Guerra en el este

Ucrania denuncia la muerte de más de 20.000 civiles en el asedio de Mariúpol

Sigue en directo la última hora del conflicto

Rusia estriñe el cerco sobre la ciudad portuaria, asediada desde hace dos meses, mientras Kiev pide evacuar a cientos de miles de militares y civiles atrapados

Un operario ucraniano junto a un cadáver en Mariúpol.

Un operario ucraniano junto a un cadáver en Mariúpol. / REUTERS

Carles Planas Bou

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Desde que el pasado 24 de febrero puso en marcha su invasión militar de Ucrania, Rusia fijó su operativo en la ciudad de Mariúpol, un importante centro económico a orillas del Mar de Azov y un enclave geoestratégico esencial para los intereses del Kremlin de levantar un corredor que conecte desde el Donbás hasta Crimea, bajo dominio ruso desde su anexión por la fuerza en 2014. Dos meses después, Moscú está cerca de someter por completo a la localidad portuaria en un sangriento asedio que ya habría causado la muerte de más de 20.000 civiles.

Con esta “triste cifra”, el alcalde de Mariúpol, Vadim Boychenko, ha denunciado la dramática situación que vive la ciudad, donde más de 100.000 personas permanecerían atrapadas en el fuego cruzado. Este sábado debía producirse una evacuación de civiles que finalmente no se llevó a cabo. “Lamentablemente, las tropas rusas llevan dos días frustrando la evacuación, no dejan salir a la población (…) Se burlan de ellos”, ha señalado Boychenko, que el viernes informó del hallazgo de una gran fosa común en la que podrían estar enterradas entre 3.000 y 9.000 cadáveres.

Mientras Rusia ya celebra su dominio militar sobre Mariúpol, Ucrania asegura que aún hay bolsas de resistencia en pie. Una de las últimas se atrinchera desde hace días en la acería de Azovstal, un reducto en el que cientos de civiles y militares permanecen escondidos en sus búnkeres subterráneos. El martes, las tropas rusas intensificaron su asalto contra la planta industrial con bombas antibúnker. Vladímir Putin ha ordenado sellar la ciudad para evitar que “no pase ni una mosca”.

Deportación por la fuerza de civiles

Esa trágica situación ha llevado a Naciones Unidas a pedir el “cese inmediato” de los combates en Mariúpol para permitir la evacuación de todos los civiles atrapados. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, también ha hablado de ello con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien ha asegurado el apoyo de Ankara a Kiev durante las frágiles negociaciones de paz con el Kremlin. Zelenski ha advertido que abandonará esas negociaciones si las tropas rusas matan a las personas atrincheradas en la planta de Azovstal.

En los últimos días, Kiev ha denunciado que Rusia ha aprovechado la desesperación de ciudades bajo asedio como Mariúpol para deportar por la fuerza a más de 300 personas, entre ellas 90 niños, a territorio ruso. Zelenski, ha descrito como “campos de concentración” las zonas donde el ejército ruso retiene a civiles ucranianos que posteriormente serían deportados a Siberia y al extremo oriente de Rusia. “Son como los que construyeron los nazis en su momento”, señaló en su videomensaje del sábado.

Zelenski debía reunirse este domingo en Kiev con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony J. Blinken, y el secretario de Defensa, Lloyd J. Austin III, según aseguró el mandatario ucraniano en un encuentro con la prensa este sábado. Ambos dirigentes estadounidenses habrían llegado a Kiev por la noche y se habrían reunido con Zelenski, según ha explicado un asesor del presidente ucraniano, algo que la Casa Blanca no ha confirmado.

Mientras tanto, Ucrania sigue desangrándose en una guerra que este lunes entra en su tercer mes. Al menos ocho personas, incluido un bebé, murieron este sábado en un ataque con misiles rusos contra la localidad portuaria de Odesa, a orillas del Mar Negro. Casi 5,2 millones de ucranianos han huido de su país, según los datos actualizados de ACNUR, mientras que más de 7,7 millones  se han visto forzadas a desplazarse dentro del territorio.