Roe v Wade

El Tribunal Supremo de EEUU acaba con la protección del derecho al aborto

La corte judicial desplaza a los estados el derecho a legislar sobre la protección del embarazo

Anti-abortion campaigners celebrate outside the US Supreme Court in Washington, DC, on June 24, 2022. - The US Supreme Court on Friday ended the right to abortion in a seismic ruling that shreds half a century of constitutional protections on one of the most divisive and bitterly fought issues in American political life. The conservative-dominated court overturned the landmark 1973 "Roe v Wade" decision that enshrined a woman's right to an abortion and said individual states can permit or restrict the procedure themselves. (Photo by OLIVIER DOULIERY / AFP)

Anti-abortion campaigners celebrate outside the US Supreme Court in Washington, DC, on June 24, 2022. - The US Supreme Court on Friday ended the right to abortion in a seismic ruling that shreds half a century of constitutional protections on one of the most divisive and bitterly fought issues in American political life. The conservative-dominated court overturned the landmark 1973 "Roe v Wade" decision that enshrined a woman's right to an abortion and said individual states can permit or restrict the procedure themselves. (Photo by OLIVIER DOULIERY / AFP) / OLIVIER DOULIERY/AFP

Idoya Noain

Idoya Noain

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una regresión de cinco décadas, dos Estados Unidos, la igualdad hecha añicos y la autonomía femenina arrancada de mujeres convertidas en ciudadanas de segunda clase y puesta en manos de legisladores. Todo eso ha logrado este viernes la mayoría conservadora de un Tribunal Supremo radicalizado con una trascendental y controvertida sentencia que ha terminado con la protección constitucional del derecho al aborto que había estado en vigor en EEUU desde 1973.

Aunque la sentencia, que devuelve a los estados la regulación, se esperaba desde mayo, cuando se produjo una filtración histórica del borrador, su dictado ha provocado un auténtico terremoto social y político. En un país partido en dos y polarizado, ha sido recibida con euforia y celebración por el movimiento y los políticos conservadores, con terror e indignación por demócratas y progresistas. Y abre un nuevo e intenso frente de batalla de cara a las elecciones legislativas de noviembre.

De la necesidad de mostrar rechazo a la decisión en las urnas ha hablado, entre otros, el presidente, Joe Biden, que ha asegurado que este viernes era “un día triste para el Tribunal y para el país" y ha declarado que "la salud y la vida de mujeres en este país está ahora en peligro". El demócrata también ha criticado duramente a la corte y ha denunciado su “extremismo”. “Han eliminado expresamente un derecho constitucional; no lo han limitado, simplemente lo han eliminado”, ha dicho.

Acabar con el precedente

En el centro del caso que ha decidido el Supremo estaba una restrictiva ley de Misisipí de 2018 que prohibía el aborto después de 15 semanas de gestación, que no llegó a entrar en vigor por la demanda de la última clínica en el estado. Los seis jueces conservadores han decidido reinstaurar la norma. Pero cinco de ellos, incluyendo los tres nombrados por Donald Trump, han ido más allá y han decidido derogar ‘Roe v Wade’ y ‘Planned Parenthood v Casey’, las sentencias que en 1973 y 1992 respectivamente reconocieron el derecho al aborto.

 “Han inflamado el debate y la división”, ha escrito sobre esos dos históricos dictados ahora revocados el juez Samuel Alito, autor de la opinión mayoritaria. “Es hora de acatar la Constitución y devolver el tema del aborto a los representantes elegidos por el pueblo”. Solo el juez conservador Roberts ha escrito que habría optado por “un camino más comedido”.

 Los tres jueces progresistas han disentido con “pena, por el Tribunal pero, más, por los millones de mujeres estadounidenses que han perdido una protección constitucional fundamental”. Y han denunciado que serán obligadas a “nacimientos forzados”. “Un estado puede transformar lo que es una maravilla cuando se hace voluntariamente en lo que puede ser una pesadilla cuando se impone”, han escrito.

Efectos inmediatos

Al menos cuatro de los 13 estados que tenían listas “leyes gatillo” si se revocaba Roe este mismo viernes han anunciado inmediatamente la ilegalización de las interrupciones del embarazo: Dakota del Sur, Misuri, Kentucky y Luisiana. Hay otros 13, también controlados por republicanos, donde se espera próximamente ese paso, con distintos niveles de excepciones por violación, incesto, deformidades fetales o peligro para la madre y también, en algunos casos, sin ellas. Ya hay leyes que prácticamente imposibilitan cualquier aborto en Texas y Oklahoma y hay estados que tienen también las llamadas leyes “zombies”, que se aprobaron antes de Roe y podrían desempolvarse ahora. En total se calcula que 37,1 millones de mujeres en edad reproductiva vivirán en estados donde el aborto será ilegal.

Frente a ellas, unos 26.5 millones de mujeres en esa edad fértil viven en estados controlados por demócratas, que han prometido seguir reforzando las garantías de protección del derecho al aborto y, también en muchos casos, incrementar las ayudas para que mujeres de estados donde se prohibirá el aborto pueden acudir a sus clínicas. 

No todas podrán viajar, no obstante. O hacerse con la medicación abortiva, cuyo uso ha estado incrementándose en años recientes (y que algunos estados conservadores ahora también ponen en su diana). Y la sentencia del Supremo es un verdadero mazazo para todas las mujeres, pero especialmente para las de minorías y las que viven con menos recursos económicos.

Otros derechos en la diana

La extrema sentencia del Supremo, que corona con un triunfo décadas de una cruzada conservadora, preocupa más allá del aborto. Los magistrados han decidido acabar con un precedente asentado y podrían hacerlo con otros. Y no es solo una hipótesis.

Como parte de su razonamiento Alito ha escrito que al no estar mencionado en la Constitución el aborto debería estar “profundamente enraizado en la historia y las tradiciones de la nación” para estar protegido. Pero lo mismo podría aplicarse a otros derechos civiles que tampoco se abordaron en la elaboración de la Constitución hace siglos. Y el juez Clarence Thomas ha escrito en la sentencia que deberían “revisar” otros precedentes de sentencias que protegen otros derechos civiles: de los que amparan métodos anticonceptivos a los que protegen el matrimonio homosexual o las relaciones entre personas del mismo sexo.