Guerra en Ucrania

El Reino Unido pagará 420 euros al mes a los británicos que acojan a refugiados ucranianos

El primer ministro, Boris Johnson, intenta paliar las críticas que ha recibido su Gobierno por la caótica gestión que ha hecho de la crisis

Los refugiados podrán permanecer en el país tres años, con derecho a trabajar y a beneficiarse de todos los servicios públicos

Boris Johnson contesta a preguntas en el Parlamento británico

Boris Johnson contesta a preguntas en el Parlamento británico / REUTERS TV

Begoña Arce

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Decenas de miles de refugiados ucranios esperan poder entrar en el Reino Unido bajo la nueva normativa desvelada el lunes por el ministro británico de Cohesión Territorial, Vivienda y Comunidades, Michael Gove. De acuerdo con el esquema “Hogares para Ucrania”, las familias británicas podrán registrase para acoger en una habitación sobrante o una propiedad a los que huyen de la invasión de Rusia y no tienen parientes en el Reino Unido. Los recién llegados podrán permanecer en el país por un periodo de tres años, trabajar legalmente y beneficiarse de todos los servicios públicos incluida la sanidad y la educación.

Británicos, organizaciones sin ánimo de lucro, grupos comunitarios y empresas pueden inscribirse para ofrecer alojamiento en el portal abierto por el Gobierno. Quienes participen recibirán 350 libras al mes (420 euros) libres de impuestos como “agradecimiento” por su hospitalidad. “Esperemos que ahora  (los británicos) estén listos a abrir sus casas y contribuir a que, aquellos que huyen de la persecución encuentren paz, sanen y tengan una perspectiva de futuro brillante”, señaló Gove en la Cámara de los Comunes.

Nombrar al refugiado

El número de los ucranios que pueden solicitar la entrada en el país es ilimitado, pero el anfitrión en el Reino Unido debe dar el nombre del refugiado al que desea acoger, una coordinación que en la práctica puede dificultar la operación. “No puede pretender seriamente que las familias ucranias que huyen de Putin, que han dejado sus casas con las manos vacías, tengan que entrar en Instagram para anunciarse con la esperanza de que una familia británica repare en ellos”, afirmó la portavoz laborista de Interior, Lisa Nandy.

Gove aseguró que el Gobierno está trabajando “tan rápidamente como es posible”, con oenegés para facilitar esa tarea.  El ministro de Transporte, Grant Shapps ha anunciado que la suya será una de las familias de acogida. Varias empresas, como las cadenas de supermercados Sainsbury’s y Morrisons y los grandes almacenes Marks and Spencer han indicado que prestarán ayuda.   

Gestión caótica de una "inepta"

Tarde y con un plan que aún debe probar su eficacia, las autoridades británicas tratan de paliar la que ha sido una gestión caótica y negligente de la crisis de refugiados ucranios. Los que huían de la guerra y pretendían llegar al Reino Unido, donde tienen familia, se han topado con un laberinto de barreras burocráticas y desinformación. Diez días después de comenzado el conflicto apenas se habían concedido 50 permisos y hasta la fecha sólo se han dado 4.000 visados.

Los refugiados ucranios atravesaron Europa para llegar a Calais, pero la ministra del Interior, Priti Patel, invocando “medidas de seguridad”, optó por no abrir en el puerto francés un centro para tramitar los papeles de entrada, proceso complejo con cita previa y en persona, que a partir de ahora se podrá hacer por internet.

De nuevo en camino, los refugiados fueron enviados a París, Lille, o Bruselas. El embajador de Ucrania en el Reino Unido, Vadym Prystaiko, acudió al Parlamento para pedir a los diputados que acabaran con el “acoso burocrático”, porque “los niños no son terroristas”.  El presidente francés, Emmanuel Macron, condenó al gobierno de Boris Johnson por hacer “grandes declaraciones” de ayuda a los refugiados, pero imponer unas normas “que significa que no son bienvenidos”.

La mayoría de los británicos también condenan la gestión de Patel, tachada de “inepta” e “inútil” por sus propios colegas, algunos de los cuales pidieron su dimisión. Johnson la ha apartado de la operación y ha nombrado a un antiguo diputado conservador, Richard Harrington, nuevo responsable de la reubicación de los que escapan del ataque de Rusia.