Denuncia de abusos policiales

Tensión en Pakistán tras la acusación de terrorismo contra el ex primer ministro

Cientos de partidarios del exmandatario rodean su casa para evitar su detención

El ex primer ministro de Pakistán, Imran Jan

El ex primer ministro de Pakistán, Imran Jan / REUTERS/Saiyna Bashir/File Photo

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El ex primer ministro de Pakistán, Imran Jan, ha sido acusado de terrorismo después de realizar un discurso advirtiendo a los jefes de policía de Islambad que registraría un caso en su contra por "torturar" a Shahbaz Gill, uno de los líderes de su partido político, Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI). Jan también advirtió en su discurso a Zeba Ghaydhry, juez que lleva el caso por cargos de sedición contra Gill, tras aprobar la solicitud de la policía de extender la medida de prisión preventiva sabiendo que Shahbaz ha sido sometido a "torturas" durante su primer período de prisión preventiva. "No te lo permitiremos (Zeba), también presentaremos cargos en tu contra", advirtió en su discurso.

Tras sus palabras, las autoridades de Pakistán han notificado a los medios paquistanís que los discursos del ex primer ministro en los que "acusa continuamente a las instituciones estatales al formular acusaciones sin fundamento" son prueba de que Jan "difunde discursos de odio a través de sus declaraciones provocativas contra instituciones y funcionarios estatales, lo que es perjudicial para el mantenimiento de la ley y orden".

El regulador de los medios de comunicación electrónicos de Pakistán ha prohibido la transmisión en directo de los discursos de Jan por considerarlos incendiarios.

Posible detención

Este lunes cientos de partidarios del ex primer ministro de Pakistán se han reunido frente a su mansión en la cima de una colina en la capital, tratando de impedir su detención por acusaciones de terrorismo. Esto ocurre después de que Jan haya sido registrado bajo la Sección 7 de la Ley Antiterrorista, que implica "castigo por actos de terrorismo", en relación con sus comentarios en su mitin en Islamabad el sábado.

Dicha petición, según ha informado el portal de noticias paquistaní DAWN, señala que Jan es "objetivo del gobernante PDM (Movimiento Democrático de Pakistán) por su valiente crítica y su postura extremadamente audaz y contundente contra la corrupción y los políticos corruptos".

De esta forma, los abogados del ex primer ministro paquistaní argumentan que "bajo acusaciones falsas", el Gobierno está intentando "desbaratar" su partido, al tiempo que ha defendido que no tiene antecedentes penales y nunca ha sido condenado, según ha recogido el portal de noticias ARY.

Por eso, los manifestantes partidarios de Jan se han reunido y han coreado consignas contra el Gobierno del primer ministro Shehbaz Sharif, que asumió el poder tras la destitución de Jan en una votación de confianza en abril.

"Si Imran Jan es arrestado... tomaremos Islamabad con el poder del pueblo", ha amenazado en Twitter un ex ministro de su gabinete, Ali Amin Gandapur, mientras algunos líderes del partido instaban a sus seguidores a prepararse para una movilización masiva.

Otro ex colega ministerial, Murad Saeed, ha declarado a los canales de televisión nacionales que la policía había emitido órdenes de arresto contra Jan. Sin embargo, la policía de Islamabad se ha negado a confirmarlo. El ayudante de Jan, Fawad Chaudhry, ha dicho a los periodistas a la salida de un tribunal de Islamabad que el partido había solicitado la libertad bajo fianza para el líder antes de cualquier detención.

Amenaza al Estado

El uso de las leyes antiterroristas como base de los casos contra líderes políticos no es infrecuente en Pakistán, donde el Gobierno de Jan también las utilizó contra opositores y críticos. El informe policial del sábado, visto por Reuters, citaba los comentarios de Jan de que "no perdonaría" al jefe de policía de Islamabad y a una jueza por la detención de su ayudante. "El propósito del discurso era sembrar el terror entre la policía y la judicatura e impedirles cumplir con su deber", dijo la policía en el informe.

Los expertos jurídicos afirman que las amenazas públicas ponían en juego la vida de los funcionarios, y que en realidad equivalían a una amenaza al Estado, por lo que se aplican los cargos de antiterrorismo. El Ejército también se ha convertido en un objetivo para Jan, que ha dicho que no le ayudó a evitar una conspiración de Estados Unidos que lo derrocó, una acusación que Washington ha negado.

El Ejército, que ha gobernado directamente durante más de tres décadas de los 75 años de historia de Pakistán, ha rechazado la afirmación de Jan. También niega haberse inmiscuido en la política.