Programa armamentístico

Irán pone en órbita un nuevo satélite militar

El lanzamiento del Nur-2, que llevará a cabo misiones de observación, coincide con la recta final de las negociaciones del acuerdo nuclear de 2015

El presidente de Irán, Ebrahim Raisi.

El presidente de Irán, Ebrahim Raisi. / Abedin Taherkenareh / EFE

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La Guardia Revolucionaria de Irán ha puesto en órbita este martes un nuevo satélite militar. El Nur-2 -luz en farsi- fue colocado a una altitud de 500 kilómetros para llevar a cabo misiones de "observación", según los medios iraníes, que no ofrecieron más detalles.

Este es el segundo satélite militar de Irán, después de que en 2020 lograse poner en órbita el Nur-1, tras varios fracasos. Estados Unidos ha expresado en repetidas ocasiones su preocupación por el programa espacial iraní ya que sospecha que tiene objetivos militares y puede usar esa tecnología para desarrollar misiles balísticos.

Este lanzamiento se ha producido en un momento en el que las negociaciones de Viena para rescatar el acuerdo nuclear de 2015 -entre Irán y Alemania, Francia, Reino Unido, Rusia y China, y Estados Unidos de forma indirecta- se encuentran en su recta final.

"No hay más conversaciones de expertos, ni reuniones formales. Es el momento, en los próximos días de tomar decisiones políticas para finalizar las conversaciones de Viena", dijo ayer en Twitter Enrique Mora, director político del Servicio Europeo de Acción Exterior y coordinador de las conversaciones.

Acuerdo nuclear

El pacto nuclear de 2015 limitaba el programa atómico iraní a cambio del levantamiento de sanciones al país del Golfo Pérsico. Sin embargo, en 2018 el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abandonó el acuerdo de manera unilateral y reimpuso sanciones a Irán.

Un año después, Teherán comenzó a incumplir el pacto, anunció la eliminación de sus compromisos sobre varios de los puntos del acuerdo, aceleró sus esfuerzos nucleares y el enriquecimiento de uranio.

Actualmente, las conversaciones internacionales tienen el objetivo de retomar el acuerdo nuclear de 2015. Tras 11 meses de negociaciones y cuando todo parecía indicar que se iba a cerrar un acuerdo, Rusia demandó garantías de que sus relaciones comerciales y militares con Teherán no se verán afectadas por las sanciones debidas a la invasión de Ucrania.