Guerra contra el yihadismo en el Sahel

España negó a Francia más ayuda militar en Mali cuando se la pidió, en 2019

Expertos del Ejército evaluaron áreas del norte del país para desplegar unidades de Operaciones Especiales, pero Defensa desestimó finalmente el proyecto

Soldados de la Operación Barkhane embarcan en uno de los aviones de apoyo aéreo desplegados por España.

Soldados de la Operación Barkhane embarcan en uno de los aviones de apoyo aéreo desplegados por España. / Ejército del Aire

Juan José Fernández

Juan José Fernández

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Expertos de fuerzas de élite del Ejército español evaluaron puntos del norte de Mali para desplegar unidades de operaciones especiales en el marco de la operación multinacional Takuba contra el terrorismo yihadista en el Sahel.

Fue durante el primer semestre de 2019 y tras una petición formulada por Francia, cuyo despliegue mayor de fuerzas en la zona, la misión Barkhane, pasaba por un momento delicado. La respuesta final de España contrarió al aliado francés, según fuentes militares conocedoras del proceso.

Francia anunció este jueves la retirada europea y canadiense que ha liderado en Mali con un comunicado que retrata el fracaso de una misión de defensa autónoma europea, sin el concurso de Estados Unidos. Lo firman Alemania, Portugal, Italia, Dinamarca, Estonia… España no figura en el documento, pese a haber dado apoyo aéreo a Barkhane con el Destacamento Marfil del Ejército del Aire y pese a estar implicada con más de 500 militares en la operación paralela EUTM (European Union Training Mission), de capacitación de tropas locales de choque.

Frente estancado

En 2018, el operativo Barkhane se había estancado en la lucha contra Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), la franquicia terrorista dominante en la zona. El gobierno francés ya había enviado mensajes al ejecutivo de Mariano Rajoy en el invierno, y los reiteró en el verano tras el triunfo de la moción de censura y la llegada de Pedro Sánchez al poder.

Francia invitó a España a ser contribuyente principal por figurar el terrorismo islamista del Sahel como prioridad para la Seguridad Nacional española.

Defensa envió entonces su grupo de expertos a Mali para localizar emplazamientos para bases desde las que pudiera propiciar golpes que  desestabilizaran a la insurgencia yihadista por el norte, proporcionando respiro a los soldados franceses de Barkhane en el centro y sur del país.

Takuba se creó finalmente en 2020. El último golpe de sus fuerzas especiales, el pasado día 9, se cobró la vida de 30 yihadistas en un choque en la región de Inlaglaou, en la frontera con Níger.

Tres aes y una e

En junio de 2019, un informe técnico militar recomendando participar se elevó al área de decisión del Ministerio. Su supuesto principal era una actuación de unidades de Operaciones Especiales españolas en las guerrillas de Takuba, bajo el esquema que en la jerga OTAN llaman A3E (Advise, Accompany, Assist and Enable, o asesoramiento, acompañamiento, asistencia y habilitación), el mismo con el que trabajaron compartiendo por detrás misiones de combate con fuerzas locales en Irak.

El planeamiento, conocido en parte por los franceses, obtuvo el visto bueno del Estado Mayor de la Defensa, pero aspectos no negociables de un liderazgo más francés que europeo llevaron a la Secretaría General de Política de Defensa a recomendar finalmente ese verano un “no” a la ministra Margarita Robles.

No fueron problemas presupuestarios tanto como consideraciones políticas y estratégicas. Portavoces de Defensa preguntados por este diario no hacen comentarios. Otros países mucho más lejanos al patio trasero que es el Sahel para España, como Suecia, accedieron a incrementar su apoyo a la misión liderada por Francia. En las reuniones de la coalición en que han tenido ocasión, refieren las fuentes consultadas, los franceses se han quejado a sus aliados por no contar con más ayuda.

A la izquierda, militares españoles de la misión EUTM Mali llegan al aeropuerto de Barajas en la madrugada del 30 de noviembre. A la derecha, uno de los comunicados fake detectados por fuerzas españolas circulando en Mali y Niger y atribuidos a fuerzas rusas.

A la izquierda, militares españoles de la misión EUTM Mali llegan al aeropuerto de Barajas en la madrugada del 30 de noviembre. A la derecha, uno de los comunicados fake detectados por fuerzas españolas circulando en Mali y Niger y atribuidos a fuerzas rusas. / JJF

En la actualidad, España tiene desplegados en el Sahel dos aviones de transporte C-295 del Ejército del Aire con base en Dakar (Senegal), con 70 militares en Bamako (Mali), helicópteros de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET) y 530 soldados (de la Brigada Galicia y del Tercio de la Armada, en la última rotación, del 1 de diciembre pasado) formadores del deslavazado ejército local en esa ciudad y en Koulikoro, y ocho instructores más en la retaguardia de Banghi (República Centroafricana), todo este despliegue, bajo iniciativa de la Unión Europea y liderazgo francés. La retirada anunciada por Francia deja en el aire la continuidad de todo este operativo, que ya ha cumplido ocho años.

En manos rusas

Es en Mali donde las bandas yihadistas armadas se disputan más corredores del tráfico de personas y mercancías, también droga, hacia Argelia, Marruecos, Libia y Europa para financiar su lucha contra el infiel.

El último Informe de Seguridad Nacional, redactado en marzo de 2021, cita el peligro de AQMI y DGS (Daesh del Gran Sáhara) en “guerra abierta por la hegemonía”. Ese escenario puede cambiar, advierte: “El peor escenario se produciría en caso de que ambas organizaciones lograsen una tregua que permitiese concentrar sus capacidades”.

Incluso tras la retirada de Occidente en Afganistán y su toma por los talibanes, el Sahel sigue siendo considerado por los expertos la mayor incubadora de terrorismo del planeta.

Esa zona clave para dificultar el adoctrinamiento y el aprovisionamiento de asesinos como los de la sala Bataclan, los trenes de Madrid o la Rambla de Barcelona, es la que desde ahora y en los próximos seis meses abandonarán las fuerzas europeas en medio de un entorno cada vez más hostil.

Con la retirada de Mali, el escenario de lucha local antiyihadista queda en manos de Rusia. “Veremos si lo hacen en A o en B”, comenta uno de los militares consultados, en alusión a la notable penetración en la zona de soldados sin distintivo, cada vez más confirmadamente mercenarios de Wagner. La inteligencia francesa fue la primera en relacionar al empresario Yevgeni Prigozin,

Los oficiales de la misión Barkhane podrían volver a sus bases en Francia y Canadá con pruebas de crímenes de guerra cometidos por los mercenarios rusos

un miembro destacado de la corte empresarial de Vladimir Putin, como dueño de ese ejército privado, al que antes de pisar el Sahel desplegó en Libia y Siria.

Sus razzias en la zona, sin miramientos que respondan a las convenciones de Ginebra y La Haya, han ido teniendo más éxito que las ROE (reglas operativas de enfrentamiento) de las fuerzas europeas, ajustadas a la legalidad internacional. Las fuentes consultadas apuntan la posibilidad de que los oficiales de Barkhane vuelvan a sus bases en Francia y Canadá con pruebas de crímenes de guerra cometidos por los mercenarios.

Otras fuentes, estas de la inteligencia española, señalaron a este diario a finales de enero pasado la sospecha extendida de que, tras la agitación de los militares en Mali y en Níger haya fuerzas rusas y un torrente de fakes, como un falso comunicado ferozmente antifrancés y antieuropeo de un supuesto gobierno republicano de Mali que fue desmentido el pasado 24 de enero.

La leva del terror

Las razzias de Wagner se producen en un escenario de ataques aún más brutales. AQMI y el DAESH sahariano no solo compiten por dominar territorios, ni por hacerse sitio en el caótico mercado libio de armamento, también por el reclutamiento de desesperados en la zona.

En este moderno corazón de las tinieblas, escenario además de otra guerra superpuesta, el primer gran conflicto internacional provocado por el cambio climático, la mayor parte de los

Los jóvenes de las aldeas diseminadas en el océano de arena afrontan a una elección: alistarse con los yihadistas o ser degollados

terroristas de las bandas locales son conversos al yihadismo radical por pura supervivencia.

Según avanzan los terroristas por el terreno, los jóvenes de las aldeas diseminadas en el océano de arena afrontan a una elección: alistarse con ellos o ser degollados. “A cualquier pueblo llega el grupo terrorista y te dice: ‘O te unes a mí, o mañana a toda tu familia la vamos a matar, y no tienen a nadie a quien recurrir'”, ha contado a EL PERIÓDICO Rodrigo Gaona, capitán del GAR, Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil, que ha sido destinado ya 19 veces en aquel frente contra el yihadismo.

La Guardia Civil instruye en Níger, junto a Mali, al GAR-SI, un cuerpo gemelo que han creado con la hasta entonces desinformada y desmoralizada policía local, que poco a poco ha ido abandonando su papel de carne de cañón.

Francia y los aliados de la agónica misión Barkhane han comunicado su intención de continuar con presencia militar en la zona, aunque no sea en Mali. En unos meses se verá si a estos otros parapetos europeos los tumban también los desacuerdos y la ausencia de voluntad política.

Suscríbete para seguir leyendo