Turquía da carpetazo al caso del asesinato de Khashoggi y lo deja en manos de Arabia Saudí

En un principio, cuando se conoció que algo le había ocurrido al periodista saudí Jamal Khashoggi, Turquía empezó a filtrar a la prensa todo tipo de detalles cruentos de su asesinato en el consulado de Arabia Saudí en Estambul: que había sido descuartizado, que mientras ocurría el forense que dividía su cuerpo escuchaba música, que el asesinato fue seguido en directo a través de internet, que su cadáver fue incinerado en un horno de kebabs, que fue disuelto en el pozo del jardín de la residencia del cónsul…

Era octubre de 2018, y la Turquía de Recep Tayyip Erogan tenía una relación pésima con la Arabia Saudí de su príncipe heredero, Muhammad Bin Salmán, quien supuestamente dio la orden de asesinar a Khashoggi, antiguo colaborador del ‘The Washington Post’. 

Pero ahora, 2022, las cosas han cambiado: Turquía, apremiada por su crisis económica, quiere reacercarse a los países del Golfo y su dinero. El Ministerio de Justicia turco ha confirmado este jueves que ha cerrado el proceso judicial contra los presuntos asesinos del periodista. Ahora, el caso será traspasado a Arabia Saudí. Era una de las condiciones de Riad para relanzar su relación con Ankara. 

“Transferir el juicio de Khashoggi desde Turquía a Arabia Saudí terminará con cualquier posibilidad de que se haga justicia, y reforzará la creencia de las autoridades saudís de que pueden salir impunes de un asesinato”, ha dicho este jueves el director de Oriente Próximo de la oenegé internacional Human Rights Watch, Michael Page, que ha continuado: 

“Las autoridades turcas deberían revertir su decisión y no contribuir más a fortalecer la impunidad saudí dándole la autoridad de este proceso judicial a las mismas personas que están implicadas en este asesinato”. 

Un caso inconcluso

La semana pasada, la fiscalía turca hizo la petición de transferir el caso judicial a los saudís ya que el proceso judicial en Turquía no podía seguir adelante a causa de que los encausados no estaban en territorio turco —algo que no ha impedido a la justicia turca, en otras ocasiones, a juzgar a opositores y disidentes in absentia—, y alegó que, en caso de que el proceso saudí no fuese limpio, éste se reabriría en Turquía. El Ministerio de Justicia turco ha aprobado la petición este jueves por la mañana.

“No podemos confiarle el cordero al lobo”, ha dicho Ali Ceylan, el abogado en el proceso de la prometida de Khashoggi, la turca Hatice Cengiz. El periodista fue asesinado cuando entró en el consulado de su país para recoger unos papeles con los que poder casarse. Cengiz, ese día, le esperó fuera hasta la noche. Khashoggi tenía que entrar y salir: un trámite rápido. No lo fue. 

“Apelaré a la decisión y continuaré con este proceso con todas mis fuerzas. Puede ser que dos países estén poniéndose de acuerdo, que abran un nuevo episodio… pero un crimen sigue siendo un crimen. Y la gente que lo ha cometido sigue siendo la misma y estando ahí”, ha dicho Cengiz.