Guerra de Ucrania

Tropas rusas bombardean el hospital pediátrico en Mariúpol

"Hay personas, niños bajo los escombros", denuncia Zelenski

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Tropas rusas bombardean el hospital pediátrico en Mariúpol

Begoña González

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El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha denunciado un ataque aéreo ruso contra un hospital infantil de Mariúpol y ha pedido de nuevo el cierre del espacio aéreo ucraniano. "Ataque directo de las tropas rusas al hospital de maternidad. Hay personas, niños bajo los escombros. ¡Atrocidad! ¿Cuánto tiempo más será el mundo cómplice ignorando este terror? Cierren el espacio aéreo ya", ha escrito Zelenski en Twitter. "Paren los asesinatos. Tienen el poder pero parece que han perdido la humanidad", agrega el presidente ucraniano.

El jefe de la administración militar regional, Pavlo Kyrylenko, ha publicado un vídeo en Facebook que muestra la magnitud de los daños causados en el ataque. "En el centro de la ciudad, hospital, sección maternal y cuidados, todo esto ha quedado destruido en un ataque aéreo ruso en Mariúpol. Ahora mismo", ha escrito en Facebook, acusando a las fuerzas rusas de haber "cruzado el límite de la humanidad". "¡Deja de llamarte humano!". "Dejen de llamarse seres humanos", agregó.

Más allá del grave ataque de Mariúpol, la situación en las ciudades ucranianas se torna más y más insostenible con el avance de la guerra. «Mientras hablamos está muriendo gente», resumía tajante el Ministro de Territorios y Comunidades, Oleksiy Chernyshov, en una rueda de prensa online en la que compareció junto a los alcaldes de algunas de las principales urbes para explicar la situación.

Los alrededores del hospital bombardeado.

Los alrededores del Hospital infantil bombardeado. / El Periódico

Sin suministros

Mariúpol se encuentra devastada y desprovista de gas y electricidad a causa de los bombardeos de las tropas rusas sobre sus infraestructuras estratégicas. «La única forma de cocinar es haciendo fuego en la calle y para beber hay que deshacer nieve. Por poner un ejemplo, más de 300 bebés neonatos necesitan leche en polvo y no podemos dársela. Esto no es una guerra, es un genocidio», explicó el teniente de alcalde de la ciudad portuaria del sureste del país, Sergiy Orlov tras denunciar la muerte de un niño por deshidratación. «Esto no debería estar ocurriendo en pleno 2022».

En Mariúpol, como en Chernihiv, los cadáveres se apilan en las calles y las autoridades están haciendo fosas comunes ya que es imposible enterrar a los muertos por los bombardeos continuados. Según puede verse en unas imágenes cedidas por el Ministerio de Territorios y el medio de comunicación Internews Ukraine, los cuerpos se trasladan en ataúdes en camiones hasta las fosas comunes donde están siendo enterrados cuando los bombardeos dan tregua porque según denuncian las autoridades ucranianas, gran parte de esos cuerpos son de soldados rusos que Putin rechaza devolver al país vecino para no admitir sus bajas.

La situación no dista demasiado de lo que se está viviendo en la ciudad de Sumy. Su alcalde, Oleksandr Lysenko, aseguró que «las tropas rusas disparan sin siquiera mirar a quién» y que a pesar de que su hospital sigue medio operativo, es tan fuerte la escasez de material que no pueden medicar a la mayoría de enfermos. «Necesitamos urgentemente insulina y antibióticos», pidió. 

Infraestructuras devastadas

En Járkov, las necesidades son parecidas. «Estamos trabajando a contrarreloj para tratar de restaurar los suministros que han sido destruidos por las bombas, pero mientras tanto, la gente se muere de frío. Muchos lo han perdido todo y estamos viviendo temperaturas gélidas que son muy difíciles de llevar sin calefacción», explicó el alcalde de la ciudad, Igor Terehov. Casi ninguna ciudad ahora mismo dispone de suministros plenos para sus ciudadanos a causa de los ataques indiscriminados. «Los soldados rusos están saqueando tiendas y comercios, robando a las personas y matando a los civiles que no han hecho nada, solo andar por las calles. No habíamos podido enterrar a los muertos hasta hace poco y no se ha permitido que los suministros ni la ayuda llegue a la ciudad», denunciaba el alcalde de Trostianets, en la región de Sumy, Yuriy Bova. En Zhytomyr, lamentan la pérdida de sus escuelas y guarderías. Serhiy Sukhomlyn, el alcalde de la localidad aseguró que «han quedado reducidas a escombros». Veniamin Sitov, alcalde de Merefa, en la región de Járkov, reveló que los pensionistas están en una situación especialmente preocupante porque no están recibiendo el dinero de las pensiones y no pueden comprar la poca comida que queda. 

El hospital materno-infantil en la asediada Mariúpol

El hospital materno-infantil en la asediada Mariúpol / El Periódico

«Algunos ataques han tenido lugar por la noche mientras la gente dormía. Hemos intentado salvar a cuántas más personas pero ha sido una experiencia terrible. Nuestra ciudad no tiene ningún tipo de instalación militar, no deberíamos ser objetivo», denunció Sitov.

Las autoridades ucranianas confirmaron ayer un acuerdo con Rusia para un alto el fuego entre las 9.00 y las 19.00 horas (hora local) que permitió la evacuación de 40.000 mujeres y niños a través de seis corredores humanitarios desde la capital, Kiev, y otras localidades del país. A pesar de la alta cifra de evacuados, las autoridades ucranianas denunciaron que una serie de inconvenientes en las ciudades de Kiev, Járkov y Mariúpol impidieron que se cumpliera el objetivo de haber sacado del país a un total de 100.000 civiles

Corredores intransitables

Para las evacuaciones, el Gobierno se puso en contacto con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y detallaron que las áreas en las que deben detenerse los ataques son las comprendidas entre Energodar y Zaporiyia; Sumy, en dirección a la ciudad de Poltava; Mariúpol y Zaporiye; Volnovaja con Pokrovsk; y entre Pasas y Lozova (en la región de Kharkiv). El sexto corredor afectaría a la región de Kiev e incluye un recorrido que alcanza Vorzel, Bucha, Borodyanka, Gostomel e Irpin, además de Stoyanka y Belgorodka. A pesar del pacto, abandonar las ciudades en muchos casos no está siendo posible. «No se permite la salida de vehículos privados, las tropas rusas les disparan cuando llegan a los puntos de control para que den la vuelta, y las evacuaciones en autobús tampoco están siendo posibles. Llevamos días tratando de evacuar ciudadanos y siempre se nos deniegan los corredores, siempre ocurre alguna eventualidad. Desde carreteras bloqueadas a bombardeos para impedir la circulación», denunció el teniente de alcalde de Mariúpol. Según Cruz Roja, 200.000 personas siguen atrapadas en la ciudad esperando escapar de las bombas y de las tropas rusas. En cambio, el corredor de Sumy, por el que transitaron con éxito unas 5.000 personas que consiguieron huir el martes, volvió a abrir ayer por segundo día consecutivo. El alcalde de la localidad explicó que los ciudadanos están pudiendo abandonar la ciudad incluso en sus propios vehículos pero advirtió de que las reservas de combustible están cada vez más bajas y que ello complica el éxodo.