70 años de reinado

Los británicos se vuelcan en la celebración del Jubileo de Isabel II

Jubileo de Platino: El último "¡hurra!" de los británicos a Isabel II

Isabel II, reina infinita

La reina Isabel con Camila, Carlos, Catalina, Guillermo y sus hijos, en el balcón de Buckingham durante los actos del Jubileo de Platino.

La reina Isabel con Camila, Carlos, Catalina, Guillermo y sus hijos, en el balcón de Buckingham durante los actos del Jubileo de Platino. / PAUL GROVER / POOL

Begoña Arce

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Sin perder la sonrisa, Isabel II, frágil, apoyándose en un bastón, ha hecho este jueves es su aparición en el balcón del Palacio de Buckingham entre los aplausos de la multitud congregada para rendirle homenaje en las celebraciones por sus 70 años de reinado. El Trooping the Colour, con el que arrancaron los festejos del Jubileo de Platino, era el primero celebrado después de dos años de pausa por las restricciones del coronavirus. La fiesta anual con motivo del cumpleaños de la reina, la gran exhibición de brillo y pompa de un ceremonial con más de 260 años de existencia fue también una muestra de la transición interna que vive la monarquía británica.

La soberana de 96 años, con achaques y problemas de movimiento, va delegando cada vez más tareas y obligaciones. No en vano, Buckingham Palace informó a última hora que no asistirá a la misa en su honor que el viernes se celebrará en la catedral de San Pablo tras encontrarse "algo indispuesta" tras el desfile. "Teniendo en cuenta el viaje y la actividad requerida para participar en el servicio para dar gracias en la catedral de San Pablo, su majestad ha decidido con gran reticencia que no asistirá", ha informado su servicio de prensa.

Durante la jornada Isabel II siguió el desfile confortablemente desde los salones de Palacio adonde había llegado procedente del castillo de Windsor, que es ahora su residencia oficial. La reina renunció a la ardua tarea de revisar personalmente las tropas y cedió esa labor y el saludo de la Horse Guards Parade a su hijo, el príncipe de Gales. Este lo hizo en su nombre, igual que ella había reemplazado en esa misión a su padre ya enfermo, Jorge VI, en 1951. El príncipe también la había sustituido recientemente en la apertura del Parlamento.

Jorge, Carlota y Luis

Carlos, su hermana la princesa Ana y el príncipe Guillermo, siguieron el desfile en uniforme militar y a caballo. Camila, duquesa de Cornualles, lo hizo en un coche de caballos descubierto. A su lado iba Catalina, duquesa de Cambridge, sentada frente a sus tres hijos Jorge, Carlota y Luis, que por primera vez participaron en este evento. Su presencia indica el ajuste y nueva estructura que se va perfilando de la familia real. Las jóvenes generaciones están listas para tomar el relevo y la línea de continuidad en el trono, asegurada.

La soberana eligió cuidadosamente a quienes la acompañaron en el balcón del Palacio de Buckingham. Solo participaron en ese ritual los miembros de la familia real que cumplen tareas oficiales para la Corona, 18 en total.  A diferencia de otras ocasiones quedaron excluidos Enrique y su esposa Meghan, recién llegados de Estados Unidos, que siguieron el desfile desde el interior de Palacio. Era la primera vez que la pareja se reencontraba con los principales miembros de la familia real en más de dos años, tras fuertes tensiones. La ocasión les ha permitido presentarles a su hija Lilibet, de casi un año, nacida en Estados Unidos, que ha viajado con ellos al igual que Archie, su hijo de tres años.

Ausente estuvo, como se esperaba, el príncipe Andrés, repudiado por la sociedad británica, retirado de la vida pública desde el 2019, despojado de los títulos militares. A media tarde se comunicó que había dado positivo de covid y no participará en el acto de Acción de Gracias, este viernes en la catedral de San Pablo, lo que fue recibido con alivio.

Mar en rojo, blanco y azul

Decenas de miles de personas bendecidas con un sol radiante siguieron el Trooping the Colour por la avenida del Pall Mall. Un mar de banderas y gorros en rojo, blanco y azul, los colores de la bandera británica que también pintaron en el cielo con estelas de humo los aviones de la Red Arrows.  A las bandas de música, los caballos, las mascotas y las acrobacias aéreas de la Royal Air Force, se unieron las salvas disparadas por cañones desde Hyde Park y la Torre de Londres. La policía entró en acción cuando miembros del movimiento ecologista Animal Rebellion trataron de saltarse la barrera protectora e invadir la calzada al paso de una de las bandas militares. Fue el único conato de incidente de una jornada pacífica.  

Tras el encuentro familiar en la intimidad la reina volvió al castillo de Windsor donde tenía pensado participar por la noche en la ceremonia de encendido de focos, antorchas y faros a lo largo del país. Otra de las viejas e irrenunciables tradiciones británicas. 

Felicitaciones de todo el mundo

Mandatarios y personalidades de todo el mundo han enviado mensajes de felicitación a Isabel II con motivo del Jubileo de Platino. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, le dio las gracias por “su amistad con la gente de América”. Barack Obama, que visitó a la soberana con su familia en varias ocasiones cuando ocupaba la presidencia fue especialmente cariñoso con Isabel II. “Su vida ha sido un regalo, no sólo para el Reino Unido, sino para el mundo”. El Papa Francisco aseguró que rezaría por ella, por otros miembros de la familia real y “por la gente de la nación bendecida con unidad, prosperidad y paz”.  El presidente francés, Emmanuel Macron le regaló un caballo de raza de 7 años,Fabuleu de Maucour, que procede de la Guardia Republicana, una silla de gala de 1874 y un sable de caballería de 1822.

 En el Reino Unido a las felicitaciones de la clase política se unió la de la vicepresidente del Sinn Féin, Michelle O’Neill. La futura ministra principal de Irlanda del Norte   reconocía la “significativa” contribución de la reina al proceso de paz y su “dedicación al servicio público de los británicos”. El exprimer ministro conservadorJohn Major dijo “no conocer ninguna otra figura, ninguna otra celebridad o presidente que haya seguido siendo tan popular” como la reina.