Guerra en Europa
Centenares de combatientes de Azovstal abandonan la acería tras rendirse
75 días de guerra
Guerra Rusia-Ucrania: últimas noticias en directo
Moscú ha cuantificado en 1.730 el número de combatientes ucranianos que se han rendido en Mariúpol en tres días, incluidos 771 en las últimas 24 horas. La incertidumbre planea, sin embargo, sobre dónde y cómo están los soldados heridos. Moscú asegura que más de 900 combatientes ucranianos de la planta siderúrgica de Mariúpol han sido llevados a una antigua colonia penitenciaria, en una parte de Donetsk controlada por Rusia, mientras Ucrania no ha comentado su paradero.
Entre los combatientes, hay 80 heridos que fueron llevados a un hospital en territorio controlado por Rusia, según explicó el Ministerio de Defensa ruso, que difundió un vídeo de soldados saliendo de la planta metalúrgica, algunos de ellos con muletas, y siendo cacheados y sus mochilas registradas. Se desconoce cuántos soldados ucranianos quedarían dentro de las instalaciones de Azovstal.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha informado de que está elaborando un registro de los cientos de prisioneros de guerra ucranianos que defendieron la acería de Azovstal en Mariúpol (sureste), con el fin de hacer un seguimiento de su arresto y ayudarles a ponerse en contacto con sus familias. Este registro se lleva a cabo a través de un formulario en el que los soldados anotan su nombre, fecha de nacimiento y datos de un pariente cercano, ha explicado Cruz Roja en un comunicado.
El "CICR debe tener acceso inmediato a todos los prisioneros de guerra allá donde se encuentren, de acuerdo con el mandato otorgado por los Estados a través de las Convenciones de Ginebra de 1949", ha recordado la centenaria organización que también ha insistido en su derecho a entrevistar a este tipo de prisioneros sin testigos o a visitarlos sin restricciones de duración o frecuencia.
Intercambio de prisioneros
Desde el 16 de mayo 1.730 defensores de Azovstal, todos del Batallón Azov y entre ellos 80 heridos, se han "rendido" y entregado a las fuerzas rusas, de acuerdo con Moscú. El Gobierno ucraniano, que prefiere referirse a estos defensores como "evacuados", quiere intercambiarlos por prisioneros rusos, pero Moscú aún no se ha pronunciado públicamente sobre esta posibilidad, que encuentra resistencia en el Parlamento ruso y los separatistas prorrusos del Donbás. Desde ambas partes se exige juzgar e incluso imponer la pena de muerte a los "criminales de guerra", término con el que algunos diputados califican a los miembros del Batallón de Azov.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, afirmó que los últimos defensores de Mariúpol -soldados regulares y miembros de la Guardia Nacional, de la que depende el Batallón de Azov- son héroes nacionales. Moscú, en cambio, acusa al batallón de nacionalismo radical antirruso y neonazismo y de actuar contra los rusohablantes de Ucrania.
La unidad, nacida en 2014 como una milicia para luchar contra los separatistas prorrusos, niega ser fascista, racista o neonazi, y el Gobierno de Ucrania asegura que ha sido reformada y depurada de sus orígenes radicales para ser integrada en las fuerzas armadas.
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