Solidaridad ante la invasión rusa

Guardias civiles y ertzainas montan caravanas de ayuda para Ucrania

Entre las donaciones, chalecos antibalas de los policías vascos, y material de sanidad de guerra de los guardias

Combo ayuda humanitaria de guardias civiles para Ucrania

Combo ayuda humanitaria de guardias civiles para Ucrania / GCS

Juan José Fernández

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Viejos chalecos antibalas, que en su día adquirieron hombres y mujeres para intentar evitar la muerte por un disparo de un terrorista de ETA. Algunos tienen más de diez años, el periodo técnico de vigencia, pero se ha aprobado su eficacia de la mejor manera posible: pegándoles un tiro. Y sí, protegen. Es material de defensa que puede en este momento ser útil en los frentes urbanos de la Ucrania arrasada por Vladimir Putin. Y se le ocurrió a un ertzaina que presta servicio en Gipuzkoa, que tiene amigos ucranianos y que no quiere que su nombre se publicite.

La idea es sencilla: los chalecos viejos en posesión de los agentes de la policía vasca, para Ucrania.

Los agentes del sindicato policial vasco SiPE han comenzado con el boca-boca de recogida. Su plan es juntar la carga en un autobús, llevarlo hasta el punto de Polonia más próximo a la guerra, y aprovechar que se ha ido con un vehículo apto para pasajeros para traerse una carga humana, un pasaje de refugiados hacia Euskadi. .

Y puede que sean más de un autobús, si triunfa la idea que anoche tenía el ertzaina Juan Carlos Sáenz, portavoz y dirigente del sindicato, de extender la invitación a donar chalecos a policías nacionales y agentes de otras fuerzas de seguridad por toda España.

En el caso de los ertzainas es más sencillo, porque su posesión de los chalecos procede de una vieja pugna sindical. Al comienzo, cuando exigían una dotación de protecciones antibalas y no la obtenían, los propios agentes se los compraban, obteniendo una ayuda del departamento de Interior del gobierno vasco. Pero estos veteranos equipos son suyos, muchos comprados en su día a la firma Fedur y aptos para la clasificación OTAN STANAG 2920. "Son nuestros", dice Sáenz, y ahora se lo van a regalar a los combatientes ucranianos.

Un montón de palés

Hay otros operación solidaria de agentes policiales a gran escala. La organiza la ONG Guardias civiles Solidarios. Se trata del envío de material sanitario, comida, ropa y otros elementos de ayuda para la población civil. 

La organización está recogiendo donaciones de particulares en Granada, Armilla, Alicante, Santa Pola, Torrevieja, Benejúzar, Orihuela y Guardamar. Empezaron esta campaña echando una mano a una comunidad parroquial de ucranianos que se afanaba en empaquetar en cajas de cartón legumbres. pasta, conservas… Ahora ya tienen para cinco megatrailers, camiones capaces de llevar hasta 66 palés de carga. 

Y eso están haciendo, paletizar, empaquetar y anotar cuidadosamente qué lleva cada bulto. “Hay muchos camiones de ayuda que han partido de diversos puntos y se quedan parados en el camino por no llevar bien la documentación. Es normal: entre tantos envíos de ayuda hay quien puede colar droga o armas, por eso conviene llevarlo todo en orden…”, apunta con minuciosidad policial el guardia civil José Francisco Cabrera, delegado de la Asociación Unificada de Guardias Civiles y fundador y coordinador de esta ONG. 

Inmigrantes ucranianos preparan envío de ayuda en Alcalá de Henares (Madrid).

Inmigrantes ucranianos preparan envío de ayuda en Alcalá de Henares (Madrid). / EL PERIÓDICO

Guardias Civiles Solidarios nació en 1999. La fundó José Francisco después de que una enfermedad le arrebatara para siempre a su hijo pequeño, y “para salir del agujero en el que estaba”, cuenta. Se encontró a otros niños en su primera operación de ayuda, en Kosovo; un grupo de hijos de la guerra descalzos, pisando con los piececillos la nieve. Ya no lo pudo dejar. 

En aquel estreno, la ONG consiguió tanto material de ayuda que tuvo que meterlo en un Tupolev ruso fletado por Defensa para poder llevarlo hasta el escenario de la tragedia. "Me puse a recoger ayuda, y me vi con un montón de toneladas...", explica Cabrera. Después la organización solidaria de los guardias ha estado en Haití, en Filipinas, en Nepal, en diversos escenarios de la adversidad. Son ya 480 asociados, y no todos guardias civiles: hay bomberos, amas de casa... Van camino del medio millón de kilos de ayuda repartida.

Ahora se disponen a hacer viaje hasta Cracovia. Seis guardias, dos de Logroño, uno de Motril, uno de Alicante y el granadino Cabrera, participarán en el convoy dándole escolta particular a los camiones. Van a requerir también ayuda a la gendarmería francesa y a la policía alemana para tener un trayecto sin complicaciones. 

Los camiones son refrigerados, así que van a meter 4.000 kilos de fruta fresca y briks de leche. "Es lo básico para alimentar a la gente en una guerra", explica Cabrera. Entre las cosas que llevarán hay material quirúrgico, fármacos para detener hemorragias, aparatos de ortopedia y herramientas para reparar huesos rotos. Se lo ha aconsejado la experiencia: es la guerra. “En tres días nos plantamos en Polonia, porque vamos a paso de camión”, explica Cabrera. Le han puesto de nombre a esta campaña "Operación Trizub". Así se llama, trizub, el tridente de aire vikingo que es escudo de Ucrania.

Camioncillos en ruta

Otros policías andan comprometidos con la ayuda, estos de forma más discreta, se diría que confidencial incluso, porque aún no lo han puesto en conocimiento de sus jefes. Han visto cargar, por ejemplo, el domingo 27 en las calles vacías de un polígono industrial del Este de Madrid, carretera de Barcelona adelante. Un domingo, nadie currando y una gente de mediana edad cargando un camioncillo de 10.000 kilos. Ha sido pararse el coche de la patrulla, bajarse a preguntar a los hombres que elevan al vehículo cajas de cartón más o menos bien embaladas.

"¿Qué carga es esta?", han inquirido. "Ayuda para Ucrania", les han contestado con acento ruso los estibadores. O sea: legumbres, chocolate sin leche, tetrabriks, fideos, compotas, forros polares, gorros, guantes, paracetamol, vendas, desinfectantes, pequeños peluches para niños... "¿Os queda mucho?" Y los polis se han puesto a ayudar. Veinte minutos se pueden perder en una patrulla echando una mano. Algunas cajas pesan poco, pese a su volumen: las de pañales, las de té... Otras pesan más: las de termos de silicona u hornillos de camping.

En un rato queda despachado uno del sinnúmero de envíos de camioncillos hacia la raya de Polonia con el infierno. En este caso, con camionero polaco lleva la carga gratis. En otros parte un chófer pagado a escote por un barrio, una pequeña Ucrania de inmigrantes lacerados por lo que llevan viendo en la televisión esta semana trágica.

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