EFE / Alberto Valdés

Abel Gilbert

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A muy pocos días de la consulta popular que debe decidir la suerte de la Nueva Constitución, Chile pone en escena otra vez las profundas divisiones que anidan en su sociedad. Este jueves concluye la campaña electoral. Los partidarios del "Apruebo" saldrán masivamente a las calles. Los que promueven el "Rechazo" a la Carta Magna de corte progresista realizarán pequeños actos y concentrarán sus esfuerzos en las redes sociales y los medios. Como suele suceder en momentos de grandes decisiones, el ambiente se tensa y afloran los discursos beligerantes. Esta vez también tuvo lugar en el Congreso una insólita escena de insultos y golpes entre parlamentarios. El presidente Gabriel Boric tuvo que llamar a la calma. "Los actos de violencia que hemos visto en la Cámara de Diputados, en algunas regiones, en la Alameda (Santiago) en los últimos días, nos hacen muy mal como país. En el proceso constituyente en el que estamos embarcados, quiero decirles que necesitamos todos estar más a la altura". El pedido del mandatario no impidió que horas más tarde su hermano, Simón Boric, efe de prensa de la Universidad de Chile, fuera agredido por desconocidos.

La gresca en el Congreso y las patadas y golpes de puños que recibió Simón Boric parecen simbolizar el abismo trazado entre los defensores de las opciones en juego. Un diputado de ultraderecha, Gonzalo de la Carrera, golpeó al vicepresidente de la Cámara Baja, Alexis Sepúlveda, de centroizquierda, lo que causó un revuelo transversal en las formaciones políticas. Carrera fue expulsado de su formación.

Historia de polarizaciones

Las vísperas de la consulta elevaron el tono del lenguaje en el espacio público y en los medios. No es la primera vez que eso sucede. Lo cierto es que cada votación trascendente recrea ambientes cargados de zozobra. Sucedió en 1988, cuando el dictador Augusto Pinochet vio frustrar en las urnas sus ambiciones de perpetuidad. El "No" obtuvo entonces un 55,99% de los votos, contra el 44% de los chilenos que querían la continuidad del general que había encabezado el golpe de Estado contra Salvador Allende, el 11 de setiembre de 1973, hace casi 49 años. En noviembre pasado, Boric derrotó al ultraderechista José Antonio Kast en un contexto también saturado de voces altisonantes y por una diferencia de votos muy similar. Las encuestas de cara a la consulta del domingo auguran una victoria del "Rechazo" por un porcentaje aproximado, pero el 4 de setiembre podría suceder lo contrario, se ilusionan en el Gobierno.

Cambio el estado de ánimo

El clima se ha enrarecido en relación a 2020, cuando un 78% de los chilenos aprobó cambiar la Carta Magna y le dio mayoría a la izquierda y la centroizquierda en la Convención que ha redactado el texto. La derecha careció de poder de veto y concentró buena parte de su esfuerzo en desacreditar a la Asamblea. Con el correr de los meses, la desconfianza sobre los contenidos del texto fueron creciendo al compás de las fake news. Esta vez, sin embargo, ha ocurrido algo distinto a 1988 y 2021: se ha sumado al "Rechazo" un sector del centro, algo inédito respecto a situaciones de polarización anteriores.

Con este trasfondo se ha llegado a la recta final de la campaña. Lo sectores conservadores han montado en cólera por la participación de la expresidenta Michelle Bachelet en la publicidad a favor del "Apruebo". "Cuando las mujeres hacemos cosas, la historia avanza", dijo la exalta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU. Bachelet decidió poner en juego su prestigio a favor de la Nueva Constitución, aun reconociendo que “no es perfecta” pero sí ampliamente superadora de la matriz institucional heredada del pinochetismo. "Me hubiera gustado que la expresidenta hubiera tenido una visión de Estado", dijo el derechista Diego Schalper, sobre la intervención de la exmandataria.

Llamada a la sensatez

Intelectuales que representan a distintas corrientes del pensamiento, citados por el portal El Mostrador, advirtieron sobre los peligros que se ciernen de cara al escrutinio del domingo y llamaron a gestionar las expectativas de las partes enfrentadas, "la desilusión y la congoja que harán que muchos de chilenos despierten el lunes con un cuadro de angustia y desafección”. Según la escritora Pía Barros, el régimen militar ha dejado en ese país “una triste herencia” que aflora en estas circunstancias de disputa.

"Si gana el "Rechazo", muchos se preguntarán ‘¿en quién creo ahora, si aquellos en los cuales creí generaron una situación que llevó a una derrota?’. Es posible que se produzca esa desafección, ya que el triunfo del Rechazo significa la vuelta al poder real, al poder fáctico con empate en el Senado y con derecho a veto. Las élites son las que ganan y van a imponer las reglas del juego. Incluso, en el caso de que gane el "Apruebo", ese proceso de transformación nunca va a tener las características con que se soñó, porque cuando uno sueña no tiene en cuenta los problemas de la realidad", puntualizó en ese sentido el sociólogo”, sostuvo el destacado sociólogo Manuel Antonio Garretón.

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