Crisis en el país centroamericano

El embajador de Nicaragua ante la OEA denuncia que su país vive bajo una dictadura

Las palabras de Arturo McFields provoca un fuerte impacto político en el país porque se trata de la primera rebelión interna en el Gobierno

Las palabras de Arturo McFields provoca un fuerte impacto político en el país porque se trata de la primera rebelión interna en el Gobierno

Nicaragua Ortega

Nicaragua Ortega

Abel Gilbert

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El régimen de Daniel Ortega tiene su primera rebelión interna desde el inicio de su cuarto período presidencial, a principios de año. El embajador de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, ha calificado este miércoles de "dictadura" al gobierno que encabezan el exguerrillero sandinista y su esposa, Rosario Murillo. McField ha denunciado la falta de libertades, las decenas de "presos políticos" y "poderes fácticos". La postura asumida por el representante de Ortega en el organismo hemisférico ha llamado fuertemente la atención en Managua y ha dejado abierta la pregunta sobre si se trata de un hecho aislado o el síntoma de un malestar político mucho mayor.

"Denunciar la dictadura de mi país no es fácil, pero seguir guardando silencio y defender lo indefendible es imposible", ha dicho McField ante el Consejo Permanente de la OEA. Y ha añadido: "tengo que hablar, aunque tenga miedo, tengo que hablar, aunque mi futuro y el de mi familia sean inciertos, tengo que hablar, porque si no lo hago las piedras mismas van a hablar por mí".

Según el representante de Nicaragua ante la OEA, desde el estallido social de abril de 2018, en su país "no hay libertad de publicar un simple tuit, un comentario en las redes sociales".

El comentario se ha extendido rápidamente por las redes sociales y de forma inmediata han llegado a la primera plana de los medios opositores, La Prensa y la revista Confidencial. "No hay partidos políticos independientes, ni elecciones creíbles, no existe separación de poderes sino poderes fácticos", ha sostenido McField.

El embajador, acreditado ante la OEA pocos días antes de la última reelección de Ortega, a principios de noviembre pasado, ha dicho además que tomaba la palabra "en nombre de más de 177 presos políticos y más de 350 personas que han perdido la vida desde 2018", y "en nombre de los miles de servidores públicos de todos lo niveles, civiles y militares", "obligados por el régimen" a "fingir, a llenar plazas y repetir consignas porque si no lo hacen pierden su empleo".

McFields ha hablado a su vez de infructuosas gestiones personales para que se liberaran "al menos a unos 20 presos políticos de la tercera edad". A pesar de sus sugerencias y pedidos, "nadie me hizo caso" porque "en el Gobierno nadie escucha y nadie habla” y “todas las puertas se me cerraron".

Contexto represivo

En un tono inusual y de franca disidencia, el embajador ha subrayado frente a sus colegas: "quiero decirles que la gente de adentro y la de afuera está cansada, cansada de la dictadura y de sus acciones, y cada vez van a ser más los que digan basta". Sin embargo, ha dejado entrever que una puerta de esperanza ha comenzado a abrirse en Nicaragua: "la luz puede más que las tinieblas, el amor es más fuerte que el odio, se puede engañar a la gente por un tiempo, pero no todo el tiempo". El secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, un histórico enemigo de la dupla Ortega-Murillo, ha escrito en su cuenta de Twitter: "valoramos el coraje del embajador de Nicaragua y su compromiso con los valores de la OEA. Ésta es la posición éticamente correcta".

La intervención de McField se conoce pocos días después de que Cristiana Chamorro Barrios, expresidenta de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCh), fuera condenada por los tribunales alineados con el Gobierno. Se trata de la última de los siete precandidatos presidenciales condenados que recibieron sanciones por haber pedido garantías para la realización de los comicios que permitieron al matrimonio extender su poder por otros cuatro años. En febrero pasado, la justicia había condenado a una histórica comandante de la revolución sandinista opositora a Ortega