Nueva decisión polémica

El Supremo de EEUU limita la capacidad del Gobierno para luchar contra el cambio climático

La sentencia aleja a la potencia contaminante de los objetivos marcados por Biden, con una agenda medioambiental ambiciosa y frustrada

El decisión apuntala la imagen de radicalización del Supremo y su alianza con los republicanos para limitar las regulaciones federales

El Tribunal Supremo de EEUU.

El Tribunal Supremo de EEUU. / EVELYN HOCKSTEIN

Idoya Noain / Pilar Santos

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La capacidad del Gobierno federal de Estados Unidos de luchar contra la emergencia climática se asfixia por decisión del Tribunal Supremo. Este jueves, en otra polémica y trascendental sentencia, la mayoría conservadora de la poderosa corte ha limitado la capacidad la Agencia de Protección Medioambiental (EPA por sus siglas en inglés) para regular las emisiones contaminantes de las plantas que usan carbón para producir energía.

La decisión aleja peligrosamente a EEUU, el segundo país más contaminante e históricamente el máximo, de los objetivos para contener el calentamiento global y de la ambiciosa y frustrada agenda medioambiental del presidente Joe Biden, que se había marcado como meta 2035 para hacer limpia toda la producción de energía y 2050 para la neutralidad de las emisiones de toda la economía.

La sentencia tiene, además, implicaciones que van más allá. En la estela de otras conflictivas de los últimos días por las que ha derogado la protección constitucional del derecho al aborto, ha derribado muros de separación entre Iglesia y Estado y ha ampliado el derecho de portar armas, la decisión de este jueves vuelve a enviar señales alarmantes sobre la radicalización del Alto Tribunal y sobre la disposición de la sólida mayoría conservadora instalada desde que Donald Trump nombró a tres jueces de alinearse con una cruzada de los republicanos y limitar la autoridad regulatoria del gobierno federal.

"Es otra decisión devastadora que pretende llevar nuestro país hacia atrás", ha lamentado en un comunicado Biden.

Poder para un Congreso disfuncional

En la sentencia de este jueves, firmada por el presidente John Roberts y respaldada por los otros cinco jueces conservadores, no se elimina ninguna medida específica dictada por la EPA (de hecho la norma dictada bajo el mandato de Barack Obama que dio origen al caso nunca se llegó a aplicar por decisión del Supremo) pero se dictamina que debe actuar con "clara autorización del Congreso".

Los tres magistrados progresistas han votado en contra y en su texto disintiendo denuncian que "el tribunal se nombra a sí mismo quien toma las decisiones en política climática". "No puedo pensar en muchas cosas que asusten más", ha escrito la jueza Kagan, que ha recordado que "a menudo los miembros del Congreso no saben suficiente para regular sobre un tema". "Por supuesto pueden dar una dirección general, pero dependen, como todos nosotros en nuestras vidas diarias, de gente más experta y con más experiencia, gente que se encuentra en las agencias", ha añadido.

El Congreso vive, además, un momento de disfuncionalidad. Y la agenda medioambiental de Biden es uno de los empeños que ha quedado bloqueado no solo por la oposición republicana sino también por el rechazo a sus planes de demócratas con vínculos a la industria de combustibles fósiles, especialmente el senador de Virginia Occidental Joe Manchin.

Biden y la crisis de legitimidad del Supremo

En un país cada vez más polarizado, la última sentencia ha evidenciado de nuevo esa división, con los republicanos celebrando la decisión y los progresistas llorando lo que el secretario de Sanidad de EEUU, Xabier Becerra, ha tildado como un "desastre de salud pública". "Nuestro planeta arde y este Supremo extremista ha destrozado la capacidad del Gobierno federal de luchar contra eso", ha escrito en Twitter la senadora Elizabeth Warren, que ha asegurado también que "cada vez más esta corte radical enfrenta una crisis de legitimidad".

Por esa crisis le han preguntado precisamente a Biden en la rueda de prensa que ha ofrecido en Madrid tras su asistencia a la cumbre de la OTAN. Y el mandatario, que hablaba antes de conocer y reaccionar a la sentencia, ha urgido a los estadounidenses a acudir a las urnas en noviembre y "votar, votar, votar" si consideran "erróneas e indignantes" las decisiones recientes del Supremo, adjetivos que él ha usado para tildar sentencias como la del aborto y las amenazas a la privacidad y otros derechos.

Biden también ha mostrado públicamente su respaldo a hacer una "excepción" en la práctica del filibusterismo, que obliga a conseguir 60 votos en el Senado (donde actualmente los demócratas tienen solo 50 escaños) para garantizar que el Congreso logra codificar como ley el derecho al aborto y otros amenazados como el de voto.