Tensión en Asia

Biden se compromete a defender a Taiwán si es atacada por China

El presidente de EEUU reitera su advertencia a Pekín, a pesar de que en agosto la Casa Blanca tuvo que desmentir sus declaraciones

El presidente de EEUU, Joe Biden, escucha al primer ministro japonés en Tokio.

El presidente de EEUU, Joe Biden, escucha al primer ministro japonés en Tokio. / NICOLAS DATICHE / REUTERS

Adrián Foncillas

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Joe Biden, presidente estadounidense, ha afirmado este lunes de nuevo que su Ejército auxiliará a Taiwán en un ataque chino. Lo había asegurado ya en agosto, dinamitando el histórico y delicado statu quo en el estrecho de Formosa, y la inmediata pataleta china forzó el desmentido de la Casa Blanca. De momento, no ha mediado otro desmentido, pero la aclaración posterior de que la política estadounidense sobre Taiwán no ha cambiado certifica la confusión en una materia inflamable.

"Sí, ese es nuestro compromiso", ha respondido Biden cuando se le ha preguntado por la hipótesis en la rueda de prensa en Tokio. La invasión china "no sería apropiada, desencajaría la región entera y sería otra acción similar a lo que ocurrió en Ucrania", ha añadido. "Estados Unidos está comprometida con el principio de una sola China pero eso no implica que China disfrute de jurisdicción para usar la fuerza sobre Taiwán. Mi expectativa es que eso no ocurrirá y creo que dependerá en mayor medida de cómo el mundo le haga entender que ese tipo de acciones implicará la desaprobación de la comunidad internacional", ha continuado. La promesa de Biden carece de efectos prácticos porque la inminente invasión china se ha anunciado durante medio siglo sin que hoy sea más verosímil que antes. Sirve, sin embargo, para apuntalar la política hostil de Washington y su ignorancia de las líneas rojas de Pekín.

La "ambigüedad estratégica" nace en el Acta de Relaciones con Taiwán de 1979. No explicita la respuesta militar estadounidense en caso de ataque chino pero sí la seguridad de que la isla contará con los recursos para prevenir un cambio unilateral de la situación por parte de Pekín. En la práctica se ha traducido en el masivo caudal de armas estadounidenses hacia Taiwán, un asunto que descompone cíclicamente a Pekín, pero ningún inquilino de la Casa Blanca se había atrevido a comprometerse con la intervención militar hasta Biden. Sus declaraciones siguen a la reciente modificación de la hoja informativa del Departamento de Estado sobre las relaciones entre Washington y Taipéi, donde ya no aparecen ni el principio de una sola China ni el rechazo a la independencia de Taiwán. Pekín recibe con comprensible escepticismo las promesas estadounidenses de fidelidad a sus políticas en un asunto fundamental y con potenciales consecuencias devastadoras para las relaciones bilaterales.

Gira por Asia sin ir a China

Biden ha hablado el lunes desde Tokio, segunda y última etapa de una gira asiática que, a diferencia de sus predecesores, no ha incluido Pekín. Japón, que acumula pleitos históricos con China, es una plaza amable para Estados Unidos y su expansión por el continente. El anterior presidente, Shinzo Abe, jubiló la ejemplar Constitución pacifista pese a las protestas de un continente que no ha olvidado los desmanes de su imperialismo y sugirió su inclusión en la OTAN. Su sucesor, Fumio Kishida, ha prometido sustanciales aumentos del presupuesto militar y perpetuado su alineamiento con las políticas estadounidenses.

Biden ha definido su alianza militar con Japón como "un pilar de la paz y la prosperidad en el Indopacífico" y agradecido su "fuerte liderazgo" frente a Rusia. "Aplaudo la determinación japonesa para reforzar su defensa. Un Japón fuerte es una fuerza del bien para el mundo", ha añadido. Kishida ha aclarado que todas las opciones están sobre la mesa, incluidos "los ataques preventivos sobre bases enemigas".

El periplo asiático es recibido con inquietud por China. "La llamada estrategia del Indopacífico consiste, en esencia, en incitar a la confrontación y socavar la paz. No importa cómo se empaquete o se disfrace porque está condenada a fracasar", aventuró el ministro de Exteriores, Wang Yi, en las vísperas del viaje de Biden. La inminente reunión del Quad, una de las organizaciones militares que apadrina Washington en la región, es en opinión de Wang el intento estadounidense de "formar pequeños grupos de países con la supuesta defensa de la libertad pero que sólo buscan contener a China".