Mercenarios en Kiev

¿Qué es el grupo Wagner de Rusia y cuál es su papel en la guerra en Ucrania?

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Un soldado prorruso, en la región ucraniana de Lugansk

Un soldado prorruso, en la región ucraniana de Lugansk / periodico

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El Grupo Wagner es una milicia privada dirigida por un aliado del presidente ruso, Vladímir Putin, que opera como una rama independiente del Estado. Al comienzo de la guerra, llevó mercenarios desde África en una misión para decapitar al Gobierno de Zelenski a cambio de una cuantiosa bonificación financiera.

La información sobre esta misión llegó hasta el Gobierno ucraniano y, poco después, Kiev declaró un duro toque de queda de 36 horas para "barrer" la ciudad en busca de saboteadores rusos. Las autoridades ucranianas advirtieron a los civiles, al declarar el toque de queda, de que serían vistos como agentes del Kremlin y corrían el riesgo de ser "liquidados" si salían de sus refugios.

Una fuente cercana a las actividades del grupo, según 'The Times', confirmó que en enero habían llegado a Ucrania entre 2.000 y 4.000 mercenarios.

Algunos de ellos fueron enviados a las disputadas regiones orientales de Donetsk y Lugansk, mientras que otros 400 entraron desde Bielorrusia y se dirigieron hacia la capital.

La lista negra

Además de Zelenski, la lista negra contiene otras 23 personas, incluido el primer ministro, el gabinete, el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, y su hermano Wladimir, ambos populares excampeones de boxeo que se han unido a la lucha militar contra los invasores.

Los mercenarios se jactan de saber exactamente dónde están el presidente y sus colegas en Kiev y aparentemente pueden rastrearlos a través de sus teléfonos móviles.

'El cocinero de Putin'

empresa militar privada

Es propiedad de Yevgeny Prigozhin, un oligarca conocido como 'el cocinero de Putin', y el grupo ha llevado a cabo operaciones encubiertas en África y Oriente Medio, y también fue responsable de fomentar los problemas en el este de Ucrania en 2014.

"Son muy efectivos", dijo el general Sir Richard Barrons, excomandante del Comando de Fuerzas Conjuntas.

"Pueden aparecer de las sombras, hacer cosas muy violentas y después volver a desaparecer, sin que sea obvio quién fue el responsable. No están directamente vinculados al Gobierno ruso y, por lo tanto, pueden negarlo", agregó.

Las fuentes indicaron que al parecer habían sido informados sobre la invasión planificada de Ucrania en diciembre, mucho antes de que se informara al ejército ruso. 

El Grupo Wagner, una especie de Blackwater a la rusa, es un miniejército paramilitar privado ruso que, supuestamente, ha participado en las dos últimas guerras en las que Rusia se ha enfrascado.

Según diversas fuentes, el Grupo Wagner tiene su centro de operaciones en una base militar en el sur de Rusia; y que varios de sus mercenarios han recibido condecoraciones oficiales del Estado.

El Grupo Wagner, según diversas investigaciones, gira alrededor de su jefe, Dimitri Utkin, un ex miembro de las fuerzas especiales rusas retirado en 2013. Él es quien le puso el nombre a la milicia. Aficionado de la estética e ideología nazi, Utkin se decidió por ‘Wagner’, el compositor preferido de Hitler.

Pero su filia por la Alemania Nazi no se termina aquí: acorde con el periódico ‘Fontanka’, Utkin, mientras luchaba en Ucrania a favor de los rebeldes prorrusos, se puso un casco al estilo del que llevaba la Wehrmacht durante la segunda guerra mundial. Después de luchar en esa guerra, se supone, Utkin marchó a Siria.

3.000 euros al mes

En Rusia no existe ninguna ley que prohíba ni permita la existencia de grupos militares privados, pero el Kremlin ha utilizado al Grupo Wagner como fuerza de choque en Siria y en la guerra del Donbás. De esta forma, muy pocos soldados regulares rusos mueran en combate.

«Rusia no lo reconoce, pero encontramos un documento oficial en el que se hacía mención del Grupo Wagner y estaba firmado por el mismísimo Vladímir Putin», dice Ruslán Levíev, opositor e investigador.

Pero si los estos mercenarios caen como moscas, ¿por qué siguen ciudadanos rusos luchando en ellos? La respuesta, según ‘Fontanka’ es el salario que reciben —de unos 3.000 euros al mes— y la falta de trabajo decente en Rusia. «A parte de en Moscú y San Petersburgo no hay trabajo en ningún sitio. Si tienes suerte, y casi nadie la tiene, puedes encontrar un trabajo con un sueldo de 200 euros. Así que hay cola para entrar en la milicia», dice un paramilitar.