Un exjefe de la seguridad leal a China gobernará Hong Kong

El hombre que se encargó de supervisar la represión contra el movimiento prodemocrático de Hong Kong será el próximo líder de la ciudad. John Lee, de 64 años y exjefe de la seguridad hongkonesa, fue escogido el domingo por un pequeño comité de personas leales a Pekín para reemplazar en el cargo a Carrie Lam. Conocido por su apoyo al Gobierno chino, Lee era el único candidato y su designación se interpreta como un movimiento de China para estrechar el control sobre la llamada región especial administrativa.

"Entiendo que me llevará algún tiempo convencer a la población. Pero puedo hacerlo a través de la acción", reconoció Lee el domingo ante la prensa, antes de afirmar que pretende construir un Hong Kong "lleno de esperanza, oportunidades y armonía", una vez "restaurado el orden después del caos". Lee obtuvo 1.416 votos del comité integrado por 1.461 personas, el equivalente a 0,02% de una población de 7,4 millones de personas. El resto de electores -- todos ellos vinculados a las élites políticas y empresariales cercanas a Pekín-- no emitieron votos.

Condena europea al proceso de elección

Pekín celebró el resultado casi unánime diciendo que es una muestra del "alto nivel de reconocimiento y aprobación" que Lee "tiene entre la sociedad de Hong Kong". La Oficina de Negocios de Hong Kong y Macao sostuvo en un comunicado que "se trata de una verdadera demostración del espíritu democrático". Justo lo contrario a la opinión expresada por la Unión Europea, que lamentó "esta violación de los principios democráticos y del pluralismo político". "Este proceso de selección es un paso más hacia el desmantelamiento del principio de 'un país, dos sistemas'", aseguró el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.

Bajo el mando del presidente Xi Jinping, China ha buscado moldear Hong Kong a su propia imagen autoritaria, después de las grandes y a veces violentas protestas prodemocráticas de 2019. Un año después impuso una amplia ley de seguridad dirigida a erradicar la disidencia, junto con un sistema político "solo para patriotas" para asegurar que únicamente personas leales a China asuman altos cargos públicos. Últimamente, con la pandemia como justificación, se han vetado las concentraciones de más de cuatro personas.