A los 76 años

Lula se casa en plena campaña electoral brasileña

La flamante esposa del expresidente es Rosângela da Silva, Janja, una socióloga de 55 años

Lula estuvo casado 43 años con Marisa Leticia Casa, quien falleció en 2017

El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y la socióloga Rosangela Silva, durante su boda en Sao Paulo.

El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y la socióloga Rosangela Silva, durante su boda en Sao Paulo. / RICARDO STUCKERT

Abel Gilbert

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"Olé Olá, Lula lá (Vamos, Lula)", entonaron, esta vez comedidos, los invitados. Y él se abstuvo de levantar el puño izquierdo por cuestiones de protocolo. No se trató de un acto de campaña electoral con miras a las presidenciales de octubre. A los 76 años, Luiz Inacio Lula da Silva fue saludado con la vieja consigna de 1989, con la que compitió en las urnas por primera vez, cuando le dio el "sí" a su nueva esposa. El líder del Partido de los Trabajadores (PT) se casó en la noche del miércoles con la socióloga Rosângela da Silva, más conocida como Janja, de 55 años.

Unas 150 personas, entre familiares, políticos y artistas acompañaron a la pareja en la ceremonia que tuvo lugar en la periferia paulista. La boda no pudo sustraerse de la coyuntura política. De hecho, uno de los más requeridos por la prensa antes de entrar a la finca fue el gobernador de San Paulo, el conservador Geraldo Alckmin, actual compañero de fórmula de Lula. Estuvieron ahí también la exmandataria Dilma Rousseff, Fernando Haddad, quien perdió los comicios de 2018 frente a Jair Bolsonaro, la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, y reconocidos personajes de la cultura como Daniela Mercury, Gilberto Gil y el Fernando Morais, el biógrafo de Lula.

Lula fue proclamado formalmente candidato presidencial el pasado 7 de mayo. Una reciente encuesta da cuenta de que le lleva 12 puntos de ventaja a Bolsonaro. Algunos analistas no descartan que el capitán retirado acorte distancias a medida que se acerque la fecha de la votación, a principios de octubre. De hecho, la posibilidad de que la ultraderecha retenga el poder ha dejado de ser completamente descabellada.

La ceremonia se desplegó bajo el signo de la austeridad. Los invitados tuvieron que abstenerse de utilizar sus teléfonos celulares. El tema de su matrimonio no ha sido ajeno a los últimos actos proselitistas. Lula no perdió la oportunidad de recordar su condición de "enamorado".  Antes de la fiesta, Janja tomó también la palabra en las redes sociales. "Nadie más feliz que tú y yo". Luego se exhibió en Twitter con su vestido de novia. "El amor venció". Lula le respondió: "Hoy es el día para celebrar nuestro amor. Que el viento venga a bendecirnos y se lleve todo mal de nosotros".

Todo lo que hace o deja de hacer Lula por estos días es noticia o motivo de una sostenida campaña de difamación en las redes sociales por parte del bolsonarismo. El exmandatario tuvo que desmentir que la fiesta costaría más de 20.000 dólares.

Sin luna de miel

El expresidente estuvo casado 43 años con Marisa Letícia Casa. Ella falleció en 2017, cuando su esposo era objeto de una cacería judicial que, según reconoció el Tribunal Supremo el año pasado, carecía de parcialidad. Las acusaciones de corrupción llevadas adelante por el entonces juez Sergio Moro lo llevaron a una prisión de Curitiba. Su relación con Janja se hizo pública mientras cumplía la condena.

La socióloga se afilió al PT en su juventud. Algunos medios de prensa brasileños sostienen que el vínculo entre ellos data de antes. Lo cierto es que su flamante esposa lo visitaba en la cárcel con frecuencia. "Busco palabras en el teclado para describir estos 500 días (que llevas en prisión). Difícil! Tu ausencia física duele demasiado", llegó a escribir en Twitter. No faltaron oportunidades para declararle en el mundo virtual su "amor para siempre".

El día que Lula abandonó la unidad penal, Rosangela lo esperó a la salida junto con dirigentes del PT y simpatizantes. Y, allí, delante de todos, el recién liberado dijo: "Quiero presentarles a alguien que ya he mencionado, pero que no todos conocen: mi futura compañera".

La pareja no tendrá esta vez su luna de miel. Después de unos pocos días de descanso, Lula volverá a sumergirse en una disputa electoral no apta para las amabilidades. A medida que se acerca octubre, crece la tensión política en Brasil.

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