Contraterrorismo

Un dron y dos misiles secretos por la ventana: así ha asesinado EEUU al líder de Al Qaeda, Ayman Al Zawahiri

Militares norteamericanos montando un misil Hellfire en un helicóptero

Militares norteamericanos montando un misil Hellfire en un helicóptero / US ARMY

France Presse

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Amanece en Kabul mientras un dron estadounidense sobrevuela la capital afgana. Ayman al Zawahiri está en el balcón de su casa. Se disparan de pronto dos misiles y, tras años de seguimiento, y por decisión de Joe Biden, el líder de Al Qaeda cae muerto.

Alrededor de la casa, donde viven su mujer, su hija y sus nietos, apenas quedan rastros de un ataque. No parece haberse producido ninguna explosión, y tampoco se conocen más víctimas.

Este ataque aéreo en un cielo de verano es, según Estados Unidos, el resultado de décadas de seguimiento y meses de reconocimiento. Buscado desde hace años por los servicios secretos estadounidenses, y en especial tras la muerte en 2011 de Osama Bin Laden, a quien sucedió como jefe de la organización terrorista, Ayman al Zawahiri parecía estar refugiado entre Pakistán y Afganistán.

Según un alto funcionario estadounidense, Washington localizó a su familia en 2022 en una casa que utilizaban como escondite en Kabul. El ejército estadounidense se había retirado precipitadamente el pasado mes de agosto de esta ciudad, ante la violenta toma de poder de los talibanes.

Un trabajo de inteligencia confirmó en los meses siguientes que el propio Ayman al Zawahiri estaba en la casa. Los estadounidenses estudiaron la estructura del hogar, los riesgos para los civiles, y su forma de vida: nunca salía.

Modelo presentado a la Casa Blanca

«Identificamos a Zawahiri varias veces, durante largos periodos, en su balcón, donde finalmente fue abatido», explicó la noche del lunes un alto funcionario estadounidense, mientras Biden anunciaba la noticia. Apenas un puñado de funcionarios estaba al tanto de la operación durante su preparación, en mayo y junio.

Un proyecto de operación se le presentó el 1º de julio a Biden en la llamada «sala de situaciones» de la Casa Blanca, el mismo espacio desde el que, según una conocida foto, el expresidente Barack Obama siguió en directo el asalto contra Bin Laden en 2011 junto a Biden, entonces su vicepresidente. El mandatario recibió incluso una maqueta de la casa al término de la presentación.

El 25 de julio, Biden reunió a los principales asesores y «buscó saber más sobre la organización de las habitaciones detrás de la puerta y de la ventana del tercer piso».

El presidente, que se encontraba confinado y enfermo de coronavirus, pidió la opinión de todos y «autorizó un ataque aéreo preciso y adaptado», continuó el alto funcionario estadounidense, en declaraciones a la AFP.

A las seis de la mañana del domingo en Kabul, la temperatura era de unos 17ºC, el sol había salido hacía una hora, y el jefe de Al Qaeda ya se había despertado.

«El ataque fue finalmente ejecutado [...] por un dron. Dos misiles Hellfire fueron disparados contra Ayman al Zawahiri, que fue abatido. Fue asesinado en su balcón», narró el funcionario.

Misil secreto

«Según varias fuentes de inteligencia», continúa, se trata en efecto de él y solo él quien murió, no familiares ni civiles. Los talibanes, que controlan el país, explicaron a la AFP que un cohete impactó sobre una casa vacía en la acomodada zona residencial de Sherpur, sin causar víctimas. Estados Unidos, Rusia y China están embarcados en una carrera contrarreloj por lograr misiles hipersónicos.

Según Washington, la operación no necesitó efectivos militares en el terreno en Kabul. ¿Cómo?

Estos múltiples elementos sugieren el uso por parte de Estados Unidos de un arma cuya existencia nunca ha sido confirmada: los misiles Hellfire R9X «flying ginsu», que llevan el nombre de una marca estadounidense de cuchillos inspirada en Japón.

Se dice que esta versión modificada del misil estadounidense carece de carga explosiva pero tiene seis cuchillas que se despliegan antes del impacto para cortar su objetivo sin efecto de explosión.

Una foto del vehículo de un supuesto objetivo en Siria en 2017 muestra un enorme agujero en el techo, el interior destrozado, pero la parte delantera y trasera intactas.