Una nueva crisis carcelaria provoca en Ecuador al menos 44 muertos

Familiares de presos muestran carteles de protesta en los exteriores de la cárcel de Santo Domingo de los Tsáchilas en Ecuador.

Familiares de presos muestran carteles de protesta en los exteriores de la cárcel de Santo Domingo de los Tsáchilas en Ecuador. / EFE/José Jácome

Abel Gilbert

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La muerte se pasea por las cárceles ecuatorianas. Un nuevo motín ha provocado 44 fallecimientos en Santo Domingo de los Tsáchilas, a 177 kilómetros de Quito. Se trata de una unidad penitenciaria con una tasa de hacinamiento casi el 80%. De acuerdo con la fiscalía la mayoría de los presos murió como consecuencia de un cuchillazo u otra arma blanca en medio de otro enfrentamiento entre facciones de delincuentes. Se ha reportado que 13 personas han sido heridas. La mayoría de ellas se encuentra en una grave situación. Las fuerzas seguridad volvieron a capturar a 112 internos que habían abandonado la prisión, mientras que 108 se encuentran prófugos.

El ministro del Interior, Patricio Carrillo, dijo que los choques fueron consecuencia de la llegada al penal de un preso que era rechazado por una parte de los internos. "No daremos el brazo a torcer ante las mafias. Lo que se vivió en Santo Domingo fue una crueldad de una banda criminal que perpetuó los mismos hechos hace un mes en (la prisión de) Azuay. Hay que revisar los mecanismos de acumulación de penas y negar beneficios a los involucrados, y someterlos a un régimen disciplinario más exigente", dijo. "

Nuestro compromiso por recuperar el orden en las cárceles es firme", señaló el presidente Guillermo Lasso desde Israel. "Mi más sentido pésame a los familiares y seres queridos de los fallecidos en el amotinamiento en la cárcel de Sto. Domingo. Este es un lamentable resultado de la violencia entre bandas". Su mensaje no sorprendió a nadie: se pareció a los que circularon anteriormente en la cuenta de Twitter del mandatario después de incidentes similares.  En febrero de 2021, cuando Lasso disputaba la presidencia, tuvo lugar la primera crisis en el sistema penitenciario: 78 personas perdieron la vida en tres prisiones. Los problemas no menguaron en el sistema penitenciario desde que Lasso llegó al Palacio Carondelet. Los organismos de derechos humanos calculan que más de 300 ecuatorianos fallecieron en distintos incidentes.

Problema de larga data

Una de las promesas de campaña de Lasso había sido tomar cartas en el delicado asunto de la situación en las prisiones, donde se ha extendido la disputa por el control de ciertos territorios urbanos entre las bandas R7 y Los Lobos. De acuerdo con distintos medios de prensa, la génesis de esta nueva masacre está relacionada con una rencilla entre Marcelo Anchundia, de los R7, y Alexander Quezada, alias Ariel, de Los Lobos, quien, pese a estar recluido en otra cárcel desde el 26 de abril pasado, había dado la orden de asesinar a su rival. El diario El Comercio informó que los grupos narcos en la prisión fueron descabezados por las autoridades y sus cabecillas repartidos en otras cárceles.

La ola de motines viene acompañada de un incremento de la violencia en las ciudades. El estado de excepción no ha impedido que aumenten los hechos letales. Durante el primer trimestre murieron 950 personas y en 2021 los asesinatos perforaron la barrera de 2500, lo que representó un alza de un 80% con relación al año precedente. "Cómo descendimos a este infierno, luego de que Ecuador había logrado esquivar, por décadas, la brutal violencia de las mafias de Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína del mundo? Los nombres de aquellos que transaron con el narcotráfico tendrían que ser exhibidos para que no se atrevan a intentar volver jamás al poder", señaló Thalía Flores y Flores, columnista del diario Primicias.

"Con este Gobierno se terminó la historia de entregarles a los narcotraficantes el territorio ecuatoriano" había dicho en octubre pasado Lasso al anunciar la instalación de un nuevo radar para detectar avionetas ilegales. "Tendremos el 100 % del territorio ecuatoriano bajo control". El diario El Universo aseguró sin embargo que las “narcoavionetes siguen aterrizando y despegando”. Los especialistas recuerdan que todos los hechos –los problemas en las unidades penitenciarias , el incremento de la violencia, el tráfico de drogas y armas - están interconectados. "Los proveedores de armas deben ser gente con fuertes contactos internacionales y deben estar en conexión con las cárceles y las 17 o 18 organizaciones locales que, según el ministro del Interior, Patricio Carrillo, son los brazos armados de los narcotraficantes, y cuidan las rutas del negocio", añadió al respecto Flores y Flores..

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