Crisis energética

Gazprom reducirá aún más el flujo de gas a partir del miércoles

El gigante gasista ruso alega el deterioro de otra turbina para reducir la productividad del gasoducto al 20% de su capacidad total

Operarios de Gazprom, empresa gasista rusa

Operarios de Gazprom, empresa gasista rusa / Andrey Rudakov

Sara Ledo

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Un día antes de que los ministros de Energía de la Unión Europea debatan en Bruselas el plan de contingencia continental para hacer frente al duro invierno que se avecina en Europa, el gigante gasista ruso Gazprom eleva la presión al anunciar una nueva reducción del suministro por el gasoducto Nord Stream, el mayor tubo de gas que llega al continente. La compañía estatal rusa reducirá a la mitad su flujo a partir del próximo miércoles 27 de julio al detener una nueva turbina por problemas técnicos.

"A partir de las 7.00 hora de Moscú (4.00 GMT) la productividad diaria de la estación de bombeo Portóvaya será de 33 millones de metros cúbicos diarios", informó Gazprom en un comunicado a media tarde de este lunes. Esto supone una reducción de alrededor del 50% del suministro actual (60 millones de metros cúbicos al día) y equivale al 20% de la capacidad total de la tubería (155.000 metro cúbicos). La primera reacción fue la del precio del gas. La cotización de esta materia prima en el mercado de referencia para Europa, el TTF holandés, fue un incremento de precios que en el momento del anuncio se situaban en 167 euros, mientras que al final de la tarde llegaba a los 180.

El gigante estatal ruso vincula esta nueva reducción al estado técnico de una turbina de su estación principal de compresión de Portóvaya tras cumplirse el plazo para una nueva reparación, según lo estipulado por las normas técnicas. Mientras que Alemania, país al que pertenece el otro extremo del tubo, asegura que esta afirmación no es más que un "pretexto" para presionar a Occidente en el marco del conflicto de Ucrania. "Según nuestras informaciones, no hay ninguna razón técnica para reducir las entregas", aseguró una portavoz del Ministerio alemán de Economía a la agencia AFP.

Esta no es la primera turbina que pone en cuarentena Gazprom, sino que se suma la enviada a mediados de junio a la planta de Siemens en Montreal para su reparación. Según la versión rusa, las sanciones occidentales dificultan desde hace meses el retorno de esa turbina. Canadá asegura que la turbina será entregada a Alemania con una exención en su legislación, pero la empresa dice que tiene dudas sobre la documentación entregada por Canadá porque no elimina los riesgos vinculados a las sanciones y "generan preguntas adicionales" "que son importantes para el suministro del motor a Rusia y las reparaciones capitales de otras turbinas para la estación de bombeo Portóvaya".

La energía como arma de presión

A los problemas con estas turbinas hay que sumar el parón de diez días por mantenimiento del suministro que se reactivó el pasado 21 de julio. Según explica la Comisión Europea en su plan ‘Save gas for a safe winter’, desde el año pasado, Moscú ha disminuido “notablemente” el suministro de gas ruso a la Unión Europea en un intento “deliberado” de convertir la energía en un arma. Para hacerse una idea, en términos generales, según la CE, en junio de 2022, los flujos de gas de Rusia a la UE fueron menos del 30% del promedio de los seis años anteriores (2016-2021).

Además de los recortes en el Nord Stream, los flujos de gas por tuberías desde Rusia a través de Bielorrusia se han detenido y han disminuido de forma constante a través de Ucrania. También se ha detenido el suministro a los Países bálticos, a Polonia, a Bulgaria y a Finlandia; y se ha reducido el suministro a varios países, entre ellos, Polonia, Alemania, Austria, Dinamarca, Eslovaquia, Países Bajos e Italia.