Mariúpol, el bastión de la resistencia ucraniana, en claves

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Rusia intensifica sus bombardeos para controlar el mar de Azov

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Montse Martínez

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Mariúpol ha caído definitivamente en manos rusas. La ciudad ucraniana, convertida en icono de la resistencia ante la despiadada invasión de Rusia, se ha rendido. Tras un acuerdo entre Moscú y Kiev, han sido evacuados los últimos combatientes parapetados en la acería de Azovstal, una vasta planta siderúrgica que ha albergado tanto a civiles como a soldados ucranianos durante semanas. A continuación, varias claves explican la importancia estratégica de esta ciudad portuaria del Mar de Azov.

Enclave estratégico

La ciudad de Mariúpol, en el este de Ucrania, es un enclave estratégico que los rusos ansían dominar. Conocida como la capital del acero de Ucrania, es uno de los centros más importantes del sector metalúrgico y la construcción de maquinaria. No en vano alberga el esqueleto de lo que fuera la <strong>acería de Azovstal</strong>, una<strong> macroplanta siderúrgica</strong> que ha servido de refugio a soldados y civiles ucranianos desde que empezó la guerra. El puerto, en el mar de Azov, acaba de conferirle una valía extraordinaria desde el punto de vista de las comunicaciones marítimas. Además, ya que se sitúa en el sureste de Ucrania, es especialmente importante para Rusia porque une las zonas prorrusas del Donbás y la anexionada República de Crimea

La acería de Azovstal

Azovstal fue una de las plantas metalúrgicas más grandes de Europa. Entró en funcionamiento en 1933 y, durante décadas, fue clave para el sistema ferroviario y naval de la Unión Soviética. La planta, que se encuentra en un área industrial a orillas del mar de Azov, se extiende a través de más de 11 kilómetros cuadrados. El complejo contiene innumerables edificios, altos hornos e, incluso, vías férreas. Bajo la planta, hay una red de búnkeres y túneles que datan de la era soviética. Esos túneles han servido de refugio a civiles y militares desde la <strong>invasión rusa el 24 de febrero</strong>. La inmensidad de las instalaciones ha hecho que las tropas rusas tuvieran muchos problemas para moverse y atacar el complejo.

Masacre de civiles

Mariúpol, el corredor de Rusia hacia Crimea, ha sufrido la despiadada ofensiva rusa desde el principio de la invasión, el 24 de febrero. Medio millón de personas vivían en la ciudad, reducida a escombros a día de hoy en un 90%. Las tropas rusas se han cebado contra los civiles sin miramientos, contraviniendo las básicas leyes de la guerra. Primero, las imágenes del bombardeo de la<strong> maternidad</strong> de la ciudad, con mujeres embarazadas evacuadas, golpearon al mundo. Más tarde, Rusia no tuvo impedimentos en bombardear un teatro señalizado con la palabra "niños" para indicar la existencia de menores en sus instalaciones. Al menos 300 personas murieron en este ataque.

Sin luz ni agua, los civiles que no lograron huir en los inestables corredores humanitarios establecidos para tal efecto, están a merced de la ayuda humanitaria.

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