Proyecto innovador

Reino Unido acoge el "primer puerto del mundo" para drones y futuros taxis voladores

La empresa impulsora tiene como objetivo disponer de más de 200 aeropuertos verticales en todo el mundo

Un dron

Un dron / Shutterstock

AFP

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El primer puerto urbano para drones de reparto -y un día, potencialmente, taxis voladores- ha sido inaugurado este lunes en Reino Unido. Se trata de una instalación ubicada en una vieja central de automóviles de la localidad de Coventry, en el centro de Inglaterra, que ahora será el punto en el que despeguen y aterricen verticalmente drones y vehículos eléctricos.

El vuelo inaugural ha levantado simbólicamente una caja de seis botellas de vino espumoso, de unos 12 kg, desde la plataforma de lanzamiento. El dron comercial utilizado -un T150 de Malloy Aeronautics prestado por el ejército británico- es el más grande que jamás haya volado en un entorno urbano de este tipo, según Ricky Sandhu, fundador y presidente ejecutivo de Urban-Air Port, la empresa británica que está detrás del proyecto.

"Están ustedes en el primer vertipuerto del mundo plenamente operativo", dijo a los cientos de invitados allí reunidos. "Se trata de un sector incipiente, por supuesto, pero que ahora empieza a tomar verdadera velocidad", añadió. "Todos estamos acostumbrados al cambio, pero es el ritmo de cambio lo que siempre subestimamos, y las cosas están cambiando muy rápido", aseguró.

Apuesta de futuro

El emplazamiento temporal de Air-One, nombre con el que se ha bautizado al "vertipuerto", cerca de la estación de ferrocarril de la ciudad, pretende mostrar cómo puede funcionar un centro integrado para estos aparatos en un entorno urbano saturado.

La empresa Urban Air-Port tiene previsto realizar demostraciones similares en otros lugares del Reino Unido y del resto del planeta en los próximos meses, y su objetivo es disponer de más de 200 lugares de este tipo en todo el mundo. Están diseñados para ser montados y desmontados con facilidad y utilizan pilas de combustible de hidrógeno para "generar cero emisiones" de CO2.

La empresa asegura tener pedidos por valor de 77 millones de euros, con proyectos previstos en países como Estados Unidos, Australia, Francia, Alemania, Escandinavia y el sudeste asiático. Además, Supernal, una filial estadounidense del gigante automovilístico surcoreano Hyundai que está desarrollando un concepto de vehículo eléctrico volador autónomo para transportar pasajeros, es uno de sus socios.

"Estamos centrados en construir el ecosistema que permita que esta nueva tecnología prospere", ha dicho a la AFP Michael Whitaker, su director comercial. "Sin vertipuertos, sin lugares donde aterrizar, no habrá negocio". En este sentido, Supernal aspira a que su vehículo conceptual totalmente eléctrico de ocho rotores, que se exhibe en Air-One, esté certificado para 2024 antes de comenzar la producción en serie. "Se verán algunas operaciones en esta década, pero creo que la década de 2030 será realmente la de la movilidad aérea avanzada, y a partir de ahí empezará a propagarse por todas partes", considera Whitaker.

Servicios de emergencia

Junto al capital procedente del sector privado, Urban-Air Port fue uno de 48 proyectos financiados por un programa del gobierno británico que asigna dinero a inventos prometedores que impulsan la transición hacia un transporte más ecológico. La empresa defiende que sus vertipuertos podrían ser utilizados por las autoridades locales, incluidos los servicios de emergencia, así como por operadores logísticos e incluso por el ejército.

La policía de la gran región de West Midlands hizo despegar el lunes algunos de sus doce drones desde el Air-One. El inspector Mark Colwell señala que su uso ha aumentado "dramáticamente": de tener uno solo en 2017 hasta los 12 que ahora son operados por un equipo de 50 oficiales especialmente entrenados.

Actualmente despegan desde vehículos de patrulla con una variedad de propósitos, desde búsquedas hasta control de multitudes. Las regulaciones actuales requieren que los agentes no pierdan de vista al dron.

Pero Colwell espera que las normas cambien a medida que el sector se transforme y acoge con satisfacción avances como los vertipuertos. "Este tipo de instalaciones podría ser una ayuda no sólo para la policía, sino para el servicio de bomberos o el servicio de ambulancias", asegura.

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