Los tunecinos votan una nueva Constitución para otorgar más poder Kais Saied

Los tunecinos votan este lunes un referéndum, por primera vez en su historia, para aprobar o rechazar una nueva Constitución que, de consolidarse, dotaría de más poderes al presidente Kais Saied, que hace un año disolvió el Parlamento, instauró el toque de queda y se atribuyó plenos poderes.

Los colegios electorales han abierto sus puertas a las 5.00 horas para que los 9,2 millones de electores empadronados puedan ejercer su derecho electoral hasta las nueve de la noche. En este referéndum, que no requiere un mínimo de votantes, el "sí" a la nueva Constitución es favorito debido a que la mayoría de la oposición ha instado a sus filas a no participar.

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El proyecto de nueva Constitución instaura un régimen ultrapresidencial en ruptura con el sistema más parlamentario instaurado en 2014 tras el triunfo de la revolución de los claveles, a la cual Saied imputa la crisis que vive Túnez actualmente. El país, de 12 millones de habitantes, lleva un año en una profunda crisis política, después de que Saied, elegido por amplia mayoría en 2019, se atribuyera plenos poderes el 25 de julio de 2021. "Un golpe de Estado", según la oposición, y una "concentración excesiva del poder" para las organizaciones de defensa de los derechos humanos.

La oposición, sobre todo el partido de inspiración islamista Ennahdha, ha llamado a boicotear el referéndum por considerarlo un "proceso ilegal". El principal sindicato, UGTT, no ha dado consigna de voto. "La gran incógnita es si la participación será baja o muy baja, ya que mucha gente no sabe ni qué ni por qué vota", ha explicado a la AFP el investigador Youssef Cherif.

Los partidarios del "sí" votarán "porque les gusta el presidente o porque odian a los que gobernaron desde (la Revolución de) 2011" Ennahdha y sus aliados, "pero no son más que unos cientos de miles", según Cherif.

Riesgo de dictadura

La última versión del texto, escrita por Saied en persona, se encuentra "a años luz del proyecto laico y democrático" que propuso la comisión encargada de su elaboración, ha explicado Hamadi Redissi, politólogo. Según él, "al contrario de la Constitución de 2014, aquí no hay debate ni deliberación pública del proyecto".

Sadok Belaid, el jurista al mando de la comisión encargada de la elaboración de la nueva Constitución, tomó distancias con el texto final, ya que a su parecer es susceptible "de abrir la vía a un régimen dictatorial".

La instauración de un régimen ultrapresidencial rompería con el sistema parlamentario creado tras la caída del dictador Ben Alí en 2011, y que hacía de Túnez la única democracia salida de las revueltas de la Primavera Árabe, según los analistas.

Túnez puede evolucionar hacia un "autoritarismo competitivo" como Turquía o Rusia, "con elecciones" pero "sin verdadera democracia", aunque "nunca será como China o Egipto", ha considerado Redissi. Un riesgo presente pero no inmediato, según algunos analistas. "El marco jurídico está. Si se mira el desmantelamiento de las instituciones que garantizan las libertades y la democracia, se estrecha el cerco", ha explicado Isabelle Werenfels, investigadora del instituto alemán SWP.

Tras el referéndum, el principal problema del país será la economía en crisis, con una tasa de desempleo desbocada (40% entre los jóvenes), la inflación creciendo por la guerra de Ucrania y los 4 millones de pobres que hay en el país.