Castigo diplomático

La Asamblea General de la ONU suspende a Rusia del Consejo de Derechos Humanos

Moscú reacciona anunciando tras la votación su salida de la institución del organismo internacional

Sesión de la Asamblea General de la ONU, el 20 de febrero en Nueva York.

Sesión de la Asamblea General de la ONU, el 20 de febrero en Nueva York. / periodico

Idoya Noain

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Rusia ha dejado de formar parte del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. En una votación en la Asamblea General de Naciones Unidas este jueves, 93 países han aprobado con su voto a favor la suspensión al país como miembro de ese órgano por sus violaciones de derechos humanos en Ucrania. En contra han votado 24 países, incluyendo China. Otros 58 se han abstenido y 18 no han participado y se ha alcanzado así la mayoría necesaria de dos tercios de los votos emitidos (las abstenciones no contabilizaban).

La medida, con el único precedente de la suspensión de Libia en 2011, representa un golpe diplomático a Rusia, el primer miembro permanente del Consejo de Seguridad que enfrenta un repudio similar. Y aunque el respaldo a la propuesta no ha alcanzado los 141 votos que tuvo en la Asamblea General otra resolución anterior de condena por la invasión de Ucrania, era otra señal del rechazo internacional mayoritario a esa invasión.

Aunque la suspensión era temporal y permitía a Rusia seguir siendo miembro del Consejo de Derechos Humanos, pese a que dejaba al país sin poder presentar resoluciones o enmiendas ni intervenir siquiera salvo en sesiones en las que se aborde una situación en la que Rusia está directamente involucrada, Moscú ha decidido poco después anunciar su propia salida total del Consejo sin esperar a que expire su actual periodo de pertenencia, que concluía a finales de 2023.

"No puedes dimitir una vez que has sido despedido", ha dicho con sorna Sergeii Kislistia, embajador de Ucrania ante la ONU tras escuchar el anuncio ruso, que el ucraniano ha tildado de "capitulación".

Choque EEUU-Rusia

La propuesta de suspender a Rusia del Consejo de Seguridad de Derechos Humanos de la ONU, un órgano que se estableció en 2006 y que tiene su base en Ginebra, había partido de Estados Unidos después de que el fin de semana salieran a la luz las atrocidades en Bucha y en otras ciudades de Ucrania tras la retirada de las tropas rusas de esas localidades. Y aunque la adopción de la medida se daba por garantizada en la Asamblea General, se estaba muy pendiente de los resultados específicos de la votación, donde es especialmente significativa la decisión de China de oponerse y no abstenerse, como hizo cuando la Asamblea General condenó la invasión rusa de Ucrania con el apoyo de 141 naciones.

Rusia, por su parte, ha denostado la propuesta como “un intento de los países occidentales y sus aliados de destruir la actual arquitectura de derechos humanos” y ha acusado a Washington de "intentar mantener su dominio y control total" y de "usar el colonialismo de derechos humanos en las relaciones internacionales". Gennadi Kuzmin, el representante diplomático que ha intervenido ante la Asamblea, ha vuelto a negar que Rusia haya cometido matanzas de civiles y otras atrocidades como las que se le atribuyen en Bucha. “Rechazamos las acusaciones falsas, basadas en eventos escenificados y en falsificaciones ampliamente difundidas”, ha dicho.

Ha sido también Kuzmin quien luego, con Rusia ya suspendida, ha denunciado la votación como un acto "ilegal y políticamente motivado". Y al explicar la decisión de Moscú de abandonar el Consejo de Derechos Humanos el diplomático ruso ha dicho que ese órgano está "virtualmente monopolizado por un grupo de Estados que lo usan para sus propios objetivos oportunistas".

Amenazas

Rusia ha denunciado que algunos países, en clara referencia a EEUU, realizan "chantaje abierto a Estados soberanos para conseguir sus objetivos". Pero es Moscú quien está más señalada en este momento por esas presiones. En los días previos a la votación de este jueves, la delegación de Rusia ante la ONU había enviado una comunicación a otras misiones diplomáticas, a la que tuvo acceso Reuters, en la que amenazaba con consecuencias para los países que votaran no solo a favor de la suspensión sino también a los que se abstuvieran o no participaran. “Una posición equidistante será considerada como un gesto hostil”, advertía el texto, en el que se avisaba de que “la posición que tome cada país será tenida en cuenta tanto para el desarrollo de relaciones bilaterales como para el trabajo en asuntos importantes dentro del marco de la ONU”.

La sesión de este jueves, que se ha producido en la jornada en que se conmemora Kwibuka, el genocidio contra los tutsis en Ruanda,  la había abierto Kislitsia, el embajador de Ucrania, que había urgido a votar a favor de la suspensión diciendo: “Apretar el botón de no es apretar un gatillo; es un punto rojo en la pantalla, rojo como la sangre de las vidas perdidas”. Kislistia también citaba al premio nobel Elie Weisel para recordar que “la indiferencia no es una respuesta (...). Es siempre la amiga del enemigo porque beneficia al agresor, nunca a la víctima, cuyo dolor se magnifica cuando se siente olvidado”.

La postura de China

China, como ya hiciera esta semana en el Consejo de Seguridad, también antes de emitir su voto ha pedido que se realice una investigación sobre las atrocidades y, en perfecta alineación con el Kremlin, ha alertado ante “acusaciones infundadas”. Y al explicar su rechazo a la resolución ha denunciado que se ha realizado aceleradamente y sin consultas. “Echa más leña al fuego”, ha denunciado un representante chino ante la ONU, que ha advertido que la expulsión de Rusia sienta “un peligroso precedente que intensificará la confrontación en el terreno de Derechos Humanos y tendrá impacto en el sistema de gobierno de la ONU y producirá serias consecuencias”.

Entre otros países que han votado contra la expulsión figuran Cuba y Bolivia (Venezuela no ha votado), Siria, Corea del Norte, Irán, Bielorrusia y varias naciones africanas, entre ellas Eritrea, Burundi y Mali. El representante de Teherán ha asegurado que la expulsión de Rusia es un movimiento “políticamente motivado” mientras el cubano ha apuntado a lo “irónico” de que EEUU, que se opuso al establecimiento del Consejo de Derechos Humanos y solicitó el voto en contra de ese establecimiento, “es el mismo que ha activado a su conveniencia ahora una de las cláusulas más controvertidas de ese foro”. EEUU abandonó temporalmente el Consejo durante la presidencia de Donald Trump.