Opinión | La campaña militar (1) | Artículo de Jesús A. Núñez Villaverde

Jesús A. Núñez Villaverde

Codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH).

Codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH)

Ucrania resiste... pero Rusia avanza

Resumen de la guerra en Ucrania

Rusia no ha seguido su propio manual de combate y su exceso de confianza y las prisas le han llevado a optar por un avance rápido y directo

Dos niños abandonan la ciudad de Irpin, al noroeste de Kiev, tras intensos bombardeos en la zona.

Dos niños abandonan la ciudad de Irpin, al noroeste de Kiev, tras intensos bombardeos en la zona. / AFP / ARIS MESSINIS

Una vez que Vladímir Putin decidió lanzar la ofensiva militar sobre Ucrania, una simple estimación de las fuerzas en presencia parecía indicar, sin remedio, que la victoria rusa sería total e inmediata. Sin embargo, cuando tan solo han pasado unos días del inicio de las hostilidades, la situación sobre el terreno muestra un panorama claramente distinto.

Por un lado, resulta evidente que Putin sobrevaloró la operatividad de sus propias fuerzas armadas. En ninguno de los tres frentes que Moscú ha abierto hasta ahora ha logrado resultados definitivos. En el sureste, aunque ya ha logrado hacerse con el control de Járkov, no ha conseguido el control total del Donbás, sino que sus tropas, con sus aliados locales, tan solo dominan la mitad de sus 53.000 kilómetros cuadrados.

Sin corredor terrestre

Tampoco han podido establecer aún un corredor terrestre que le permita conectar su propio territorio con la península de Crimea; aunque Mariúpol ya parece estar en sus manos. En el norte, la capital ucraniana no ha caído, a pesar de que sobre Kiev se ha ejercido el esfuerzo principal de los ataques con el objetivo de derribar al gobierno de Zelenski para poder colocar en su lugar a un títere encargado de redactar una nueva Constitución que decrete la desmilitarización del país, de bendecir la definitiva anexión de Crimea a Rusia y de cerrar el paso al potencial ingreso en la OTAN.

El resto de las acciones militares desencadenadas en diferentes localidades tan solo buscan, de momento, obligar a Zelenski a diversificar sus fuerzas para evitar que pueda concentrarlas en alguno de los frentes anteriores. De hecho, el único ámbito en el que Rusia ha logrado el dominio absoluto es en el marítimo, tanto en el mar Negro como en el de Azov, dado que la escasa flota ucraniana ya fue destruida por Rusia en 2014.

Por otro lado, también está claro que Putin infravaloró la capacidad de defensa ucraniana. Una capacidad que nace de la voluntad de oponerse a quienes, en su ensoñación, Putin creyó que recibirían a sus tropas como salvadoras de un gobierno que presenta como nazi y genocida. Las fuerzas armadas de Kiev son netamente inferiores en todos los terrenos, pero, con Zelenski como principal activo de referencia en la voluntad de resistir al invasor, están demostrando un rendimiento mucho mejor de lo esperado en principio.

Llevan ocho años de guerra en el Donbás y durante ese tiempo también han recibido asesoría y material de países occidentales. A eso se suma una resistencia ciudadana que también ha sorprendido a los invasores, y que puede hacerse aún más importante cuando las tropas rusas entren en ciudades como Kiev.

Rusia no ha seguido su propio manual de combate, garantizándose el dominio aéreo y ablandando los objetivos con ataques artilleros para desmoralizar a la población y facilitar el posterior avance de las fuerzas terrestres. Su exceso de confianza y sus prisas le han llevado a optar por un avance rápido y directo que se ha saldado con un fracaso momentáneo. Ahora comienza una nueva fase que incluye los ataques artilleros indiscriminados contra población civil, al tiempo que se va completando el cerco a Kiev con vistas a su posterior asalto.

Por el camino va haciéndose visible tanto el desprecio por el derecho internacional humanitario como el desmoronamiento de la imagen todopoderosa de la maquinaria militar rusa, al tiempo que también queda claro que la OTAN no va a ir más allá del suministro de armas en defensa de los ucranianos. Una decisión necesaria, pero no suficiente para la victoria.

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