El presidente Fernández nombró un "superministro" de Economía para evitar el temido derrumbe argentino

En un intento de salvar al malherido Gobierno peronista, ha sido designado el moderado Sergio Massa en un cargo vital

El alza del dólar y la inflación han llevado a Fernández a una situación de extrema debilidad política

El ministro argentino Sergio Massa.

El ministro argentino Sergio Massa. / Twitter / @SergioMassa

Abel Gilbert

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En lo que algunos analistas consideran como el último intento para evitar el naufragio del Gobierno peronista, el presidente Alberto Fernández ha decidido una restructuración profunda de su gabinete ministerial. Fernández ha nombrado al presidente de la cámara de Diputados, Sergio Massa, como una suerte de "superministro" que tendrá bajo su control la economía de un país con más de 40% de pobres y desquiciado por el aumento del precio del dólar y su correspondiente efecto inflacionario. Massa había roto en 2013 con la entonces presidenta y actual vice Cristina Fernández de Kirchner. Se presentó solo a las elecciones generales de 2015 con Fernández como su jefe de campaña. Ganó el derechista Mauricio Macri. Para derrotarlo, cuatro años más tarde, los tres decidieron unirse y tratar de pasar por alto los viejos rencores cruzados. El Frente de Todos pudo vencer en las urnas, pero su gestión, marcada en principio por la pandemia, nunca fue unificada. En las parlamentarias del año pasado, el peronismo perdió cuatro millones de votos, el preludio de la presente crisis que tuvo su pico de tensión con la salida, semanas atrás, de Martin Guzmán, el ministro de Economía que firmó un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar 44.000 millones de dólares de una deuda contraída por Macri y que, según Fernández de Kirchner, supuso un ajuste que no solo ha dejado al oficialismo sin su mayoría en el Congreso sino que presagia una paliza electoral en 2023.

Guzmán dejó su puesto a Silvina Batakis y el dólar se fue por las nubes. Pasaron apenas 42 días y Massa, "un pragmático" según el diario La Nación, entra al Gobierno no solo para salvarlo. Si logra contener la debacle, se convertirá en el candidato presidencial del peronismo el año venidero. Pero antes tendrá que obrar milagros. Conocido por su moderación y sus contactos con la elite y también Estados Unidos, Massa concentrará en su cartera a los ministerios de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura, Ganadería y Pesca. Se encargará a su vez de las relaciones "con los organismos internacionales, bilaterales y multilaterales de crédito", se informó oficialmente. Eso significa que le tocará a él sentarse a negociar con el FMI si Argentina no logra cumplir las metas pactadas para reducir la inflación y el gasto del Estado, como algunos analistas predicen.

Expectativa en los mercados

Cuando la noticia de su nombramiento era un secreto a voces, los bonos argentinos detuvieron una caída que parecía terminal. La expectativa de los mercados parece ahora favorable.  Massa, sostuvo el diario de negocios Ámbito Financiero, es visto por la city financiera como un "hombre amigable", en las antípodas de la vicepresidenta. El sindicalismo peronista también saludo su designación. El experto en finanzas Javier Timerman aseguró que la principal tarea del flamante "superministro" será acumular reservas para frenar la sequía del Banco Central. Con ese propósito buscará que los grandes productores agropecuarios vendan las cosechas que tienen retenidas y aceleren la liquidación de dólares.

"Despunta una nueva etapa con otro experimento. Jamás desde 1983 (el año de la transición democrática), un ministro concentró tanto poder dentro un gobierno. Asumirá en el transcurso de un tsunami político, económico y financiero. Si remonta Massa quedará con el crédito. Si la crisis se devora a los protagonistas, Massa y Alberto Fernández compartirán los costos. Habrá que ver cómo maneja Fernández de Kirchner su posición frente al nuevo elenco y a las políticas que vaya adoptando", señaló Página 12, un diario cercano al Gobierno.

La efímera Batakis, en tanto, salió de escena por la puerta de atrás. Se enteró de los cambios mientras se encontraba en Estados Unidos, donde le garantizó al FMI que Argentina cumplirá con el ajuste esperado. Al volver a la ciudad de Buenos Aires la destinaron al Banco Nación.