Guerra en el este de Europa

Stoltenberg pide a los aliados que se preparen para una guerra larga

La invasión de Ucrania, en directo

La masacre de Bucha

El secretario general de la OTAN dice que no hay indicios de que Vladimir Putin haya cambiado su objetivo de hacerse con toda Ucrania

Soldados ucranianos pasan junto a tanques rusos destrozados, en la ciudad de Bucha

Soldados ucranianos pasan junto a tanques rusos destrozados, en la ciudad de Bucha / REUTERS / ALKIS KONSTANTINIDIS

Silvia Martinez

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La “brutal” guerra en Ucrania vuelve a centrar este miércoles y jueves la reunión ministerial de exteriores de la Alianza Atlántica, la primera tras conocerse las atrocidades cometidas en Bucha y en otros lugares del país y que demuestran, a juicio del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, “la verdadera naturaleza de la guerra” lanzada por el presidente ruso Vladímir Putin. A su llegada a la cita, en la que también participa el ministro ucraniano Dimytro Kuleba, ha vuelto a insistir en que los planes de Putin de controlar “toda Ucrania y reescribir el orden internacional” no han cambiado y ha avisado de que es necesario prepararse para una larga guerra y seguir rearmando a Ucrania.

“Estamos en una fase crítica de la guerra. Vemos que Rusia está retirando fuerzas del norte para reforzarlas, reabastecerlas, rearmarlas y luego trasladarlas al Este, donde esperamos una gran ofensiva”, ha explicado Stoltenberg quien ha reiterado, como ya apuntara en la presentación de la cita este martes, que el objetivo de Putin sigue siendo controlar todo el Donbás y establecer una especie de puente terrestre con Crimea. Pese a este cambio de táctica, también ha insistido en que no “hay indicios” que indiquen que el presidente ruso haya cambiado su objetivo de hacerse con el control de toda Ucrania y que por eso hay que estar preparado para mantener una guerra que puede ser larga. "Tenemos que ser realistas y reconocer que esto podría durar mucho tiempo, muchos meses e incluso años", ha advertido el jefe aliado.

Por ello, ha defendido que la Alianza Atlántica siga dando apoyo al Gobierno de Volodímir Zelenski y refuerce sus defensas y su capacidad de disuasión “porque esto puede durar mucho tiempo y tenemos que estar preparados para ello”. En cuanto a las matanzas en Bucha y otras ciudades ucranianas ha indicado que revelan “la verdadera naturaleza de la guerras del presidente Putin” y que se trata de “crímenes de guerra” que deben ser investigados. “Creemos en este momento que las tropas rusas son las responsables, pero, estamos en medio de la recopilación y recogida de pruebas, por lo que es muy pronto para decir definitivamente qué ocurrió y dónde. Pero estamos bastante seguros de que vamos a ser capaces de reunir las pruebas que necesitamos para hacer responsable a Putin”, indicaba en vísperas de la cita la embajadora estadounidense, Julianne Smith.  

Al encuentro de la OTAN también acudirán los ministros de exteriores de Georgia, Finlandia, Suecia, Australia, Nueva Zelanda, Japón, la República de Corea, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell y el ministro ucraniano Kuleba porque es muy importante escuchar “directamente de los ucranianos su evaluación sobre los acontecimientos sobre el terreno y ver qué más podemos hacer para ayudarlos”, sostiene Smith.

Nuevo concepto estratégico

Además de la situación en Ucrania, la cita también servirá para preparar el nuevo concepto estratégico de la OTAN, un documento que empezaron a preparar el año pasado, que los líderes aliados tienen previsto aprobar en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN de Madrid, en el mes de junio, y que debe responder a la nueva realidad de seguridad de la próxima década. “Será la hoja de ruta de la OTAN y la forma de abordar un mundo más peligroso y de garantizar que seguimos protegiendo y defendiendo a todos los aliados de la OTAN”, lo ha definido Stoltenberg. 

Este nuevo concepto abordará, por ejemplo, las consecuencias para la seguridad de la invasión y guerra de Rusia, los cambios en el equilibrio de poder mundial, las consecuencias para la seguridad de una China mucho más fuerte y los desafíos que Rusia y China están planteando al orden internacional basado en normas. El documento también debe definir la estrategia a seguir frente a los desafíos en la red, los ataques híbridos o el terrorismo y las consecuencias del cambio climático para la seguridad.