Víctimas civiles

Dos niños y un adulto murieron en el ataque a un hospital de la ciudad ucraniana de Mariúpol

La invasión rusa, en directo

"Esto es un genocidio", claman los alcaldes ucranianos

Rusia justifica el bombardeo y asegura que el centro estaba bajo control de los radicales ucranianos y no había pacientes

Bombardeo en un hospital pediátrico en Mariupol

Bombardeo en un hospital pediátrico en Mariupol

Agencias

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El bombardeo de las tropas rusas a un hospital pediátrico en la ciudad de Mariúpol, en el sureste de Ucrania, ha dejado tres víctimas mortales, entre ellas dos menores -una niña y un niño-, según ha informado este jueves el ayuntamiento de esta ciudad portuaria. Además hubo 17 heridos, también menores y mujeres, además de personal sanitario del centro.

No obstante, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha justificado el bombardeo porque "estaba bajo el control de radicales ucranianos", al tiempo que ha sostenido que "no había pacientes" en el hospital.

Una cuarta persona ha muerto este jueves, en un nuevo bombardeo en la ciudad, que se ha producido esta misma mañana, según la alcaldía. "Las tropas rusas destruyen deliberadamente y despiadadamente la población civil de Mariúpol", denunció la municipalidad.

El presidente ucraniano Volodímir Zelenski, que condenó un "crimen de guerra", mostró vídeos de la destrucción de este establecimiento, que albergaba una zona de maternidad y un hospital pediátrico. En ellos se pueden ver edificios reventados, escombros y papeles y cristales esparcidos por el suelo.

El ataque ruso contra el hospital provocó la indignación de las autoridades ucranianas y occidentales. Así, el bombardeo fue considerado una "violación de las leyes de la guerra" por la organización humanitaria Médicos sin Fronteras.

"No había pacientes", según Rusia

Al respecto, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha justificado el ataque, al asegurar que el hospital "estaba bajo el control de radicales ucranianos y no había pacientes allí". "Este hospital de maternidad ha sido tomado hace tiempo por el batallón Azov y otros radicales. Todas las mujeres que iban a dar a luz, todas las enfermeras y todo el personal de apoyo habían sido expulsados", ha expresado.

"Los medios occidentales no han dado las dos versiones en este asunto", ha añadido al ser cuestionado por el bombardeo, durante la rueda de prensa en Turquía tras reunirse con su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba. La reunión entre Lavrov y Kuleba ha acabado sin acuerdo entre ambos, pero ha supuesto la primera reunión de alto nivel desde el inicio de la invasión rusa el pasado 24 de febrero. El encuentro se ha producido un día después del bombardeo al hospital de Mariúpol.

Antes de las declaraciones de Lavrov, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, había asegurado que preguntaron a sus militares sobre el bombardeo. "Necesariamente preguntaremos a nuestros militares, porque nosotros, al igual que ustedes, no tenemos información clara sobre lo ocurrido, y a priori, los militares nos darán información", precisó.

Fosas para enterrar a los civiles

Mariúpol es una de las ciudades más afectadas por el conflicto bélico. La ciudad se encuentra devastada y desprovista de gas y electricidad por los bombardeos. El pasado martes, la municipalidad había denunciado la muerte de más de 1.200 habitantes en nueve días de asedio a este importante puerto del mar de Azov.

Las autoridades municipales han podido por fin empezar a recoger y enterrar los cadáveres que se habían acumulado en las calles, ha declarado el teniente de alcalde Serhiy Orlov a la cadena británica BBC. "No hay posibilidad de que haya fosas privadas, debido al elevado número de personas y a los continuos bombardeos. Los están depositando en fosas comunes", dijo.

Beberse la nieve

Las personas con seres queridos atrapados en la ciudad asediada de Mariúpol intentaban desesperadamente el jueves conectarse a los teléfonos dentro de la ciudad, que ha quedado prácticamente aislada del mundo exterior debido a una campaña de bombardeos cada vez más intensa e indiscriminada por parte de las fuerzas rusas. La BBC ha hablado con Dmytro Gurin, un diputado ucraniano que creció en Mariupol y cuyos padres están atrapados allí, que aseguró que fue hace cuatro días la última vez que se conectó con sus vecinos.

"Hablamos durante 30 segundos después de que fueran a un punto con señal -hay un par de estos puntos que la gente conoce-", dijo Gurin para añadir: "Dijeron que mis padres estaban vivos, que vivían en el sótano bajo su edificio de apartamentos. "Por favor, entiéndanme, -se lamentaban- esto no es un refugio con luz, agua y un baño, es un sótano sin nada". Gurin dijo que sus padres utilizaban la nieve para beber e intentaban cocinar alimentos en un fuego abierto en el exterior. "Esto ya no es una guerra. Esto no es Ejército contra Ejército. Es Rusia contra la humanidad", finalizó.

En la misma línea, Olexander, un trabajador de la oenegé Médicos Sin Fronteras (MSF) relata la infernal situación que vive la población civil: "En Mariúpol, ahora mismo no hay agua potable, nada, y no hay de dónde sacarla. La gente está tratando de obtenerla de diversas formas; buscando fuentes en los parques o recogiendo el agua de los tejados cuando la nieve se derrite. Y como esta pasada noche estaba nevando, la gente salía en busca de leña para cocinar sus alimentos. "Las detonaciones continúan -abunda el trabajador de MSF- . La situación es especialmente complicada para las personas mayores y para quienes tienen algún tipo de discapacidad porque no tienen forma de encontrar comida y tampoco pueden hacer un fuego para cocinar. El desastre humanitario en Mariupol continúa. La situación para quienes tienen niños pequeños también es muy, muy mala, porque necesitan muchas más cosas, como productos de higiene, y no hay manera de encontrarlos en ningún sitio".