Así bombardea Putin a los civiles en Irpin

A la familia solo le quedan 500 metros al aire libre, bajo el bombardeo de la artillería rusa, para esperar alcanzar la furgoneta blanca que los espera al final del camino para dejar atrás Irpin, un pueblo en los suburbios occidentales de Kiev, devastado por los bombardeos durante varios días.

El hijo menor, un niño con un gorro y una cartera a la espalda, se sube en un tablón que atraviesa el río, bajo las ruinas de un puente de hormigón destruido, de la mano de su padre. El hermano mayor lo sigue, con un gato en brazos y una maleta en la mano. Los padres también acarrean bultos

Con la ayuda de soldados ucranianos, suben un terraplén del otro lado. En ese momento, una salva de artillería corta el aire. Detrás del terraplén, a solo 100 metros, una bomba levanta una nube de tierra y humo. Una vez pasado el terraplén, deben salir corriendo a la intemperie por una carretera, aterrorizados, para incorporarse a la furgoneta blanca, que se desplazará por su cuenta y riesgo hasta la zona de recepción, a un kilómetro de distancia.

Al pie de la furgoneta, el niño pequeño fija su mirada en dos cuerpos, apenas tapados con una manta. Dos civiles en el mismo proceso de evacuación fueron mortalmente alcanzados por disparos rusos, en el punto de cruce de la lanzadera de evacuación.

Uno está acostado boca arriba, con su maleta al lado. Junto al otro cuerpo, una caja para un gato. En el interior, ningún sonido o movimiento. La familia del pequeño Spiderman, es empujada hacia la furgoneta, que se aleja a toda velocidad por la carretera, bajo los voceríos de un soldado ucraniano. Al final del camino, un autobús escolar amarillo los llevará directamente a la estación para abordar un tren de evacuación en dirección al oeste del país.

Ellos están a salvo pero jamás podrán olvidar las terribles imágenes vistas durante su evacuación.