Nuevo ordenamiento jurídico

La nueva Constitución chilena divide a la sociedad y corre peligro de naufragar

Los detractores de la nueva Carta Magna toman ventaja en las encuestas a tres meses de la consulta popular

La desinformación y las noticias falsas en torno a su redactado obligan al Gobierno a tomar cartas en el asunto

chile

chile / Diego Martín / DPA

Abel Gilbert

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El suelo se remece debajo de los zapatos de los chilenos. En este caso, la amenaza de terremoto es política. El 4 de septiembre la sociedad debe decidir si aprueba o rechaza el borrador de la nueva Constitución de 499 artículos que nació como una alternativa para encauzar la protesta de noviembre de 2019 que se conoció como "reventón". La posibilidad de que la nueva Carta Magna sea arrastrada por la corriente de malestar que se centraliza en la figura del joven presidente, Gabriel Boric, ha dejado de ser desde hace meses una conjetura. Es un peligro creciente y fruto de una verdadera paradoja: la derecha ha carecido de poder de veto en el seno de la Asamblea, pero lo ha ejercido mediáticamente y a través de las redes sociales.

La última encuesta de Plaza Pública Cadem concluye que un 45% de los entrevistados se inclina por el "rechazo" a la Constitución, contra un 37% que se muestra a favor. Por su parte, la encuesta de Data Influye le asigna un 40% a la opción “apruebo”, a menos de cinco puntos de la otra alternativa que impulsa con fuerza el espacio conservador.

La campaña con vistas a la consulta debería comenzar oficialmente el 6 de julio, cuando la prensa dará cabida a las posiciones de cada bando. Ese mismo día estarán autorizados los actos y la publicidad en la calle. Pero nadie se llama a engaño: la disputa por el voto se ha iniciado con la intensidad propia de un país tan fracturado. Como señaló Cristián Valdivieso, director de la consultora Criteria, se ha vuelto a configurar en Chile "un escenario que dividirá fuertemente al país, dibujando un nuevo ordenamiento político y social, tal como sucedió después del plebiscito del SÍ o el NO (contra el dictador Augusto Pinochet) en 1988". Nada nuevo en realidad porque también la segunda vuelta del pasado mes de diciembre, que permitió a Boric llegar a la Casa de la Moneda, estuvo marcada por una polarización de semejantes decibelios.

El tono opositor

En cierto sentido, se ha instalado la lógica binaria en la que ser "anti-Boric" resulta equivalente a estar en contra de la nueva Carta Magna. Ese discurso impera en el espacio virtual. El movimiento Amarillos por Chile es uno de los más activos en las redes. El presentador televisivo Cristián Warnken, uno de sus rostros, ha reconocido rechazar algo que desconoce porque no ha leído el borrador del texto constitucional, lo que convierte su postura en un alegato puramente visceral. El caso de Warnken está lejos de ser excepcional. Según el Observatorio de Política y Redes Sociales de la Universidad Central (UCEN), casi un 50% de los internautas valoran negativamente la Constitución y a la misma Asamblea, aunque solo el 3% se refiere al texto que está en juego.             

Las fake news sobre un Chile futuro con tribunales exclusivamente indígenas o aborto libre hasta los nueve meses de embarazo están a la orden del día. El borrador apenas dice que "Chile es un Estado Plurinacional e Intercultural que reconoce la coexistencia de diversas naciones y pueblos en el marco de la unidad del Estado" y que todas las personas tienen "el derecho a decidir de forma libre, autónoma e informada sobre el propio cuerpo, sobre el ejercicio de la sexualidad, la reproducción, el placer y la anticoncepción".

Saber o no saber

La confusión es de tales dimensiones que el Gobierno decidió tomar el toro por las astas. El propio Boric, cuya desaprobación es del 57% solo tres meses después de asumir el cargo, intenta recuperar su iniciativa progresista con una serie de medidas. Entre ellas la campaña "Hagamos Historia", que busca ampliar el conocimiento de los chilenos sobre la votación del 4 de setiembre. "Como Gobierno vamos a cumplir con el deber de informar, considerando que ambas alternativas, Apruebo o Rechazo, son válidas y legítimas", dijo el presidente, que se juega mucho en la consulta.

Boric recordó que "el proceso constituyente también es parte del patrimonio inmaterial de todos los chilenos". Como era de esperar, la derecha consideró que la campaña informativa tiene "intencionalidad política". Para el ultraderechista, Rojo Edwards, se trata de un "intervencionismo descarado". La oposición conservadora lanzó una batería de denuncias judiciales, que han sido desestimadas.

Las semanas previas a la consulta serán de una tensión al alza. Lo que suceda en la segunda vuelta colombiana entre Gustavo Petro, un izquierdista que sintoniza con Boric, y el trumpista Rodolfo Hernández, repercutirá en un Chile donde ya se escuchan amenazas que parecían enterradas para siempre. El fiscal Cristián Andrade anunció que investigará un reciente pronunciamiento del ex comandante en jefe de la Armada, Miguel Ángel Vergara, quien, en el marco de un acto de la Liga Marítima de Chile, sostuvo ante el alto mando actual que existe una "amenaza interna" ante la que hay que estar preparados para ir "al abordaje".