Tensión Rusia-Occidente

Crece la incertidumbre en Europa por la reducción del gas ruso

Las autoridades alemanas preparan planes de racionamiento para reducir el consumo

Trabajos en el gasoducto Nord Stream 2.

Trabajos en el gasoducto Nord Stream 2.

El Periódico

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Era una medida esperada, pero ello no la convierte en menos preocupante: el gasoducto Nord Stream 1 – la conexión más importante para transportar gas de Rusia a Alemania y la Unión Europea – ha dejado de funcionar este lunes durante 10 días. La empresa rusa Gazprom asegura que el corte del suministro responde a “trabajos de mantenimiento”, pero el Gobierno alemán teme que el gasoducto no vuelva a funcionar más. Según Berlín, la medida es la respuesta del Kremlin a las sanciones occidentales y buscan ahogar la economía alemana y europea.

“Evidentemente, crece nuestra preocupación sobre que Rusia utilice el suministro de gas como un arma política para aumentar los precios, generar inseguridad en los mercados y generar caos”, ha dicho este lunes Robert Habeck, ministro federal de Economía y vicecanciller alemán. Habeck ha hecho estas declaraciones tras mantener una conversación con los gobiernos de República Checa y Austria, países en los que Alemania busca un apoyo solidario para complementar su insuficiente suministro de gas.

El gasoducto Nord Stream para durante 10 días de momento

Habeck ha subrayado la importancia que cobra ahora el gas licuado y las terminales transformadoras de las que su país carece: “Dependemos de que las terminales de gas natural licuado en Países Bajos, Bélgica y Francia funcionen y nos provean de gas. Necesitamos gas de Noruega y de Países Bajos, y necesitamos importaciones desde el sur de Europa, a través de Italia, por ejemplo. A la vez, Alemania sabe que debe distribuir el gas. Sólo saldremos de esta situación si nos ayudamos mutuamente”.

 

Reducción paulatina

Rusia lleva reduciendo el flujo de gas hacia Europa prácticamente desde el inicio de la invasión de Ucrania. Alemania, país altamente dependiente de los suministros energéticos fósiles de Rusia tanto para los hogares como para el funcionamiento de su industria, es el país más afectado de la UE. Pero no el único. A otros países como Polonia y Bugaria les ha cortado el suministro por completo y este lunes ha anunciado el recorte en un tercio del suministro a Italia.

"Gazprom anunció hoy que suministrará gas por un volumen de unos 21 millones de metros cúbico diarios, mientras que la media de los últimos días era de unos 32 millones", ha informado Eni, la empresa italiana de hidrocarburos. La mayor parte del gas ruso que llega a Italia pasa por Ucrania, a través del gasoducto TAG pero una pequeña parte llega a través de Nord Stream

Antes del cierre del gasoducto, el nivel de suministro ya sólo llegaba al 40% en Alemania. A ello hay que sumar que la puesta en marcha del Nord Stream 2, el segundo gasoducto que tenía que conectar Rusia y Alemania a través del Báltico, fue paralizada sine die tras el inicio de la invasión rusa de Ucrania. El proyecto fue defendido durante años a capa y espada tanto por la excanciller Angela Merkel como por los socialdemócratas del SPD, socios de Gobierno de la política democristiana.

Gazprom justificó ya el pasado junio que la reducción del suministro se debía a una turbina defectuosa de la empresa alemana Siemens Energy que tuvo que ser enviada a Canadá para su reparación. Según la versión rusa, las sanciones occidentales dificultan desde hace meses el retorno de esa turbina. Canadá asegura que la turbina será entregada a Alemania y Berlín rechaza la argumentación de la empresa energética rusa.

Y como telón de fondo están las críticas del Gobierno ucraniano, que argumenta que esa excepción en las sanciones aprobadas contra la economía rusa coloca en una posición de debilidad a Occidente y en una de fuerza a Moscú, que goza así de una “sensación de impunidad”. Berlín responde a Kiev que el suministro de esa turbina no supone una violación de las sanciones porque estas nunca se dirigieron contra el suministro de gas ruso hacia Europa.

Racionamiento y recesión

Además de buscar a marchas forzadas fuentes de energía alternativas al gas ruso, el Gobierno alemán sigue pidiendo a ciudadanía e industria que ahorren en el uso del gas en la medida de lo posible. El plan del vicecanciller Habeck es llegar a finales de año con un 90% de reservas de gas para poder hacer frente al invierno. Si eso no llega a ser posible, las autoridades alemanas podrían verse obligadas a racionar el consumo.

La industria alemana sería previsiblemente la peor parada, pues muchos de los procesos de la producción industrial en sectores como el químico, el farmacéutico o el del coche dependen del gas. La central sindical DGB alerta de que un parón en la producción industrial alemana generaría millones de desempleados. Y economistas alertan de la recesión que se cierne sobre el Viejo Continente si ese escenario se acaba consumando.