Escándalo en Downing Street

Las disculpas de Johnson no convencen al parlamento británico

El primer ministro pide de nuevo perdón en Westminster después de que la policía le multara por saltarse la ley durante el confinamiento

El presidente de la cámara acepta votar mañana si se le abre una investigación parlamentaria poder mentir de forma deliberada

El primer ministro británico, Boris Johnson.

El primer ministro británico, Boris Johnson. / TOBY MELVILLE / REUTERS

A. Niubó

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El primer ministro británico, Boris Johnson, ha comparecido este martes ante el parlamento de Westminster para pedir de nuevo disculpas por haberse saltado las normas durante el confinamiento del covid. La semana pasada fue multado por la policía por haber asistido a una fiesta de cumpleaños en su honor el 19 de junio de 2020 en el interior de su residencia oficial en Downing Street.

Johnson se ha convertido en el primer primer ministro británico en incumplir la ley. La policía ya ha multado a cincuenta personas, entre los cuales están Johnson, su esposa y su ministro de finanzas, Rishi Sunak, por acudir a fiestas ilegales. Mientras sigue la investigación policial focalizada en doce fiestas presuntamente ilegales y no se descartan más multas.

Pese a las disculpas, Johnson insistió en que creía que iba a una reunión de trabajo y que no estuvo más de diez minutos. Entonces no estaba permitidas las reuniones de más de dos personas fuera del trabajo. En esa fiesta asistieron más de treinta. “No se me ocurrió que reunirme en la Cabinet Room [la sala donde le hicieron la fiesta sorpresa] antes de una reunión vital de estrategia del covid podría ser una vulneración de la ley”, explicó en el parlamento. Y rápidamente llevó el discurso a la crisis de Ucrania y dijo que su deber ahora es centrarse en Ucrania y “abofetear la barbárica arremetida de Putin”, que esto es lo que quiere la gente. Aunque el 57% de los británicos creen que Johnson y Sunak deben dimitir, según la última encuesta de YouGov.

Denuncias de la oposición

La respuesta de Sir Keir Starmer, el líder laborista, en la oposición, fue contundente y le expuso el caso de un ciudadano llamado John Robinson, de su distrito electoral. Robinson perdió a su esposa durante el confinamiento y no pudo verla en el hospital ni darle la mano en su último suspiro. Muchos de los familiares no pudieron asistir al funeral porque solo se permitían siete personas. “Lo hizo porque seguía las normas del primer ministro, unas normas que ahora sabemos que el primer ministro ignoró de forma repetida y deliberada —le recriminó Starmer—. Su disculpa nunca será suficiente para Robinson”. Y le pidió que dimitiera. Johnson se disculpó ante ese tal Robinson y le reprochó a Starmer no referirse a Ucrania.

Antes de la comparecencia de Johnson, el presidente del parlamento, Lindsay Hoyle, accedió la petición de la oposición laborista de votar mañana jueves si se abre una investigación por mentir al parlamento. Se refiere a la declaración que hizo Johnson el pasado 8 de diciembre negando que se hubieran celebrado fiestas en Downing Street durante el confinamiento. El código del parlamento indica que si se demuestra que un diputado ha mentido de forma deliberada en la sala, debe dimitir inmediatamente. Johnson tiene una amplia mayoría en el parlamento y la única manera que se prospere la moción es si se produce un voto masivo en contra en las filas de Johnson. La votación, por tanto, será un buen termómetro para ver el apoyo que tiene Johnson entre los suyos.