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El bronceado de testículos irrumpe en la política de EEUU: la derecha agita el mito del hombre macho

Tucker Carlson, la figura mediática conservadora más influyente de EEUU, vuelve a combinar provocación y pseudociencia para arengar a los conservadores en defensa de una sociedad patriarcal dominada por el hombre blanco

Bronceado de testículos, según Tucker Carlston

Bronceado de testículos, según Tucker Carlston

Idoya Noain

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Era difícil prever que el bronceado de testículos llegaría a ser uno de los temas del momento de EEUU, pero lo es, por obra y gracia de Tucker Carlson, la figura más influyente e inteligente de la derecha mediática estadounidense. Si se ha prestado atención al presentador estrella de Fox News, no obstante, es fácil ver también que la propuesta, con su provocación habitual, es solo un cebo. Y lleva a una trampa: replicar un mensaje de la ultraderecha global, agitar las guerras culturales que engrasan la estrategia electoral republicana y azuzar los fantasmas y miedos de los hombres blancos cuando avanzan las libertades y conquistas de derechos de las mujeres, la comunidad LGTB, las minorías raciales o los inmigrantes.

Días atrás, Carlson presentó 'The end of men' (El final del hombre), uno de los especiales del servicio de 'streaming' de la cadena conservadora (donde en la pasada temporada dedicó tres episodios a propagar teorías conspiratorias sobre el asalto al Capitolio como una trama anti-Trump). En esa presentación emitió un tráiler en el que, entre otras imágenes, se veía a un hombre desnudo sobre unas rocas con los brazos en cruz que iluminaba sus genitales con una gran lámpara vertical de luz roja.

"Toca no solo la inseguridad sobre la masculinidad sino toda la idea de que EEUU se está feminizando", afirma una psicóloga social

Desde entonces han corrido ríos de tinta y se han disparado los chistes a cuenta del tratamiento con el que Carlson y al menos uno de los "expertos" consultados propone reducir el descenso de los niveles de testosterona, la imagen del bronceado testicular y otras muchas estampas de un vídeo poblado de hombres fornidos cortando árboles con un hacha, lanzando flechas, bebiendo huevos, moviendo neumáticos gigantes u ordeñando una vaca. El trasfondo, en cualquier caso, no es de risa.

Paranoia y teorías de la conspiración

"Parece una parodia y una caricatura de un tipo de masculinidad arcaica pero, a la vez, es muy peligroso y no se puede tomar a la ligera", advierte en una entrevista telefónica Sarah DiMuccio, doctora en Psicología Social, que realizó, con el profesor de la New York University Eric Knowles, un estudio sobre la relación entre hombres con estrés o ansiedad por parecer masculinos y su propensión a votar por Trump. "Reitera y refuerza las nociones negativas de qué significa ser un hombre. Y toca no solo la inseguridad sobre la masculinidad sino toda la idea de que EEUU se está feminizando, va en la dirección equivocada, no es duro en nada".

Tucker Carlson

Tucker Carlson. / Tucker Carlson

Carlson –que en sus programas y mensajes cada vez deja más espacio a la pseudociencia, la paranoia o las teorías de la conspiración como la del «gran reemplazo»– es cualquier cosa menos sutil. El tráiler de 'El final del hombre' se abre con un discurso de John F. Kennedy presentando su programa de fitness, pero la siguiente persona a la que se ve y escucha, hablando de la supuesta crisis del descenso de producción de esperma y testosterona (un asunto debatido científicamente y que desde hace años se ha politizado), es Robert Kennedy Jr., el polémico miembro del clan que ha sido uno de los promotores de teorías conspirativas de los antivacunas.

Un cebo efectivo

Cuando en el tráiler aparecen escritas las palabras "hombres débiles" lo hacen sobre una imagen de Joe Biden tropezando en las escaleras de un avión o sobre la de políticos demócratas arrodillados en un acto de homenaje en el Congreso a George Floyd. La primera imagen de un obeso es la de una persona negra. Y las escenas de masculinidad tienen, para observadores como DiMuccio, reminiscencias a las que hace años propagaba de sí mismo Vladimir Putin. El presidente ruso es, junto a Viktor Orbán, Jair Bolsonaro o Trump, uno de los líderes cuya hombría es admirada por Carlson.

 "Siempre acaba dirigiéndose a hombres mayores blancos. Todo es parte de la misma pelea –nosotros o ellos, ahora o nunca– entre estadounidenses masculinos y las élites amaneradas"

Con su cebo, la estrella de la Fox ha vuelto a demostrar que sabe cómo dirigir los focos y azuzar las pasiones y ansiedades de la derecha radical. Alimenta las dudas planteando que ni el el Gobierno ni los medios de comunicación quieren abordar la supuesta crisis de los niveles de testosterona. Y todo responde a su modus operandi, que ha descrito así el periodista político Philip Bump en The Washington Post: "Siempre acaba dirigiéndose en particular a hombres mayores blancos, supuestamente asediados en una cultura cada vez más hostil , dándoles herramientas para defenderse(...) Todo es parte de la misma pelea –nosotros o ellos, ahora o nunca– entre estadounidenses masculinos y las élites amaneradas".

La obsesión de Carlson y de la extrema derecha con las supuestas amenazas contra la masculinidad no es nueva en EEUU, donde el Partido Republicano se ha arrogado desde los años 80 su representación y defensa. Ya en marzo de 2018, cuando el país celebraba el mes de la mujer, el presentador dedicó cada miércoles un reportaje a los "hombres en América". Ahí hablaba ya del declive en la producción de testosterona y esperma (cuyo tratamiento, cabe decir, plaga los anuncios que se emiten en medios conservadores).

Mitos rentables

Entonces Carlson planteaba que los hombres estadounidenses tienen peores resultados en educación que las mujeres, menor esperanza de vida, más casos de obesidad, mayores tasas de adicciones, se casan menos, tienen menos hijos... Con ello cuestionaba que hubiera que seguir dando "más oportunidades para mujeres y niñas" y calificaba de "mentira perniciosa" hablar "de mujeres como víctimas y hombres como opresores". "Cuando los hombres fallan todos sufrimos", decía.

Algunas de las estadísticas que usaba Carlson (que los hombres representen el 77% de los suicidios, que sufran más ansiedad y depresión o que sean el 90% de la población presa) se pueden ver, no obstante, bajo otra perspectiva. La psicóloga Sarah DiMuccio subraya que precisamente promulgar las normas estrictas y férreas expectativas sobre la supuesta masculinidad como hace Carlson "va en detrimento de la salud tanto de hombres como de mujeres. Hay jóvenes víctimas de bullying a quienes se les dice que no pueden mostrar emociones, ni ser vulnerables o pedir ayuda, lo que les lleva a más crisis mentales", subraya. "Y muchos reaccionan con agresiones hacia mujeres o minorías sexuales cuando creen retada su masculinidad".

Canon de la extrema derecha

El discurso de Carlson también conecta con el canon de la literatura propagandista de la extrema derecha, en el que figuran títulos como ‘Los diarios de Turner’ o ‘El desembarco’, el libro de Jean Raspail que fue uno de los favoritos de Trump, que presentan a un hombre blanco como héroe que se alza contra una sociedad progresista, feminista, racialmente diversa y o degenerada. 

Y a ese canon se sumó en 2018, el año de los primeros reportajes sobre el tema de Carlson, ‘Mentalidad de la edad de bronce’, un manifiesto autoeditado por alguien bajo el pseudónimo Pervertido de la edad de bronce que se volvió un fenómeno en círculos de la derecha y entre miembros de la Administración Trump. Aquel texto de 200 páginas, denunciado como fascista y antisemita, abogaba, como Carlson, por combinar “sol y acero”, bronceado y pesas. También criticaba a la sociedad contemporánea occidental, denigraba el feminismo, la inmigración, el islam y el judaísmo, calificaba la justicia social como "asqueroso parasitismo" y aseguraba que las mujeres que triunfan en dominios tradicionalmente masculinos son “lesbianas en espíritu”.

"Se necesitan hombres que asuman responsabilidades, que empiecen y mantengan familias, que transmitan las grandes verdades de nuestra historia y cultura, que defiendan la libertad", dijo en noviembre un congresista ultraconservador

El presentador de Fox News no hace directamente política, pero la marca. En noviembre del año pasado, el senador ultra de Misuri Josh Hawley ofreció un discurso en un cónclave conservador en el que denunció que “la deconstrucción de América empieza con y depende de la deconstrucción del hombre americano”. “La izquierda quiere definir la masculinidad tradicional como tóxica, y virtudes tradicionales masculinas como valor, independencia y firmeza como peligrosas”, dijo Hawley, antes de defender que se necesitan “hombres que asuman responsabilidades, que empiecen y mantengan familias, que entren en el compromiso del matrimonio y lo respeten. Necesitamos que los hombres críen a su semejanza hombres y mujeres, que transmitan las grandes verdades de nuestra historia y cultura, que defiendan la libertad, que compartan el trabajo de autogobierno”.

Mensajes como esos dan relevancia de nuevo a análisis como el que realizó el profesor de filosofía de Yale Jason Stanley en su libro ‘Facha: Cómo funciona el fascismo y cómo ha entrado en tu vida’. “Destacar supuestas amenazas a la capacidad de los hombres de proteger a sus mujeres y niños resuelve un difícil problema político para los políticos fascistas”, escribió. “En una democracia liberal un político que explícitamente ataca la libertad y la igualdad no conseguirá mucho apoyo. Las políticas de la ansiedad sexual son una forma de sortear el tema, en aras de la seguridad, es una forma de atacar y minar los ideales de la democracia liberal sin ser visto como haciéndolo explícitamente”.

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