Afganistán

Los talibanes celebran su primer año en el poder con vivas y selfis frente a la embajada de EEUU

Las mujeres han sido las grandes perjudicadas, al sufrir de nuevo graves retrocesos en sus derechos

Ningún país ha reconocido todavía al régimen de los islamistas radicales

Un grupo de talibanes celebran el primer aniversario de su victoria en la plaza Ahmad Shah Massoud de Kabul, próxima a la embajada de EEUU.

Un grupo de talibanes celebran el primer aniversario de su victoria en la plaza Ahmad Shah Massoud de Kabul, próxima a la embajada de EEUU. / WAKIL KOHSAR

Agencias

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Los talibanes han celebrado con gritos de victoria y selfis el primer aniversario de su regreso al poder en Afganistán en un emplazamiento que no es casual: frente a la antigua embajada de Estados Unidos. Este turbulento año ha estado marcado por un gran retroceso en los derechos de las mujeres y el agravamiento de la crisis humanitaria.

El 15 de agosto de 2021, los islamistas radicales entraron triunfantes en Kabul tras una ofensiva relámpago contra las fuerzas gubernamentales, al concluir la intervención militar internacional de 20 años encabezada por Estados Unidos.

"Cumplimos la obligación de la yihad y liberamos nuestro país", afirmó Niamatulah Hekmat, un combatiente que ingresó a Kabul el 15 de agosto del año pasado.

"Hoy es el día de la victoria y de la felicidad para los musulmanes y el pueblo afgano. Es el día de la conquista y de la victoria de la bandera blanca" del Emirato islámico, declaró en Twitter el portavoz del Gobierno afgano, Bilal Karimi.

Retirada caótica

La caótica retirada de fuerzas extranjeras continuó hasta el 31 de agosto con decenas de miles de personas corriendo al aeropuerto de Kabul con la esperanza de ser evacuadas en algún vuelo de salida de Afganistán.

Las imágenes de una multitud irrumpiendo en el aeropuerto, subiendo a aviones, algunos colgados de aeronaves militares de carga cuando estaban despegando, dieron la vuelta al mundo.

Este lunes, declarado festivo por el nuevo Ejecutivo, muchos talibanes se hacían selfis en la plaza Masud, una gran rotonda ornada con banderas blancas del Emirato islámico, frente a la antigua embajada de Estados Unidos, según pudo constatar una periodista de AFP.

"¡Viva el Emirato islámico! ¡Alá es grande!", gritaron los talibanes en esta concentración espontánea.

Vida sin sentido

Pero para los afganos comunes, en especial las mujeres, el regreso de los talibanes sólo ha agravado las dificultades.

Inicialmente, los talibanes prometieron una versión más amable del duro mando islamista de su primer gobierno, de 1996 a 2001. Pero rápidamente impusieron una retahíla de restricciones sobre las mujeres, para cumplir con su rigoristas visión del islam.

Decenas de miles de niñas han quedado excluidas de la educación secundaria, y a las mujeres se les impide acceder a numerosos cargos públicos. Además, se les prohíbe viajar solas fuera de su ciudad. En mayo recibieron órdenes de cubrirse de pies a cabeza en público, idealmente con una burka.

"Desde el día en que llegaron, la vida perdió sentido", lamentó Ogai Amail, residente de Kabul. "Nos han arrebatado todo, han ingresado incluso a nuestro espacio privado".

El sábado pasado en Kabul, los talibanes dispersaron a culatazos y con tiros al aire una concentración de unas 40 mujeres, que se manifestaban por el derecho al trabajo y la educación.

Sin reconocimiento internacional

Aunque los afganos reconocen que la violencia ha disminuido desde la llegada de los talibanes, la crisis humanitaria tiene a muchos desesperados. La ayuda internacional, que financiaba el 80% del presupuesto afgano, está apenas reanudándose después de verse por completo interrumpida. Según las oenegés, la mitad de los 38 millones de habitantes del país enfrenta pobreza extrema

Hasta el momento, ningún país ha reconocido al régimen de los talibanes. Este lunes, el primer ministro del Gobierno interino talibán, el mulá Hassan Akhund, hizo un llamamiento a la comunidad internacional para "reforzar sus relaciones" con Afganistán. "No somos ninguna amenaza para ningún país, y otros países también deberían fomentar relaciones políticas y comerciales positivas con Afganistán", indicó Akhund en un comunicado.