Colombia: el presidente electo Gustavo Petro le tiende la mano a su adversario Álvaro Uribe

El encuentro entre los líderes de la izquierda y la derecha pone entre paréntesis una historia de duros enfrentamientos

Ambos se comprometieron a mantener un canal permanente de contacto aunque reconocieron que tienen divergencias

Gustavo Petro y Álvaro Uribe, en su encuentro de hoy.

Gustavo Petro y Álvaro Uribe, en su encuentro de hoy. / Twitter

Abel Gilbert

Abel Gilbert

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La escena habría sido impensable apenas semanas atrás en la Colombia crispada previa a los comicios que favorecieron a la izquierda. El presidente electo Gustavo Petro recibió a Álvaro Uribe, la figura determinante de la vida política en ese país hasta hace muy pocos años. No solo se tomaron fotografías juntos. También acordaron mantener un canal de comunicación permanente. El momento de cordialidad puede ser efímero, teniendo en cuenta de que se trata de figuras con proyectos ubicados en las antípodas . Pero por estas horas, muchos colombianos quieren creer que el llamado al diálogo de Petro y su rechazo a todo tipo de venganza desde el Gobierno puede tener en su cara a cara con Uribe un auspicioso punto de partida. "La reunión beneficia tanto a Petro como a Uribe. Pero aún más al país", dijo el portal La silla vacía. A su criterio, "crea un nuevo clima" en una Colombia donde "la derecha y la izquierda habían perdido la posibilidad de hablar".

“La conversación con el expresidente Uribe fue provechosa y respetuosa. Encontramos las diferencias y los puntos comunes. Siempre habrá un dialogo gobierno-oposición”, dijo escuetamente el futuro jefe de Estado, a través de Twitter. Previamente, Petro había recibido al magnate Rodolfo Hernández, su rival en la segunda vuelta.

"No es momento de pasar facturas, es momento de construir", Uribe sobre el historial de duros enfrentamientos. "Tengo un motivo personal de agradecimiento, mi situación es difícil, nuestro partido que tanto queremos, que era el primero en el Senado, ahora es el cuarto", dijo Uribe, en un reconocimiento del declive de una derecha que ni siquiera estuvo presente en la segunda vuelta y a sus problemas judiciales. "Nosotros expresamos que compartimos todo el esfuerzo que se haga para que el país acelere la superación de pobreza. Pero eso no puede ser a costa de marchitar el sector privado. Esa política se volvería insostenible y nos llevaría a más pobreza", dijo el ex mandatario, a modo de advertencia. "Que la tributación tiene que ser amable, que el contribuyente pague con gusto, sin miedo, que no pongan al contribuyente unos impuestos excesivos a buscar maniobras. Tuvimos para oportunidad de hacer un examen de las tarifas de renta comparativas a las empresas y de personas naturales", añadió.

Discrepancias previsibles

La amabilidad de la cita que Petro privilegió por encima de su descanso después de la agitada campaña electoral, tuvo su primera refutación por parte de una de las dirigentes importantes del uribismo. Mientras se realizaba la reunión, la senadora del Centro Democrático, María Fernanda Cabal, criticó duramente el informe de la Comisión de la Verdad sobre lo ocurrido durante un conflicto armado que dejó decenas de miles de muertos a lo largo de más de medio siglo. Cabal fue especialmente despectiva con su principal autoridad, el sacerdote jesuita Francisco de Roux, a quien calificó de "descarado".

 "Yo ya empecé a leer el informe. Quiero reconocer que está bien escrito y en esa narrativa que equipara a unos con otros, terminaremos como todos, incluido las víctimas, al nivel de los victimarios. Qué horror, soldados, policías que han dejado sus extremidades y sangre, van a seguir siendo el títere con el que juega la izquierda para justificar los horrores revolucionarios. Es inaceptable. Aquí estaremos para seguir combatiendo la mentira", bramó. "Todo terminó derivando que la culpa es del Estado que promovió el paramilitarismo, en ningún lado se culpa a las FARC". Sus palabras podrían haber sido suscritas por Uribe de no haber tenido que reunirse con Petro.

El informe de la CEV fue presentado el martes en un teatro bogotano. Petro lo recibió de manos de Roux con el compromiso de seguir las recomendaciones para construir una “gran paz” de largo alcance. El presidente electo fue aclamado durante la ceremonia. El propio Roux dijo que "la elección de Petro muestra que se puede ir más allá de la paz" y "hasta que amemos la vida". A su vez, el sacerdote aseguró que la CEV tiene "confianza" en que el Gobierno que asumirá el 7 de agosto hará "los cambios necesarios" para que Colombia pueda dejar atrás sus décadas de sufrimiento.

El mandatario saliente, Iván Duque recibió este miércoles oficialmente el informe también de manos de Roux. Su gestión es duramente criticada por los organismos defensores de los derechos humanos, especialmente por haber frenado el impulso del acuerdo de paz que había firmado su antecesor, Juan Manuel Santos, con las FARC. Parte de esos señalamientos forman parte del voluminoso escrito de la CEV. "Este es un reporte para generar un buen debate en la sociedad, para que tengamos la posibilidad de leerlo y desmenuzarlo, para conocer las apreciaciones en lo que son hallazgos y poder debatir, controvertir y al mismo tiempo construí sobre la base de los hallazgos y por supuesto tener un debate sensato, claro y republicano con las recomendaciones que trae", dijo Duque al recibirlo. Si bien las recomendaciones del informe no son vinculantes, Duque consideró que servirán para "construir colectivamente soluciones de convergencia".