Escena insólita

Le cobran dos euros por un café, le parece muy caro y llama a la policía

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El propietario del local pagó la sanción porque la considera "justa"

Un café

Un café / Ferran Sendra

Alexandra Costa

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Un hombre entra en una cafetería y pide un expreso descafeinado. El camarero le cobra dos euros. Al cliente le parece demasiado caro y, descontento, llama a la policía municipal. Los agentes se personan en el lugar y sancionan al propietario del establecimiento con 1.000 euros. Sin embargo, la multa no es por haber cobrado la friolera de dos euros por un café solo, sino porque el precio no estaba a la vista. Esta escena no es de chiste. Ocurrió en Florencia y no en un sitio cualquiera: en el café Ditta Artigianale, regentado por el popular cafetero italiano Francesco Sanapo.

Italia todavía mantiene algunas restricciones por el covid. En concreto, la de consultar los menús de los restaurantes, bares y cafeterías en formato digital. Sanapo optó por poner un código QR, a través del cual se pueden ver la carta y los precios. En cambio, al cliente insatisfecho eso no le pareció suficiente y denunció que no aparecía en ningún lugar físico y al alcance de la vista, como sí ocurría con otros productos.

Exabruptos en Instagram

Sanapo no se quedó de brazos cruzados. Ha ganado varios campeonatos de café en Italia y su fama le precede. Así como sus seguidores. Por eso, colgó un vídeo en Instagram defendiendo la suprema calidad de sus cafés y, en consecuencia, que se reflejara en el precio. El problema, señala, “es dar el valor justo a las cosas. Pagar un euro por un café no es sostenible". "El café que serví proviene de una pequeña plantación en Chiapas, se extrajo de manera natural y fue preparado con mucha profesionalidad por mis baristas", argumenta, a la vez que pide que su "exabrupto" no quede "en vano".

El experto cafetero ha pagado la multa y así lo ha enseñado en Instagram. "No estoy desilusionado por la multa, es justa, es correcta”, dice, admitiendo el error de no haber mostrado el precio del café. Pero no se centra en la cuestión, sino que arremete contra el cliente que propició la polémica.

"Este señor ahora anda orgulloso de sí mismo, creyendo que ha dado una lección y que ha hecho justicia, eso no me cuadra y espero sinceramente que este video le llegue de alguna manera para que tal vez pueda tener la oportunidad de conocerlo", advierte.

Las redes defienden al cliente

La controversia fue 'in crescendo'. Se ha trasladado a los medios de comunicación, hasta el punto que se ha creado un debate nacional sobre la calidad de los cafés que se sirven en Italia, la meca de los expresos. Los colegas de profesión han arrimado el hombro con Sanapo.

Sin embargo, el barista también ha visto como las redes se le giraban en contra y como una multitud de usuarios defendían al cliente descontento. Así, en las reacciones de su vídeo en Instagram se pueden leer comentarios como "la multa es justa, dos euros es un robo" y "¡Dos euros! ¿Es una broma?".