Juicio controvertido
Una década de cárcel para Áñez por su toma de poder en Bolivia en 2019
El tribunal la condena por "incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a la Constitución"
Se ha abierto otra vez el debate sobre la falta de independencia del sistema judicial
Abel Gilbert
Corresponsal en Buenos Aires
Especialista en América Latina y doctor en comunicación. Ha cubierto los principales acontecimientos políticos regionales durante las últimas dos décadas para El Periódico. Es autor de ocho libros, tres de ellos en colaboración, y se apresta a publicar otros dos.
La expresidenta transitoria de Bolivia Jeanine Áñez y los excomandantes de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman y de la Policía Yuri Calderon, actualmente prófugos, fueron condenados este viernes a 10 años de cárcel por incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a la Constitución. Se los había acusado de haber participado del golpe de Estado que desplazó del poder a Evo Morales en noviembre de 2019. Tras deliberar durante más de ocho horas, el Tribunal Primero de Sentencia de La Paz determinó que Áñez cumpla la condena en la cárcel de Miraflores en la que está detenida de manera preventiva desde hace más de un año.
En la mañana de este viernes los jueces del tribunal se trasladaron hasta la cárcel para tomar la última declaración de Áñez y luego hicieron lo propio en la prisión donde se encuentran dos exjefes militares acusados de ayudar a la exsenadora a llegar al poder. Con estas diligencias el tribunal cerró la fase de debates de un juicio que Áñez enfrentó de manera virtual desde la cárcel. Las autoridades dijeron primero que eso se debió a la pandemia. Luego se argumentó que existía un "riesgo de fuga", pese a los insistentes pedidos de su defensa para que pudiera asistir personalmente a las audiencias.
"No fue un Gobierno fácil porque yo tuve el Gobierno, pero nunca tuve el poder, tuve bloqueos en la Asamblea Legislativa, por lo tanto era un Gobierno simplemente de transición", expresó Áñez en su declaración ante el juez. La exmandataria interina manifestó que ella no tenía la "ambición" de asumir la Presidencia y que solo cumplió su deber y que, a su juicio, el "único ambicioso" fue el expresidente Evo Morales "que no respetó la Constitución" desde 2016 cuando hizo caso omiso a los resultados de un referéndum que le negaban aspirar a un cuarto mandato consecutivo. A lo largo de las audiencias la exmandataria interina presentó varios quebrantos de salud, que según la parte acusadora eran maniobras para dilatar el juicio. En rigor, ella asumió las principales funciones ejecutivas después tras la caída de Morales después que la sucesora natural, la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, del Movimiento al Socialismo (MAS), se negara a hacerlo. Lo primero que hizo la mandataria interina es aparecer en el balcón del Palacio Quemado, la sede del Ejecutivo, con una Biblia en la mano.
Sentencia y repercusiones
La vuelta al poder del MAS supuso un nuevo giro político en Bolivia. Todos se acomodaron a las nuevas reglas de juego. El sistema judicial que había apuntado contra Morales y sus seguidores cambió de objetivos. Olvido las causas contra morales y fue detrás de los derrotados en las elecciones. Áñez fue detenida el 13 de marzo de 2021 en un operativo encabezado por el comandante general de la Policía Boliviana, Jhonny Aguilera, en su natal Beni y luego fue llevada a La Paz en un avión militar bajo un fuerte resguardo policial. En principio la Justicia le abrió una causa por los delitos de sedición, terrorismo y conspiración por la crisis postelectoral de 2019. De ese caso se derivó el proceso "golpe de estado II", por el que ha sido condenada.
"Rechazamos la sentencia de jueces que han sido totalmente manipulados, jueces que han dejado a Bolivia un legado de injusticia, abuso y sometimiento. Esta es la justicia ‘masista’ que vivimos en Bolivia, han criminalizado la sucesión constitucional, no solo le han hecho daño a la democracia en Bolivia sino en América Latina, es una vergüenza", dijo la hija de la exsanadora, Carolina Ribera. "El masismo acaba de cometer uno de los crímenes políticos más infames de la historia boliviana, al usar al sistema de justicia servil para condenar sin ninguna prueba ni delitos a una ex presidenta constitucional. El retroceso de la democracia y del estado de derecho es vergonzoso", dijo en tanto el expresidente Carlos Mesa.
Morales, como era de esperar, celebró el dictamen. "Pese a las mentiras, chicanas e incluso actuaciones para decir que estaba enferma o a punto de morir, la justicia sentenció que Añez y sus cómplices asaltaron el poder con un golpe de Estado. Diez años de cárcel es una pena benigna en relación al daño que causaron a la democracia".
La sentencia, señalaron diversos analistas, tuvo el signo de la previsibilidad y la venganza. Lo que quedó en evidencia es el enorme déficit de la Justicia. No fue independiente después del golpe de estado y tampoco, se señala, lo es ahora.
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